Portabella y Laporta tenían que demostrar esta mañana en el Mercat de la Llibertat del barrio de Gràcia que sabían hacer otras cosas, además de pronunciar discursos políticos o dirigir el más importante club de fútbol de la ciudad, y pasadas las diez de la mañana se han puesto manos a la obra.
A ambos candidatos se les veía algo nerviosos e inquietos al llegar a la parada de verduras y frutas que un comerciante les había cedido temporalmente, pero después de arremangarse y ponerse el delantal, han ido adquiriendo seguridad en su nuevo "trabajo".
A medida que pasaban los minutos y empezaban a vender los primeros productos hortofrutícolas, a los "comerciantes" Laporta y Portabella se les veía más confiados, y en realidad no les ha costado demasiado manejar las balanzas electrónicas y devolver correctamente el cambio a los clientes.
Eso sí, detrás suyo tenían el apoyo "logístico" de los propietarios de la parada que, de vez en cuando, les daban algunos consejos y 'velaban' por los intereses de su negocio. Los dos candidatos han sabido "vender" bien los productos que los solicitaba la clientela, y Laporta se atrevía incluso a promocionar en voz alta las frutas y hortalizas que tenía junto a él.
"¡Mirad qué manzanas y qué plátanos tengo!", vociferaba el ex presidente del FC Barcelona evidenciando por qué tiene fama de ser una persona polifacética.
Mucha gente le saludaba y le felicitaba, más que nada por haber sido el presidente del "Barça de las seis copas" y no por sus habilidades políticas, aunque a Laporta se le da algo mejor conversar con las mujeres que con los hombres.
Escuchando lo bien que se le daba entablar diálogos con las clientas que tenía, no es de extrañar que incluso la dependienta de la pescadería de la parada vecina exclamara, cuando tenía a Laporta a su lado y le enfocaban las cámaras de televisión, que era una lástima que hoy no se hubiese puesto un vestido con escote.
Portabella explicaba después que, tanto Laporta como él mismo, se habían "divertido" mucho haciendo de vendedores, y que no había supuesto ningún problema estar por un rato "pluriempleados" y simultanear su carrera política con el trabajo de comerciantes.
Es de suponer, sin embargo, que no les debió hacer ninguna gracia que un señor comentara en voz alta a su esposa que "por fin veo a dos políticos trabajando" cuando observó lo entretenidos que estaban atendiendo a la clientela.
Ambos se mostraban imperturbables, de todas formas, y no paraban de sonreír y de encajar los comentarios de la gente que se les acercaba.
El trabajo como comerciantes de ambos candidatos sólo ha durado una media hora, pero en este período ambos se han esforzado por "romper tópicos" y por seguir los consejos de su jefe campaña, el diputado Oriol Amorós, según los cuales debían aprovechar los actos de "proximidad" con la gente para proyectarse.