Las diferentes denuncias, que luego resultaron ser falsas, fueron interpuestas en la oficina de denuncia y atención al ciudadano de la Comisaría de la Policía, simulando, como ya se ha dicho, haber sido víctimas de robo con violencia por el procedimiento del “tirón”, por parte de uno o varios individuos, de los que llegaban incluso a aportar datos y características físicas de los mismos, sin que éstos existieran, falseando incluso las circunstancias concretas de lo sucedido, todo ello para enmascarar la realidad y así poder cobrar el seguro.
El complejo procedimiento policial de investigación que conlleva cada denuncia, aún más si cabe cuando se tratan de delitos que producen un alto nivel de alarma social debido a la gravedad de los hechos denunciados (robo con violencia) hace necesario un gran numero de efectivos policiales, tanto de aquellos cuyas labores están más centradas en la prevención, para evitar que éstos delitos se produzcan, como de aquellos que una vez cometidos, tienen como misión su investigación y esclarecimiento, tratando de localizar, identificar y en su caso de detener a delincuentes que no existen, al no haberse cometidos dichos delitos de la forma en que sus víctimas lo han contado.
En la mayoría de los casos los falsos denunciantes no valoran las consecuencias que este tipo de acción conlleva, ya que están cometiendo un delito contra la Administración de Justicia tipificado en el Código Penal y que puede acarrear graves consecuencias, tales como la detención, la reseña policial, etc.
La comisión de éste tipo de delitos es muy fácil de evitar, tan sólo con una mínima concienciación social, siendo todos conscientes del esfuerzo y dedicación que la Policía emplea en el esclarecimiento de todos y cada uno de los hechos delictivos que se denuncian, invirtiéndolos en éstos casos para esclarecer denuncias, que son interpuestas a sabiendas de su falsedad.