La Fiscalía de Sevilla pedirá mañana cinco años de cárcel para un joven de 25 años acusado de provocar un accidente de tráfico en el que murió una pareja de novios cuando circulaba a doble velocidad de la autorizada y con una alcoholemia que cuadruplicaba la tasa máxima.
La Fiscalía y la acusación particular imputan al acusado Javier R.S., que quedó libre en julio pasado, delitos de conducción temeraria e homicidio imprudente y piden para él cinco años de cárcel, una multa de 4.320 euros y la retirada del permiso de conducir durante diez años.
El accidente ocurrió a las 5.40 horas del 30 de octubre del 2011, cuando el acusado presuntamente se saltó un semáforo en rojo y se produjo el choque frontal con otro vehículo en la avenida Juan Pablo II de Sevilla, en la zona de Tablada.
Como consecuencia, falleció la pareja de novios formada por Rosa María R.C., de 22 años, y Ángel Antonio M.J., de 25, que regresaban a su casa tras concluir su jornada de trabajo.
El Volkswagen Golf del acusado circulaba a 98,2 kilómetros por hora, en una zona limitada a 50 kilómetros/hora, y el conductor arrojó 2,11 gramos de alcohol por litro de sangre, más del cuádruple de lo autorizado, aunque dio negativo a otras drogas.
Según la Fiscalía de Seguridad Vial de Sevilla, el procesado pasó el día en casa de unos amigos bebiendo alcohol y, tras cenar en su propio domicilio, siguió de fiesta y consumiendo bebidas en cantidad que le inhabilitaba para conducir, pese a lo cual tomó su coche y condujo "de forma despreocupada y sin la más mínima diligencia".
Junto a la pena de cárcel, las acusaciones pedirán a la juez de lo penal 8 de Sevilla que el procesado indemnice en 99.775 euros a los respectivos padres de las víctimas y en 18.141 euros a cada uno de los dos hermanos del fallecido y a la hermana de la mujer, además del pago de los 2.960 euros en que se tasaron los daños a su coche.
El joven que falleció también arrojó una alcoholemia de 0,74 gramos de alcohol por litro de sangre, frente a los 0,50 autorizados, según los datos del Instituto de Medicina Legal.
El acusado quedó libre el pasado 24 de julio, tras la suspensión del juicio por falta de varios testigos, y entonces declaró a la prensa que "lo sentía mucho por su familia y por la otra", que no entendía cómo pudo suceder y que había sido "una desgracia".