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Lunes 29/04/2024  

San Fernando

Un recurso sanitario único, infrautilizado y que actualmente está sin convenio

Emilio sola, que estuvo 20 años al frente de la cámara hiperbárica de San Carlos, asegura que hace dos años se interrumpió el acuerdo de Junta y Defensa

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  • La cámara hiperbárica. -

El convenio entre el Ministerio de Defensa y la Junta de Andalucía para el uso de la cámara hiperbárica que se encuentra en la clínica militar de San Carlos fue interrumpido hace dos años, dejando bajo mínimos la utilización de un recurso que pasa por ser único por las prestaciones que ofrece y que, por ello, se encuentra actualmente infrautilizado.

La noticia la daba a conocer recientemente Emilio Salas, especialista en Medicina Hiperbárica y Subacuática y que durante dos décadas estuvo al frente de dicha  área sanitaria en San Carlos. Fue durante la conferencia Cámara Hiperbárica, beneficios terapéuticos en el olvido, que se desarrolló en el Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León que organizó Marea Blanca La Isla.

Sobre la interrupción del citado acuerdo entre ambas administraciones dejó una interesante reflexión: “no creo que el pie diabético sea distinto en una persona que es de izquierdas o de derechas”.

Salas fue desgranando una por una las “bondades” que el uso de la oxigenación hiperbárica (OHB) puede tener para abordar diferentes problemas o urgencias sanitarias, y lo hizo con datos basados en realidades, las que ha visto durante más de dos décadas al frente del servicio en el Clínico de San Carlos.

Así, indicó que el 50 por ciento de los casos tratados durante estos años guardaban relación con las lesiones provocadas en el tejido sano por las sesiones de radioterapia. La aplicación de la OHB ha reducido de manera considerable el tiempo de cicatrización de las heridas. También se ha demostrado los beneficios que produce a la hora de abordar infecciones anaeróbicas como la gangrena, que es la muerte de tejido corporal como consecuencia de la falta de irrigación sanguínea o a una infección bacteriana grave.

El listado se amplía, por ejemplo, en el tratamiento de lo que se conoce como pie diabético, reduciendo de dos años a tres meses la cicatrización si se hace uso de la cámara.

Referente provincial

Llegados a este punto, Emilio Salas hizo referencia a una cuestión que considera primordial y es que el Hospital de San Carlos y la cámara hiperbárica tienen que convertirse en referencia a nivel provincial en el tratamiento de urgencia cuando se trate de accidentes de buceo o intoxicación por monóxido (humos).
En el caso primero, es decir, para accidentes de buceo que fundamentalmente están relacionados con infartos cerebrales, “si se manda a otro hospital, se pierde con tanto protocolo”, apunta Salas.

Y en cuanto a la intoxicación por monóxido, afirma que “habitualmente da lugar a un síndrome neurológico tardío que es una patología que aparece 30 ó 40 días después de la intoxicación de un paciente aparentemente normal, pero gracias a la OHB ya no va a aparecer”.

Por último, y tras la aparición en escena en los últimos años de la Covid-19, el uso de la cámara hiperbárica también ha permitido tratar y mejorar las condiciones de vida de 123 personas que presentaban un cuadro de covid persistente y estaban afectados de fatiga crónica.

Los inicios

Durante la charla coloquio, Emilio Salas también habló sobre los inicios de cámara hiperbárica, un proyecto que se inició en el año 2000 y que con la aparición en escena del SAS, reconoce que “aportó un personal excepcional a San Carlos”, llegándose a dar hasta cuatro sesiones de cámara diarias. Sin embargo, la ausencia actual de convenio “no beneficia a la dinámica del servicio”, que ha llegado a estar entre los tres mejores de España.

Llegados a este punto, sentencia que “San Carlos es un referente porque es la única cámara hiperbárica que existe en un hospital público de Andalucía, el resto está en clínicas privadas. A todo ello une una gran calidad en el servicio”.

En conclusión, Salas critica el “desconocimiento” de la clase médica con respecto a la OHB por el hecho de que “no le gusta leer en inglés. Ya que hay numerosas publicaciones dejan bien a las claras todos los beneficios que reporta”. También habla de la “falta de formación” que existe en este campo, puesto que “el SAS no cuenta con personas facultativo médico preparado para poder dirigir el Servicio de Medicina Hiperbárica”, finaliza.

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