—Haga un breve resumen de su infancia y niñez.
—Nací en Algeciras en la calle San Antonio en el barrio de San Isidro, pero cuando tenía un año mis padres se fueron a vivir al Edifico Feria en la calle Volante junto a la plaza de toros. Allí en la urbanización me crié, somos dos hermanos y mi padre ha trabajado toda su vida en los barcos, pero ya gracias a Dios está jubilado. Fui al Puerta del Mar y me saqué el graduado y la ESO. Y ya no estudié más porque estaba liado con la guitarra.
—¿Por qué su pronta afición por aprender a tocar la guitarra?
—La primera vez que cogí una guitarra fue con seis años. En mi casa se hacían fiestas familiares con mi tío Antonio Quirós, mi primo José Quirós y mi padre… Y ellos me fueron inculcando esos sentimientos, porque a mi padre le gustaba mucho tocar la guitarra, a mi abuelo las rondallas y a mi tío Quirós y mi primo José cantan.
—Pertenece a una familia muy especial algecireña
—Como bien sabes, a mí abuelo le gustaba mucho las rondallas. Y mi familia ha sido gente festera que le gustaba y disfrutaba con todo lo que huela a Algeciras con su carnaval, chirigotas, música, rondallas y flamenco. Yo con seis años nada más escuchar la guitarra me enamoré del flamenco.
—¿Qué es el flamenco para usted?
—Lo es todo, porque el flamenco sale de la alegría, del dolor, del sufrimiento y de la pena. Y tanto en mi familia como en la de mi mujer en cualquier momento se forma la grande en un cumpleaños o en cualquier reunión que tengamos. Así que imagínate la que liamos el día 24 de diciembre, que lo celebramos en casa en familia.
—Mamó el flamenco y la guitarra desde que era un bebé.
—Siendo muy chico en la casa de Ramón de Algeciras de El Rinconcillo veía fiestas y venían El Potito, Alejandro Sanz, Paco y Pepe de Lucía. Y con once años me lo tomé en serio y empecé a aprender en la casa de mi padre de El Rinconcillo con Ramón de Algeciras cuando él venía en verano. La música entró en mí procedente de esos monstruos que tenían magia en las manos, en el corazón y en la garganta.
—¿Aprendió de oídos?
—Con once años empecé a estudiar desde las diez de la mañana hasta las seis, siete u ocho de la tarde. Cuando Ramón (Ramón de Algeciras) no estaba empecé a aprender con Paquito Martín con el que estuve un año y medio. Paquito Martín me puso la base de la soleá, las bulerías y los fandangos….
—¿Después de ese año y medio que camino emprendió?
—Me metí de guitarrista en un cuadro de baile de Mercedes Alcalá en la Peña del Cante Grande de La Bajadilla de Algeciras. Iba con un guitarrista que se llama Alberto Mera y el otro mi compadre José Carlos Rodríguez. Al cante iba Toñí y Mercedes Alcalá al baile. Estuvimos actuando por todo el Campo de Gibraltar y por algunos sitios de España.
—El maestro Paco de Lucía es el Dios entre los dioses de la guitarra y del flamenco.
—Paco (Paco de Lucía) es el Dios de la guitarra. Es la estrella más grande del Universo. Porque Paco como dijo Manolo Sanlúcar en una entrevista “Paco le encanta al que no entiende y vuelve loco al que entiende”. Pero a pesar de todo lo grande que es como guitarrista, humanamente como persona es muy sencilla, encantadora y agradable.
—Aparte de Paco de Lucía y de Ramón de Algeciras, ¿en quién se ha fijado del resto de los guitarristas?
—En Vicente Amigo, El Morao de Jerez y Carlos Gómez de Algeciras que es un guitarrista que me transmite un montón. También he aprendido de José Manuel León hijo de Salvador Andrades.
—¿Cuál es su fuerte?
—Ahora tengo veintiséis años y desde mis comienzos hasta la fecha he notado el cambio tanto profesional como mentalmente, claro. Estuve unos años trabajando y tocando habiéndome retrocedido en los estudios. Pero ahora vivo por y para la guitarra y mi fuerte son las bulerías y los cantes festeros.
—¿Qué proyecto se encuentra realizando?
—Estoy haciendo un disco en La Línea para la cantaora Eva Nápoles componiéndolo con ella, que es hermana de María Montilla. También está colaborando mi cuñado que ha metido los coros. Mi cuñada también va a colaborar y allí estamos grabando en el estudio de Roberto.
—Está emparentado con una familia que también es muy flamenca.
—Exactamente porque mi novia y toda su familia cantan y tocan. Su hermano canta por baladas y se ha quedado en la final de Operación Triunfo. Mi cuñado tiene un estudio y le encanta la guitarra, el cajón y la música. Mi cuñada ha estado por Japón, Nueva York y por más sitios del extranjero.
—¿Qué es lo que tiene este Campo de Gibraltar para ser cuna de poetas, escritores, cantaores, toreros, pintores, guitarristas, músicos…?
—Esta zona tiene un embrujo y una magia especial. Ese arte, ese pellizco y esa gracia sólo brotan por aquí cuando menos lo esperas. Y a mí el pasear por la orilla de la Bahía de Algeciras o por Getares al atardecer me trasmite una paz y una serenidad única.
—Esa gracia a la que se refiere es la que acaba de ocurrir espontáneamente, porque mientras lo entrevisto en un cuarto de la Peña Miguelín, su tío Antonio Quirós ha traído en un plato media sandia y dos cucharas para que nos la comamos. Jajaja.
—Jajajaja. Eso es de arte y de aje lo que acaba de hacer, porque mi tío tiene mucha gracia y es muy chirigotero y flamenquito.
—En Algeciras es claro y evidente que no apoyan a los artistas jóvenes. ¿Es consciente que para triunfar tiene que salir fuera?
—Aquí en Algeciras no hacen certámenes de flamenco ni concursos de guitarra a pesar de la pila de jóvenes guitarristas y de cantaora o cantaores buenos que hay.
—¿Cree que el I Certamen Ramón de Algeciras que hubo en la pasada feria, debe ser el principio de una cadena a seguir eslabón por eslabón?
—Él ha llevado el nombre de Algeciras por todo el mundo. Fueron cuatro días y tengo el honor de ser el primer ganador de ese certamen en la caseta de Loz der Pueblo. Me llevé el primer premio de guitarrista solista y el segundo de acompañante.
—¿Cuál es su principal sueño?
—Ser feliz y estar contento conmigo mismo, con mi familia y con el resto de mi entorno. Y satisfacerme tocando la guitarra hasta llegar un día a decir que me gusto como estoy tocando.