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Arcos

El jefe de Urgencias, condenado a pagar casi 1.000 euros

Por la agresión verbal contra un compañero enfermero al que amenazó con "partirle la cabeza"

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Esta semana ha trascendido la sentencia contra el jefe de Urgencias del centro de salud del Barrio Bajo, J.R.L., después de la amenaza verbal proferida contra el  compañero enfermero Salvador González. Según la juez del Jugado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Arcos, queda probado que J.R.L. lanzó amenazas contra el enfermero, para lo cual ha sido fundamental el testimonio de un compañero celador que presenció los hechos.


El presunto agresor ha sido condenado al pago de una multa de 30 euros durante 20 días, así como al pago de 480 euros al denunciante, aunque su abogado solicitó que se le bajara la condena al pago de seis o diez euros durante diez días.  Este medio ha sabido que el denunciado recurrirá la sentencia con el ánimo de abrir una investigación mucho más profunda sobre los hechos acaecidos el pasado 3 de junio, cuando supuestamente amenazó al enfermero con “partirle la cabeza”.


Posteriormente, el denunciante ha señalado que la condena es “un reconocimiento al abuso y  vergonzoso proceder de un directivo del SAS”, al que acusa de haber trabajado en la cárcel de El Puerto mientras que mantenía los puestos de Urgencias en Ubrique y en  Puerto Real. Igualmente, Salvador González considera que J.R.L. acumula incidentes con compañeros y reclamaciones de usuarios por su carácter “especial”. 


El enfermero agredido pide una aclaración urgente por haberse permitido que J.R.L. haya seguido ejerciendo su puesto de jefe de Urgencias sin expediente o sanción alguna. “También habría que aclarar cómo este señor ha estado ocupando durante unos siete años el puesto de coordinador de Urgencias en la Sierra”, cuando, según explica, este puesto no aparece en el organigrama de funcionamiento del SAS.


Por ello, el denunciante considera que el jefe de Urgencias ha tomado medidas “más que discutibles a su antojo, despotricando y diciendo barrabasadas públicamente de los demás, especialmente de los médicos de atención primaria, llegando a amenazar a otros directivos superiores”.  En definitiva, con estas declaraciones el enfermero agredido espera una resolución del SAS, que se tomen medidas disciplinarias contra su agresor y que se terminen en el centro de salud determinadas actitudes que no son positivas para el ambiente laboral.

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