¿No quedaron cansados de Semana Santa? Viendo la procesión que protagonizaron los niños de dos años de la guardería Milagros Berenguer uno no se cuestionaría que en esta ciudad hay cofrade para rato.
La Asociación de Madres y Padres de la Guardería habían previsto un desfile penitencial el Viernes de Dolores, pero el tiempo no permitió la salida.
Dos semanas después se afanaron para que los niños se lucieran al máximo; eso sí, dentro de la austeridad que requería la ocasión, de ahí que emplearan todo tipo de materiales reciclables. Por ejemplo, el paso fue elaborado con los restos de una mecedora, y la Cruz de Guía con las tablas de una cama. Desde luego, los padres estaban más ilusionados que los niños, porque muchos son cofrades.
El cortejo no escaseó de nada: hermanos de fila con los colores de la hermandad de la Vera Cruz (blanco y verde), niñas de mantilla y los músicos tocando el tambor. Tampoco faltaron los costaleros y, lo que es más importante, la imagen de una Virgen sobre un curioso paso portado en parihuela; claro está, más por los padres que por los niños porque pesar sí que pesaba.
El desfile penitencial partió de la guardería, convertida en parroquia surrealista, con numerosos padres, abuelos y curiosos alrededor de los menores; muchas fotografías y ambiente de Semana Santa, pues incluso el paso iba provisto de un reproductor de mp3 con música cofrade. En fin, que no faltó ni gloria. El paso fue elaborado por el abuelo del niño Marcos.
A todo, el barrio de María Auxiliadora miró atónito a este singular desfile penitencial donde lo de menos era la penitencia, y lo de más las caras de los niños que parecían no entender nada de lo que estaban representando. A esa edad, era comprensible.