Con 358 votos a favor y 234 en contra, Boris Johnson se ha salido con la suya y su plan de Brexit fue aprobado en la Cámara de los Comunes el pasado 20 de diciembre, como recogía el diario El País. La conclusión del tortuoso e interminable camino de este divorcio europeo parece estar próxima, ya que en el nuevo texto no se permiten más prórrogas y el periodo de transición terminaría el 31 de diciembre de este año. Así pues, la salida del Reino Unido de la UE el 31 de enero parece ser una realidad.
Fuente: Pixabay
Por lo general, se suele mirar al Brexit con recelo y temor, pero lo cierto es que también ofrece posibilidades económicas muy interesantes para quien quiera y sepa aprovecharlas. Como comentan desde el bróker digital eToro, líder mundial en trading social con millones de usuarios de más de 140 países, la relación entre la libra esterlina y el euro es de rivalidad. Es decir, la salida de Reino Unido de la Unión Europea puede beneficiar a países comunitarios como España, si saben aprovechar la ocasión de captar todos los recursos empresariales que pueden abandonar Reino Unido ante la incertidumbre de una libra debilitada y las nuevas restricciones al libre movimiento de mercancías, personas y capitales.
Como siempre se habla del Brexit en clave negativa, por una vez y con la mirada puesta en nuestro país, vamos a tratar de analizar dos grandes oportunidades económicas que se abren para España el día después de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. ¿Sabremos aprovecharlas?
España tiene una oportunidad histórica para consolidar la posición de gigante exportador de automóviles
La industria de la automoción es uno de los pesos pesados en el producto interior bruto de España (un 10 %). La Agencia EFE recogía recientemente las últimas predicciones de la patronal del sector del automóvil: crecimiento del 3,7 % en 2019 y del 2,4 % en 2022. Los costes salariales contenidos, la modernización de las plantas de producción, la existencia de marcas propias y las políticas agresivas de exportación están detrás de la fortaleza de este sector estratégico para nuestro país.
Fuente: Pixabay
Y todo esto nos beneficia de cara al Brexit. A finales de agosto, se conocía el dato de exportaciones de vehículos a Reino Unido durante el primer trimestre del año: un crecimiento del 21,4 % en comparación con el ejercicio fiscal precedente, que se tradujo en la venta de más de 100 000 automóviles. Esta cifra podría seguir creciendo si España logra captar al menos parcialmente la deslocalización de plantas de producción que el Brexit va a traer consigo. El caso de Nissan ejemplifica a la perfección esta oportunidad histórica que se abre para España: planea llevarse la producción de su modelo superventas, el Nissan Qashqai, a España si finalmente de produce el Brexit duro. Esta empresa se ve obligada a hacerlo por las limitaciones comerciales que este tipo de Brexit implica. Y lo mismo les sucede al resto de fabricantes de coches. Gracias a esta circunstancia favorable, España podría entrar en un verdadero círculo virtuoso, al quitarle parte del pastel a Reino Unido y al producir más vehículos para su exportación.
El sueño de que Madrid se convierta en sustituta de la City
Si España sabe jugar bien sus cartas, podría conseguir un importante espaldarazo para su sector financiero. Con el Brexit, son muchas las trabas a las que deberán hacer frente las empresas financieras radicadas en Londres. Gran parte de ellas tendrán que reconvertirse, verse inmersas en complejos procesos contables y burocráticos o, directamente, cerrar. Y muchas ven en la relocalización la opción más sencilla de continuar con sus negocios.
Fuente: Pixabay
Aquí es donde el potencial y el atractivo de Madrid entra en acción. No solo se trata de la capital de España, sino de una de las zonas con mejor tratamiento fiscal del país y de sus vecinos europeos. Con unos impuestos, unas conexiones de transporte y una seguridad jurídica envidiables, si las autoridades españolas saben explotar esto a su favor, podrían transformar el distrito financiero de Madrid en el próximo centro financiero europeo.
Según un informe de la consultora PwC, Madrid tiene que adoptar medidas adicionales si desea de veras captar todo este tejido empresarial relocalizado tras el Brexit. Madrid ocupa actualmente el 8.º puesto en la clasificación de mejores ciudades para trabajar en la industria financiera. Dublín ocupa el primer puesto. No parece mala idea, pues, observar cómo Irlanda está haciendo sus deberes. Si las autoridades públicas no adoptan un firme compromiso por hacer de Madrid un polo de atracción todavía mejor, España podría dejar pasar una de las mejores oportunidades de crecimiento que se recuerdan.
El impacto económico directo e indirecto de la implantación en Madrid de al menos un porcentaje significativo de las empresas que abandonen la City afectaría positivamente a otros sectores estratégicos de la industria española. El principal sector beneficiado sería el inmobiliario: la llegada masiva de trabajadores cualificados con altos salarios dinamizaría un mercado que comienza a mostrar síntomas de agotamiento. El sector de la hostelería y el turismo también se vería reforzado, ya que las empresas financieras impulsan mucho su facturación. Otro sector beneficiado sería el del comercio, que también vería un aumento significativo de sus ventas, si bien es difícil dar un número aproximado que permita anticipar el crecimiento real de estas. Por último, el sector de la construcción, que no ha vuelto a conocer los niveles de actividad de los tiempos anteriores a la crisis de 2008, podría crecer exponencialmente con la llegada de empresas: la necesidad de espacios de oficinas sería cada vez mayor a medida que fuesen viniendo empresas de la City.
En resumen, ante el Brexit hay dos opciones: hundirse en el pesimismo o tratar de ver los grandes problemas como grandes oportunidades. Si bien es cierto que habrá complicaciones derivadas del Brexit para todas las partes implicadas, también es verdad que se abren nuevos horizontes económicos con gran potencial, como el refuerzo del sector de las exportaciones o la captación de tejido empresarial que quiera relocalizarse. El tiempo dirá si nuestro país sabe aprovechar esta compleja situación histórica a su favor.