Málaga es, junto con Almería, la provincia de Andalucía que más riesgo tienen de sufrir casos de mutilación genital femenina, debido a la población de niñas menores de 14 años que pertenecen a familias provenientes de países donde todavía se realiza esta práctica.
La coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer, Rosa del Mar Rodríguez, ha confirmado hoy estos datos en la presentación de la "Guía para la concienciación sobre mutilaciones genitales femeninas", elaborado por la Dirección General de Violencia de Género y el IAM, ha explicado la Junta de Andalucía en un comunicado.
La guía -en la que también ha colaborado la Asociación Mujeres Entre Mundos- tiene como objetivo dar claves a profesionales sanitarios, educativos y sociales para prevenir y actuar ante la detección de casos de riesgos de mutilación genital femenina.
En Andalucía se repartirán 6.000 ejemplares a los centros provinciales y municipales del IAM, el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIES), los centros de salud, los servicios sociales municipales y los centros educativos.
Este documento puede contribuir a prevenir la aplicación de esta práctica en más de 1.500 menores de 14 años que viven en Andalucía y sigue las pautas del Convenio del Consejo de Europa para la lucha contra la violencia de género, que considera la mutilación genital femenina como una forma de agresión contra las mujeres.
A nivel estatal esta práctica figura como delito en el Código Penal así como en el Estatuto de la Víctima del Delito y en la Ley de Protección del Menor.
Según la coordinadora las niñas en riesgo de ser víctimas están localizadas, para hacerles un seguimiento y trabajar con sus familias a través de un abordaje integral, desde el ámbito educativo, social y sanitario, pues hay muchas que piensan que si llevan a cabo esta práctica fuera de España no estará penado.
Además, ha insistido en que la parte más importante de la guía es el protocolo a seguir por los profesionales ante indicadores de riesgo, tanto para prevenir como para actuar si ya ha sucedido y ha señalado la necesidad de incidir en la educación y la intervención familiar para desmontar mitos culturales.
La guía comienza por un apartado sobre los motivos por los que se realiza la mutilación genital femenina -causas que abarcan tradiciones culturales, religiosas, control de la sexualidad o falso mito de la fertilidad- para que los profesionales puedan desmontar los argumentos en el trabajo con las familias.
El documento también recoge las consecuencias de la mutilación a corto y largo plazo, entre las que figuran infecciones, hemorragias, muerte por shock o desangrado, estrés postraumático, alteraciones ginecológicas y urinarias, esterilidad o complicaciones en el embarazo y en el parto.
Además dedica un apartado a los aspectos jurídicos, en el que detalla los derechos humanos que vulnera esta práctica y la legislación nacional e internacional que las definen como delito.