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Guerra a las gasolineras ‘low cost’

Empresarios del sector en la provincia denuncian la amenaza para los puestos de trabajo que suponen estas estaciones de servicio

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Poder llenar hoy el tanque de combustible a menos de un euro el litro es una ventaja con la que pocas veces han contado los conductores. Lo normal es que la volatilidad del precio del combustible haga, en muchas ocasiones, que para el bolsillo medio repostar en una gasolinera sea un lujo. 

Esa es la principal razón de ser de las llamadas gasolineras ‘blancas’ o ‘low cost’, que ofrecen combustible a precios más competitivos que los de las grandes marcas petroleras, como Cepsa, Campsa o BP y que no tienen el respaldo de los grandes operadores del sector y se introducen en un mercado oligopólico en el que es difícil entrar de forma libre.

Las estaciones de servicio ‘low cost’  también son  conocidas popularmente como gasolilneras fantasma, porque no hay personal en ellas que se encargue de servir combustible a los vehículos, y el cliente tiene que servirse él mismo. En España hay actualmente instaladas unas cuatrocientas gasolineras fantasma.Y este es uno de los grandes caballos de batalla de los sindicatos contra este tipo de gasolineras. En todo el país, el establecimiento de estas estaciones de servicio amenaza a casi 10.000 empleos del sector.

Ahora han empezado a proliferar en Andalucía, aunque, de momento, la mayor concentración de estas estaciones de servicio, según datos del Ministerio de Industria, se da en Madrid, Barcelona y Valencia, donde  hay más de 21 gasolineras. En Andalucía, su número va en aumento, algo que está empezando a frenarse en otras comunidades autónomas, debido a la regulación impuesta por decreto por los gobiernos autonómicos.

Desde la Asociación Provincial de Empresarios de Estaciones de Servicios, reclaman un mayor control a la Junta de Andalucía. Su presidente, Ángel Zamorano, explica que “igual que para un restaurante se exige el carné de manipulador de alimentos, en una gasolinera,se espera que haya personal capacitado para manejar material inflamable, y sepa cómo actuar en caso de algún incidente”.

Esto es algo que no ocurre en las gasolineras ‘low cost’, donde el usuario tiene que surtirse él mismo de combustible, y aunque “no estamos en contra de estos establecimientos, pedimos que al menos se regule y haya como mínimo una persona encargada de hacer el repostaje”, señala Zamorano, que indica además que ya han puesto en conocimiento de los sindicatos esta situación por la “amenaza que supone para los trabajadores del sector de las estaciones de servicios”.

La proliferación de gasolineras desatendidas parte de la liberación del suelo, aprobada en Consejo de Ministros en febrero de 2013. Antes de la entrada en vigor de esa medida, las gasolineras solo podían instalarse en terrenos reservados para tal fin en el ordenamiento urbanístico. Desde 2013, puede destinarse a gasolineras cualquier suelo industrial o terciario.

Además, se eliminó la cláusula de que debía una separación mínima de 500 metros entre una estación de servicio y otra. “Se ha liberalizado el mercado, y ahora encontramos gasolineras pegadas unas a otras”, explica Zamorano. Además, “al haber más suelo disponible, el precio de los solares es más bajo y esmenos caro instalar una gasolinera”.

La estela de las ‘low cost’ está arrastrando incluso a las grandes marcas petroleras que, como Repsol o Cepsa, están lanzando líneas de producto más baratas para competir con el auge de las gasolineras desatendidas o ‘blancas’, y aunque las grandespetroleras ocupan el 60% del mercado, lo cierto es el empuje del ‘low cost’ está obligando al mercado oligopólico del petróleo a dinamizarse y atender a la competencia de esta nueva forma de negocio.

Aunque la cara B de esta situación, en apariencia ventajosa para la competencia del sector, según la Asociación Provincial de Empresarios de Estaciones de Servicios, es que las “marcas blancas” de carburante son distintas a las de las grandes marcas del sector: estos últimos están tratados con aditivos que mejoran el carburante y hacen que la combustión consuma menos el motor y este  dure más, “por eso es más caro que la gasolina de las gasolineras blancas”, señala Zamorano, que, no obstante, apunta a que “el carburante no es que sea malo”, porque todos lo compran en la Compañía Logística de Hidrocarburos, la CLH.

Las ‘low cost’ contra la administración

Las llamadas gasolineras ‘low cost’ o desatendidas han anunciado esta semana que están sopesando presentar una denuncia ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia a aquellas comunidades autónomas, cinco de momento, por incumplir las leyes 17/2009 y 20/2013, que regula el libre acceso a mercados de servicios.

Valencia, Navarra, Castilla-La Mancha, Murcia y Baleares son las comunidades que de momento han aprobado una normativa que obliga a las ‘low cost’ a tener contratada como mínimo a una persona en horario de día para atender las estaciones de servicio. Se trata de la misma medida que la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicios de la provincia reclaman a la Junta para atajar lo que consideran “competencia desleal”.

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