Un ir y venir de gente, cargada de bolsas. En el aire, se escucha aquello de ‘quién da la vez’. Los mercados municipales son estos días de Navidad un hervidero. Los tenderos se convierten en los mejores asesores a la hora de confeccionar el menú que esta Nochebuena degustarán los malagueños. Los mariscos y el chivo malagueño, cada vez más, se convierten en los reyes de la mesa.
Gambones, cigalitas, centollos, son algunos de los manjares más vendidos en Atarazanas. David Soto, pescadero del Mercado Central, nos los vende para hacer boca. Sopa y lubina se comerán en casa de Ana que apura las compras. También sopa de marisco, cóctel, jamón y gambitas en la mesa de Joana que no recorta en el menú porque “tengo a todos en casa”.
No solo de mar vive la mesa esta velada que reúne cada año a toda la familia. La carne ocupa, en la mayoría de hogares, un papel primordial. Lo certifica Ricardo, que lleva años atendiendo en el mercado. “Cada día se vende más el chivo malagueño, el gustito es mejor que el cordero lechal, hay que probarlo”, nos invita. Son los más reclamados por los malagueños y los que vienen a buscar, muchos a última hora. “En mi casa vamos a comer un guisado de chivo y una col lombarda que la hace la abuela, nos permite comer muchos y no perder tiempo en la cocina”, explica.
La paciencia es un aliado estos días de compras navideñas en los que es habitual ver a los encargados de la cocina, acompañados de algún ‘pinche’ para hacer los recados. Como Esperanza, que aguarda su turno en busca de embutido. “Este año cordero en Nochebuena,no nos falta, entremeses, un pastel de salmón...”, cuenta.
Este enclave histórico de Málaga no entiende de las “recomendaciones” que invitan a reducir el consumo de carne o embutidos. Prueba de ello, la gran afluencia que recibe estos días. “Si es que ya no saben qué sacar, a mí eso me da igual, ahora hay un colesterol bueno, malo y otro, súper malo”, bromea.
Ya lo saben, buenos productos y, sobre todo, buena compañía. Hagan hueco para esta noche.