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Berlusconi se lanza a fortificar su imperio tras el desplante político

Algunos analistas consideran que estas operaciones son la venganza de Berlusconi para desestabilizar a Renzi

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Silvio Berlusconi ha sacudido los mercados italianos al lanzarse a la compra del grupo editorial Rizzoli y de la empresa pública Rai Way, que controla las torres de transmisión televisiva, justo después del desplante político que le hizo el presidente del Gobierno, Matteo Renzi.

Algunos analistas consideran que estas operaciones son la venganza de Berlusconi para desestabilizar a Renzi, quien no le tuvo en consideración para la elección del jurista Sergio Mattarella como presidente de la República.

Otros argumentan que Berlusconi se mueve en el mercado para fortalecer su imperio, ahora que está cada vez más alejado de la política.

Y es que el ex presidente del Gobierno y propietario del coloso Finninvest no se la lanzado a la conquista de dos simples empresas, sino que ambas tienen un fuerte contenido simbólico.

El grupo Mondadori, que preside la hija del "excavaliere", Marina Berlusconi, lanzó su oferta por el grupo Rizzoli, que comprende también otras dos casas editoriales importantes, Fabbri y Bompiani.

Si esta propuesta de compra, que analizará mañana el Consejo de administración de Rizzoli, se concretase y fuese aprobada por las autoridades antimonopolio del país, con una operación de unos 120 millones nacería un gran coloso que controlaría cerca el 40 por ciento del mercado editorial.

Por otra parte, en otro arrebato de Berlusconi la sociedad Ei Towers, controlada al 40 % por Mediaset, anunció el miércoles una Oferta Pública de Adquisición de acciones (OPA) para hacerse con el 66 % de la agencia Rai Way, que controla las torres de transmisión de las señales de televisión y que está participada al 65 % por el Estado.

Berlusconi sabe perfectamente que su propuesta excede de los límites marcados por la legislación italiana en materia de empresas públicas y que fijan que la cuota de participaciones del Estado no descienda del 51 %.

Por esa razón, Ei Towers sólo podrá optar a la adquisición del 49% de sus participaciones, pero en el caso de que se lleve a cabo la operación Mediaset, controlaría directamente los cinco canales televisivos de su propiedad y los de La7, que también trasmiten con sus torres, e indirectamente otros cinco que gestiona la Rai Way.

Con 3.200 torres que ya posee y las 2.300 públicas, pasaría por manos de Berlusconi todo el sistema de comunicación televisiva del país.

Para Renzi, detrás del asalto de Berlusconi no hay ninguna causa política y amonestó a la prensa por las hipótesis sobre este tema.

"Debéis considerar las operaciones de mercado por lo que son, no políticas sino de mercado. Por eso es necesaria la libertad de quien trabaja en el mercado y el respeto de las reglas. El Gobierno ha dictado las normas y no pretende modificarlas", señaló Renzi al recordar la regla del 49 %.

Sin embargo, las primeras reacciones negativas a las ofertas del "excavaliere" y líder de Forza Italia han vuelto a crear discrepancias en el grupo de Renzi, el Partido Demócrata.

El ministro de Cultura, Dario Franceschini, se dijo "muy preocupado" por la posible adquisición de Rizzoli por parte de Mondadori, al considerar "demasiado peligroso que una empresa controle casi la mitad del mercado".

Para el senador del PD Massimo Mucchetti, la opa de Mediaset por Raiway es "técnicamente hostil" y con ella Berlusconi "apunta a proteger sus televisiones vinculándolas a la televisión pública".

"Y ahora me espero que el Milan (de Berlusconi) se compre el Inter", fue el comentario irónico de otro de los históricos líderes del PD Pierluigi Bersani.

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