Lejos de bendecir aquello de que “las cuentas claras y el chocolate espeso”, y más cerca, sin duda, de aquellas famosas cuentas del Gran Capitán de “entre picos y palas...”, así se puede definir el galimatías con el que el equipo de Gobierno quiso disfrazar los ruinosos números del Ayuntamiento de Huelva, el periodo medio de pago, y hasta la deuda que arrastra, a pesar de tres planes de ajustes, un rescate y un último préstamo recibido de más de 65 millones.
Pero por partes, en rueda de prensa, bien tempranito este lunes el primer teniente de alcalde de Economía, Hacienda y Régimen Interior aseguraba pleno de euforia al exponer los resultados económicos del cuarto trimestre del año y del avance de Liquidación de 2014, que “el ahorro anual acumulado del Consistorio el pasado ejercicio” alcanzó casi los 14,5 millones de euros. Lo que es lo mismo, un superávit que se consigue por un incremento del 8,26 por ciento y una reducción en un 6,34 por ciento de los gastos.
La oposición no lo ve claro
Pues bien, para el portavoz del Grupo Municipal socialista, Gabriel Cruz la cosa es diferente, ya que asegura que al equipo de gobierno del Partido Popular le sale un superávit en las cuentas “porque deja a un lado la deuda que mantiene con los bancos”, por lo que ha lamentado que las arcas del Consistorio siguen siendo “muy delicadas, consecuencia de 20 años de desgobierno de Pedro Rodríguez, según consta en los informes económicos del cuarto trimestre de 2014”.
En una nota de prensa, Cruz ha indicado que la deuda a bancos que soporta este Ayuntamiento asciende a “261,7 millones de euros sólo de capital”, una cantidad a la que “habría que sumarle los casi cien millones de euros en intereses entre planes de pago a proveedores y rescate”.
A juicio del candidato a la Alcaldía de la capital por el PSOE, Rodríguez “convirtió la deuda comercial en deuda financiera, una maniobra que le permite vender unos números que no son reales”. Cruz ha apuntado que “la deuda comercial no tiene intereses, mientras que la financiera sí”. “Aunque Rodríguez diga que el Ayuntamiento ha terminado el año con 14,5 millones de euros de superávit, lo que ha conseguido es hipotecar a la ciudad hasta 2023, y tener a los onubenses pagando tres préstamos y un rescate que ascienden, entre capital e intereses, a casi 400 millones de euros”.
También lo tienen claro en Izquierda Unida. El concejal de esta formación Juan Manuel Arazola indicó a Viva Huelva que según los informes de intervención del Ayuntamiento que se presentan a pleno mañana, hay que contextualizar “la euforia del teniente de alcalde”, ya que “hablamos de un Ayuntamiento que estaba arruinado y que se mete en un plan de ajuste en cuatro fases con cuatro préstamos, no alguien a quien le va bien su negocio y tiene beneficios, sino que paga una deuda bancaria de más de 260 millones y que presenta la ejecución de los planes de ajuste como un triunfo de gestión cuando lo que hace es que el plan de ajuste le deja gastar 136 millones, pero el compromiso que adquiere el Ayuntamiento con el Ministerio, después de bajarle el sueldo un 30 por ciento a los trabajadores, es no prestar servicios, subir las tasas al máximo, por lo que lo que presenta como ahorro de ese gasto es ajuste sobre el ajuste”. Según Arazola, el Ayuntamiento está “yendo más lejos de lo que exige el ministerio; aprieta aun más a los ciudadanos y trabajadores y renuncia a gastar un dinero que puede, cuando hay casas que se caen en Pérez Cubillas o servicios que se dejan de prestar por todos los barrios”.
Desde IU se señala otra circunstancia también que, aseguran, ayuda a ‘camuflar’ los números rojos: “Las cuentas están disfrazadas por el préstamo de 65 millones de euros, un ingreso extra que disfraza lo demás”.
Los largos días de espera
Saúl Fernández puso también en valor ayer que, según sus cuentas, “el periodo medio de pago a proveedores, a día 31 de diciembre de 2014, se sitúa en 21,7 días”. De nuevo, y según los datos con los que cuenta la oposición, con base en los informes oficiales, el Partido Popular confunde el deseo con la realidad. Pues bien, para el portavoz socialista, el alcalde “se olvida de los casi diez millones de euros sin consignación presupuestaria, cuyo periodo medio de pago supera los 1.293 días, según la Intervención municipal”.
También Arazola pone en solfa los presuntos 21,7 días de periodo medio de pago, ya que asegura que “en el propio informe de morosidad de la Intervención que se presenta, se dice que el periodo medio de pago en el cuarto trimestre de 2014 es de 203 días, por lo que no sabemos de dónde saca esa cifra, porque el PP tiene el mismo informe delante que tiene IU”. Un periodo medio de 203 días que, asegura, corresponde sólo a “la gente a la que paga, porque hay gente a la que no le paga las facturas pendientes, y estos, rondan los 729 días”.
Las razones de Saúl
Para el concejal de Hacienda, lo importante es que para los ingresos corrientes, el plan de ajuste preveía para el año 2014 una recaudación de 132,9 millones, cifra que se elevó en las previsiones presupuestarias a 138,85 millones; sin embargo, la ejecución ha dado como resultado un montante mucho mayor de 143,90 millones, con un aumento de un 8,26 por ciento gracias, asegura, a “una mejor recaudación”. También ha explicado que en los gastos ha ocurrido lo contrario: la previsión del plan de ajuste era de 136,78 millones, en el presupuesto se elevó a 144,59 millones, y el resultado ha sido 128,11 millones, un 6,34 por ciento menos.
Sin embargo, el triunfalismo, según el PSOE, sobra, ya que Gabriel Cruz ha criticado la “frivolidad” con la que el gobierno municipal está tratando este asunto, “intentando vender una buena gestión que no existe”, por lo que añadió que “es bochornoso que un alcalde que ha dirigido este Ayuntamiento hasta la intervención, siga engañando a los ciudadanos”.
Tampoco Arazola entiende el optimismo municipal, ya que “este trimestre se pagan 4,6 millones de intereses de demora, que se come la tercera parte de lo que dice que ha ahorrado en el pasado año”. Además, según el informe oficial, “la deuda sigue y se pagan más de 53.000 euros diarios a los bancos, y hay facturas reconocidas pendientes por 33 millones, y en el cajón de las que se dicen que no están reconocidas casi diez millones, y serían 43 millones de deuda a proveedores otra vez tras cuatro plantes de pago”.