El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha explicado este viernes que intentará convocar una consulta popular sin "valor jurídico inmediato" basada en la futura ley catalana de consultas, y si el resultado es favorable a la independencia "negociar y llegara a acuerdos" con las instituciones del Estado.
En una entrevista con la radio francesa France Info recogida por Europa Press, ha apuntado que su previsión es que la ley catalana de consultas populares esté lista para el mes de septiembre, y ha defendido que pude hacerse conforme al Estatuto de Autonomía.
"Intentaré convocar la consulta popular, no con valor jurídico inmediato, para el 9 de noviembre", ha proseguido. Y, si el resultado es favorable a la independencia, entenderá que tiene "un mandato de la población catalana" para negociar. En todo caso, ha insistido en que la consulta es el primer paso para conocer la "opinión exacta de la población", y luego habrá "otros posteriores".
Mas tiene la "opinión personal" de que habría mayoría a favor de la independencia, pero ha insistido en que la clave es votar. Así, ha incidido en que el 80 por ciento de la población de Cataluña quiere una consulta, aunque "es muy probable que una parte importante de ese 80 por ciento esté contra la independencia".
Por eso, ha avisado de que aunque el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, considere el asunto "resuelto y terminado" con el rechazo del Congreso a ceder a Cataluña competencias para hacer un referéndum, para los catalanes el asunto no está zanjado.
El 'president' ha descrito sus planes como "un gran desafío democrático", algo a lo que España "no está acostumbrada", y ha apostado por un acuerdo para organizar la consulta, como Escocia en Reino Unido o Québec en Canadá.
Según ha dicho, CiU no piensa en una "independencia clásica", porque en la UE de hoy "no hay países absolutamente independientes", pero sí en situarse al mismo nivel que cualquier gobierno --ha citado a Austria, Bélgica, Dinamarca o Finlandia--.
Eso implicaría "poderes legislativos", un Parlamento "que realmente pueda tomar decisiones para el desarrollo y el bienestar de la sociedad" y "la posibilidad de obtener más dinero que se produce en Cataluña". Eso sí, "siempre pensando en una cierta solidaridad en el interior de España".
Así, ha dicho que siempre ha defendido esa solidaridad, pero que el problema es que hoy en día Cataluña tiene un "déficit fiscal pavoroso" que limita "de forma muy grave" sus posibilidades de desarrollo.
Preguntado si España trata mal a Cataluña, ha dicho que sí, que "desde hace mucho", y que si se ha llegado a este punto en la relación es porque los Gobiernos españoles, y especialmente los conservadores, "han sido muy torpes en la relación con Cataluña".
A su modo de ver, durante décadas los catalanes "no han sido mayoritariamente independentistas" y los Gobiernos catalanes de distinto signo han colaborado con los españoles.
"NO TENEMOS NADA CONTRA ESPAÑA"
Con todo, ha subrayado que no quiere España desaparezca, porque no tiene "nada en contra de España, ni siquiera en contra del Estado español", sino que "hay muchos vínculos entre Cataluña y España", teniendo en cuenta que "más de la mitad de la población catalana tiene origen no estrictamente catalán". "Ese es el país que quiere votar y que, probablemente, ya lo veremos, tiene una mayoría de población a favor de la independencia", ha remachado.
Mas también ha defendido sus convicciones europeístas y se ha declarado partidario de una Europa federal con varios poderes centrales y más poderes regionales. Además, ha dicho que en los últimos años han entrado en la UE países "mucho más pequeños que Cataluña". Según ha dicho, si Europa "explota" no será por el proyecto soberanista catalán, sino por ser "incapaz de construir el conjunto político, la unión política".