“Somos víctimas de una estafa”. De esta forma tan contundente se han expresado los propietarios de cinco viviendas de La Caridad que constituyen un terreno de 3.000 metros cuadrados y que, presumiblemente, sufrirán un desalojo el próximo lunes, día 18 de febrero.
Sin embargo, la historia de estos cinco residentes se remonta al año 2006, cuando a través de la promotora ‘Proyectos Inmobiliarios del Guadalquivir’, cada uno de los cinco propietarios de este terreno adquirieron una vivienda por valor de 330.000 euros. “Aquí pagamos por el contrato de compra-venta 48.000 euros, 12.000 por la letra y 6.000 más por la firma del contrato, y estábamos pendiente de la escritura y la hipoteca por parte de Banesto, que no llegó a realizarse nunca”, explica Francisco López, uno de los afectados.
Sin embargo, y tal y como cuentan estos vecinos, “la promotora nos dio largas con la hipoteca, se fue y dejo incluso las casas a medio terminar”. De hecho, muchos de ellos, que ya habían vendido su anterior residencia, tuvieron que meterse en estas viviendas, a medio terminar, sin apenas servicios. “Aquí nunca hemos tenido luz, agua… la tenemos gracias a las ayudas de los vecinos, pero no por ninguna actuación del Ayuntamiento”, comentan.
Y es que, cuando la promotora de las viviendas comenzó a construir, el suelo contaba con los permisos del Consistorio. “El proyecto era legal y contaba con la licencia de obras y todo”, puntualizan. No obstante, con el cambio de signo político, quedó constatado que el terreno en el que se habían edificado las viviendas estaban clasificados en el Plan General como suelo urbano no consolidad, donde no se podían otorgar licencias de parcelación y de edificación.
A finales de 2007, y con todas las letras pagadas, comienzan los problemas y es, en este momento, donde los vecinos se percatan, a través del Ayuntamiento, que las viviendas están en situación irregular. A esto se sumaba también la situación económica de la promotora. “La promotora nos estafó, pero también el Ayuntamiento tiene que asumir su parte de responsabilidad y Banesto que fue conocedor de las deudas de la promotora a proveedores y aun así le concedió un préstamo para construir las viviendas”
Así, pasaron los años y con los embargos que se habían contraído, se alcanzó un acuerdo con el banco, mediante el cual la entidad realizó una subasta pública en enero de 2012 que quedó desierta. “En esta subasta el banco ofrecía 3.000 metros cuadrados de suelo rústico indivisible, cuando ellos ya sabían que aquí había viviendas y que además estaban divididas en cinco parcelas”, sostienen los vecinos.
Las negociaciones continuaron hasta agosto del pasado año. De hecho, una de las posibilidades que se ofreció a la entidad, ahora ya absorbida por el Santander, fue el pago de un alquiler con opción a compra.
Sin embargo, las comunicaciones finalizaron hasta que el pasado día 4 de febrero, los vecinos recibieron una carta que les informaba que tendrían que abandonar su vivienda este lunes día 18.
Aunque el abogado de estos vecinos está intentando alcanzar una solución, manifiestan que “es complicado”. No obstante, mantienen la esperanza de poder quedarse en sus casas.