“Seguimos un poco abrumados por tantos homenajes y demostraciones de cariño, lo cual cobra valor si tenemos en cuenta que mi padre era bastante adusto, no voy a decir antipático, pero tampoco un campeón de las relaciones públicas”, ha explicado Germán Delibes, uno de los hijos del escritor y catedrático de la Universidad de Valladolid.
Ha sido en un colegio público de la capital vallisoletana, bautizado desde 1977 con el nombre del autor de El camino, donde se ha presentado esa versión, titulada Mi primer Delibes y editada por Lunwerg (Grupo Planeta) y la Fundación Villalar-Castilla y León como una lectura iniciática para los alumnos de Educación Primaria. Su aparición en las librerías coincide, a título de homenaje, con el primer aniversario del fallecimiento de Miguel Delibes (1920-2010.
El camino, redactada en menos de un mes y publicada en 1950 tenía, ha explicado su hijo, un significado muy especial para su padre porque, al igual que le sucedió al protagonista del libro (Daniel El Mochuelo), “encontró su propio camino literario” después de sus dos primeras obras.
Se refería así a La sombra del ciprés es alargada (1948) y Aún es de día (1949), ambas, ha indicado Germán Delibes, “muy poco razonables” y con un lenguaje “muy literario”.
“Con El camino descubrió que era enormemente feliz cuando escribía como hablaba y pensaba, por eso le salió tan rápido, en apenas tres semanas, durante unas vacaciones en Molledo-Portolín (Cantabria)”, ha añadido el hijo del literato.