Desde este diario no se está en contra de los trabajadores de Acerinox, ni mucho menos, y está claro que el mantenimiento de sus puestos de trabajo deber ser sagrado y prioritario para todos en cualquiera de las circunstancias; es el gran objetivo por el que hay que velar junto con el de las empresas de contratas.
Pero desde este diario se entiende que una empresa con tanto músculo como Acerinox, que obtuvo entre los años 2004 y 2008 más de 500 millones de euros de beneficios; y que incluso en el último trimestre de este propio año también obtuvo más de 19 millones de euros de beneficios, una empresa de estas características puede capear por sí sola los meses o los años de vacas flacas sin la necesidad de apoyarse en la ayuda de la administración pública.
En tiempos de crisis como los que vivimos, la ayuda de la Junta de Andalucía a Acerinox, un gasto de muchísimos millones de euros, es una desviación de un dinero público que bien podría utilizarse en otras necesidades sociales más perentorias. La cuestión es si Acerinox por sí sola no sería lo suficientemente fuerte para aguantar sencillamente un año sin beneficios o con unas pérdidas que bien se podrían cuadrar con los beneficios anteriores o de futuro. Acerinox se apoya en la Junta de Andalucía en su año de vacas flacas utilizando de rehenes a sus propios trabajadores. Por otra parte, la aprobación del ERTE también condiciona directamente al cerca millar de trabajadores de las contratas; unos empleados que se quedan una vez más desamparados sin ninguna ayuda oficial.