En un entorno de una riqueza natural privilegiada declarado monumento natural y ampliamente conocido por su oferta gastronómica de gran calidad, en la pedanía vejeriega de Santa Lucía, nace la Terraza de Juana. Un nuevo espacio en el que disfrutar al aire libre de una variada oferta culinaria en la que destacan los productos típicos de la zona, de un cocktail con los amigos o de un café con la familia.
Con un formato tipo chiringuito, este restaurante se integra en el medio rural con la totalidad de sus mesas al aire libre y con una decoración fundamentada en materiales naturales, antiguos aperos de labranza y herramientas que eran usadas hace más de un siglo para el trabajo con el ganado. Se presenta como un espacio ideal para disfrutar con toda la familia, ofreciendo un amplio espacio ajardinado donde los más pequeños pueden jugar tranquilamente y donde también son bienvenidas las mascotas.
Un espacio fruto de la experiencia y el amor por Santa Lucía de una familia vejeriega que desde hace más de medio siglo ha tenido su segunda residencia en esta pedanía y que ha regentado numerosos negocios hosteleros en la cercana localidad de San Fernando.
Con la llegada del otoño esta terraza abrirá también para desayunos y se mantendrá abierta hasta la tarde, mientras que los fines de semana tiene previsto ofrecer cenas siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan. Los visitantes podrán optar por comer bajo la pérgola de madera central, en el jardín o en la zona chill out.
En la carta se funde la concina tradicional de la tierra con un toque actual y vanguardista, pero con especial relevancia al producto de proximidad. Destaca el atún en tartar o tataki, el surtido de pescado frito, una amplia variedad de carnes y los arroces, que se ofrecen como una opción económica para disfrutar de un rico almuerzo familiar. Especial mención para la carrillada al vino tinto. Y es que los platos de siempre saben mejor en lugares como la Terraza de Juana.
Se trata sin duda de un espacio con un gran encanto que invita a volver una y otra vez, un sitio sencillo donde sentirse bien acogido y un lugar ideal para descansar tras visitar el mágico sendero de los Molinos de agua. Un restaurante moderno y cuidado con espíritu de venta rural de toda la vida.