Cruz Roja está atendiendo y prestando en sus dos albergues provisionales instalados en Alcublas y Viver apoyo a decenas de personas que han sido
desalojadas de sus viviendas por el incendio forestal que afecta a la comarca castellonense del Alto Palancia y que este jueves está sufriendo rebrotes por el viento.
Desde el albergue de Alcublas (Valencia), Rafa López, uno de los voluntarios, ha explicado a EFE que están atendiendo a una decena de personas en este momento y, tras las últimas indicaciones de los servicios de Emergencia, se encuentran
ahora confinados a causa del humo de alguno de los rebrotes producidos en las últimas horas.
En el albergue de Viver (Castellón) están instaladas
78 personas procedentes de municipios evacuados, como Bejís, Torás o Teresa, y anoche dieron servicio de cena a 153 personas.
En Alcublas se encuentran las personas desalojadas del pequeño municipio de
Sacañet, un pueblo que fue desalojado en la madrugada del martes a miércoles debido a un cambio brusco de viento que hizo virar la dirección del avance del fuego.
La mayoría de los vecinos se realojaron en casa de sus familiares en Valencia o en
segundas residencias, pero una veintena llegaron a Alcublas, diez de las cuales siguen en este punto establecido por Cruz Roja a instancias de a Generalitat.
Entre ellos se encuentra un matrimonio de origen ruso junto a su perro, que se instaló recientemente en Sacañet y se ha visto sorprendido por este incendio que, como a sus vecinos, ha tenido que
dejar su casa de manera precipitada.
La incertidumbre y el miedo son los principales sentimientos que se dan cita en el albergue provisional, donde los voluntarios de Cruz Roja "
les atienden lo mejor posible y les prestan también apoyo psicosocial mientras no puedan volver a sus casas".
"Anoche nos daba la sensación de que iban a tener que evacuarnos,
porque las llamas estaban muy cerca, pero finalmente, gracias a los trabajos y a la lluvia que comenzó a caer", no llegaron, explica el voluntario.
El tiempo es más fresco, "
incluso hacía frío esta mañana", por lo que la sensación es más positiva, ha indicado López, quien vuelve al trabajo con rapidez para acompañar a las personas a las que atiende en turnos de doce horas, y que están instaladas en las camas desmontables del Equipo de Respuesta Inmediata (ERIE).
Las instalaciones seguirán operativas hasta que pase la emergencia.