No se sabe gran cosa de la familia Putin aunque no faltan titulares del tipo: “
La misteriosa vida de Putin: sus mujeres, sus hijos secretos y su obsesión con la seguridad” o este otro
, “Los líos de Familia de Putin y su dinero son intocables: Hijos ilegítimos y 200.000 millones” o también este otro titular:
“La vida secreta de Vladimir Putin: de sus mujeres a presuntos hijos”. Sin embargo siguiendo la más rancia tradición zarista muchas personas nacidas en Rusia pueden perfectamente llamarle “padrecito”. A esos millones de personas rusas pretende esta carta dirigirse, ya que cada una de ellas se sentirá un “hijo de Putin”. Comienza así: Esperamos, estimado hijo de Putin, que al recibo de esta estés muy preocupado porque tu señor “padrecito” ha enviado al ejercito de tu nación contra gentes como tú y tu familia, pero que viven en una república hermana hasta no hace tanto. Si conoces algo de la historia de esa gran Rusia, en la que vives, sabrás que en 1922, hace ahora 100 años, vaya paradoja, Ucrania se constituyó en una de la Repúblicas Socialistas Soviéticas. Hermanos y hermanas en un proyecto socialista de dimensiones épicas, que sobrevivió a las guerras civiles después de la revolución de octubre de 1917, a las enormes transformaciones socialistas de la década de los años 20 y 30, en plena postguerra de la 1 guerra mundial y de la gran crisis económica subsiguiente. Precisamente Ucrania salvo del hambre a esa Rusia en la que vives, hombres y mujeres ucranianos trabajaron las fértiles tierras, de lo que se ha llamado el “granero de Europa” y de paso de España, ya que el 46% de los cereales que se importan en este país vienen de Ucrania. También sabrás que Ucrania fue uno de los escenarios más trágicos de la guerra que Hitler desató contra tu país. Un dictador que, al igual que ahora, envió sus tanques, cañones, aviones contra un pueblo por el enorme capricho de robárselo todo incluso de exterminarlo. En esa tierra ucraniana se combatió sangrientamente y precisamente en esta tierra comenzó el declive del poderío Nazi. Sabes hijo de Putin que tu vida familiar, es muy parecida a la de cualquier familia Ucraniana. Y que en esta vida cualquier desavenencia puede resolver, debe resolverse, median el acuerdo, la negociación, porque todo el género humano al que tú también perteneces tiene derecho a la vida, a una vida digna y en libertad. Es muy posible que creas que esta guerra desatada por tu “padrecito” es justa. Putin te habrá dado muchas razones para justificar la matanza que está realizando en Ucrania. Pretendemos con estas letras animarte a que pongas en duda todo lo que te dice Putin y sus medios de comunicación, al igual que pongas en duda todo lo que puedas recibir de los medios “occidentales”, porque tanto unos como otros mienten y mucho. Una vez te instales en la duda, que será evidentemente un gran avance, podremos, tanto los que esta carta escribimos como tú, convenir en que nada justifica la muerte y la destrucción que está provocando esta guerra. Cualquier guerra. Creemos que a estas alturas del siglo XXI tú también intuirás que detrás de todos los conflictos internacionales, debajo de todas las crisis nacionales e internacionales se encuentran individuos avariciosos, que viven para amasar grandes y más grandes fortunas a fuerza de absorber la plusvalía, la energía de la humanidad y de toda forma viviente en este planeta. Dejémosles claro que no podrán seguir utilizando la Guerra para sus perversos fines. Por ello hijo de Putin te pedimos que juntos, tu allí en la madre Rusia y nosotros en España, nos manifestemos abiertamente contra la Guerra y a favor de encontrar soluciones a los conflictos siempre mediante la negociación pacífica.
Fdo Rafael Fenoy