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Sindéresis

España católica

Sois profundamente antidemocráticos porque no hay mayor democracia que elegir tu modo de vida, tu credo o su ausencia

Publicado: 23/10/2022 ·
20:47
· Actualizado: 23/10/2022 · 20:47
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

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Es posible que tengamos una de las derechas más hipócritas de Europa, que cuanto más radical se torna más hipócrita se presenta, y que al final acabará siendo digerible solo por quienes piensan con las tripas; es decir, que no piensan. Uno de los paradigmas de su hipocresía y falta de contenido político es el predicado de que España es y debe ser católica, como oposición a la influencia de otras religiones y costumbres, como si aquello representase un baluarte de remedios morales, cuando es una afirmación tan peligrosa como ligera, tan ligera como hipócrita.

La existencia de una policía religiosa que tanto nos escandaliza, que tanto escandaliza a la derecha solo cuando les conviene intentar encontrar una contradicción entre la izquierda y su tolerancia cultural, es algo que vendría de suyo en un país que no fuese aconfesional. Si España es católica, entonces no se debe permitir comportamiento alguno fuera de lo católico, y lo católico sería ley, lo que implica, a todos los efectos, la falta absoluta de libertad de elección y desarrollo en los españoles. Estando limitados entonces por los dogmas católicos, vamos a repasar qué dicen estos. ¿Acaso la Iglesia Católica no es un estamento machista donde las monjas viven en un estado jerárquico de sumisión y los más altos cargos se reservan para los hombres? Esto es el catolicismo y la derecha dice que España es católica. ¿Acaso desde sus púlpitos los curas no predican en contra de la homosexualidad y del divorcio? Estimados homosexuales casados de la derecha, estimados divorciados de la derecha, sois unos magníficos hipócritas acogiéndoos a lo que la ley permite pero la religión prohíbe. Luego os quedáis solo con lo del aborto y os olvidáis del puterío. Defensores a ultranza de que los niños no aprendan nada sobre sexo en las escuelas, más allá de lo rudimentariamente biológico, ¿acaso no habéis visto a la Iglesia Católica proteger y esconder pederastas durante décadas? ¿Acaso no habéis escuchado a importantes ministros de la Iglesia decir que a veces son los niños y las niñas los que provocan y buscan el abuso?

En una España Católica, esto sería ley porque en un país confesional la religión es tan oficial como el BOE y como la lengua. Que habláis de la censura de lo políticamente correcto y de la cultura de la cancelación cuando hace unos cuantos años, en la España Católica de Franco, el censor llevaba alzacuellos y en los Carnavales de mi tierra había una patrulla de fuerzas del orden para llevarse a la prevención a quien cantara una letra que no fuera del gusto del régimen; por supuesto, estaba prohibido criticar a la Iglesia.

Vosotros no queréis una España Católica; queréis una España aconfesional donde no quepan otras religiones ni otras maneras de ver el mundo, porque vuestra política es hipócrita, estética y acomplejada. Porque queréis censura para los demás, pero comprar vuestra bula con dinero. Porque queréis a la gente yendo a misa por cojones para que el cura les predique contra el feminismo, el socialismo y la homosexualidad, de manera que todo esté prohibido y, por tanto, habite en un mercado donde los pobres venden y los ricos compran, y nadie puede ir a la Policía. Comprar bebés, por ejemplo, que también se hacía en la España Católica de Franco para satisfacción de los ricos metidos en matrimonios de conveniencia no heterosexuales, infértiles, y como medida eugenésica para que los niños de los rojos fuesen criados en cunas fachas.

Sois profundamente antidemocráticos porque no hay mayor democracia que elegir tu modo de vida, tu credo o su ausencia. Y sois unos hipócritas porque echaríais a los pobres de los templos antes que a los mercaderes y veis la piedad como cosa de rojos.

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