Septiembre abre
curso político y lo hace
pendientes de la transición en la Alcaldía de Sevilla, con las miras puestas, no sólo la
local, sino también la
regional, en los pasos que de Juan Espadas para articular un
organigrama en la Casa Grande que le permita conjugar su función de regidor con la de candidato socialista a la Junta pero
sin desmembrar ni abrir una guerra interna en el grupo mayoritario. Aunque la transición, pero diferente, también está en el
traspaso de portavoz en el grupo popular, en espera de que aterrice el candidato deseado por la dirección provincial y nacional, pero no tanto la regional, y con
Adelante Sevilla completamente rota, mientras
Cs intenta explotar su utilidad en la ausencia de mayorías y
Vox sigue firme en su estrategia de
estar y, casi siempre, en contra de casi todos los demás.
Juan Espadas hará público “en los próximos días o semanas”, insisten una y otra vez, la
fórmula que le permita ir
descentralizando funciones en sus concejales durante el periodo de transición cuya
fecha tope no la marcará ni él, sino que será
Juanma Moreno, como presidente de la Junta, cuando decida si adelanta o no los comicios andaluces.
Desde
San Telmo insisten una y otra vez en que
no habrá adelanto electoral y que serán en noviembre de 2022, pero
Vox tensa la cuerda una y otra vez, y aunque una
prórroga presupuestaria les permitiría llegar al próximo año con las cuentas saldadas al Gobierno de PP y Cs,
nadie puede asegurar que la buena sintonía rompa en algún momento el pacto con el objetivo puesto en las urnas.
Sin elecciones fijadas pero sobrevolando la plaza de San Francisco,
Espadas busca equilibrio en su apuesta organizativa. Con d
os posibles candidatos señalados desde el comienzo, Antonio Muñoz y Juan Carlos Cabrera,
el alcalde huye de esos personalismos por ahora y prefiere distribuir funciones entre todos los concejales, incluyendo
la tercera en discordia, Sonia Gaya, susanista confesa y segunda en el grupo socialista, lo que la sitúa como “sucesora” de Espadas.
La
delegación de la presidencia del Pleno es una de las claves en ese organigrama, aunque hay más, habida cuenta de que el alcalde a
glutina la dirección de las principales áreas, al margen de empresas y organismos municipales, fáciles de delegar en los responsables de cada delegación. Aunque
quiere hacerlo bien y sin abrir heridas ni guerras internas, dando a cada uno su espacio para que, como espera,
todos remen en la misma dirección y, cuando toque, que se posicionen.
Del PP y de Adelante
Pero si en el PSOE están pendientes de esa transición, quien ha iniciado el primer paso es el
PP,
relegado Beltrán Pérez y por voluntad propia como prueba de voluntad integradora, ya ha iniciado su periplo como nuevo portavoz
Juan de la Rosa, intentando formar una “
alternativa” al que consideran un alcalde ausente.
El PP debe
recomponer el grupo municipal pero también su feudo electoral, reconquistar una mayoría (simple) que perdió con un Espadas que ha conseguido apoyarse en la confluencia de izquierdas y en el liberalismo de Cs, y, encima,
trabajar por un candidato que, al menos por ahora, es el alcalde de Tomares, José Luis Sanz,
apuesta de la dirección provincial y nacional pero que no es del agrado de la regional. Un
partido abierto, hacia dentro y hacia fuera, el que tienen ahora los populares.
Si en el PSOE están mirando con lupa sus movimientos para no abrir una guerra y el PP quiere cerrar la del último congreso provincial,
los que ya han perdido la batalla son los que apostaron por la confluencia de izquierdas con Adelante Sevilla, con una portavoz,
Susana Serrano, enfrentada no sólo a la concejal de Podemos a la que expulsó, Sandra Heredia,
sino también a sus compañeros de IU, Daniel González Rojas y Eva Oliva, que hace meses que tienen agendas diferentes, emiten sus comunicados con las siglas de su partido y, como colofón,
hasta votan de forma distinta en los Plenos. Sin reuniones del grupo y con la confluencia rota de una forma más que evidente,
los dos años que le esperan al grupo municipal de Adelante Sevilla van a ser de lo más movido.
En este panorama, los concejales de
Ciudadanos, con su portavoz Álvaro
Pimentel incluso
renunciando a la dirección provincial para centrar todos sus esfuerzos en la Casa Grande, intentan
materializar la idea de que su partido es útil y que han sido el verdadero apoyo que ha permitido la
gobernabilidad en el Ayuntamiento de Sevilla. Apoyos más que destacables le han dado a Espadas, incluso con acuerdos presupuestarios, pero las
encuestas no son muy halagüeñas y les queda trabajo para garantizarse la misma representación que en las últimas elecciones.
El grupo de
Vox sigue inamovible en la misma estrategia que le otorgó dos concejales en los comicios locales, siguiendo las
directrices de la dirección nacional de Santiago Abascal, lo que le ha llevado a quedarse en
soledad en los Plenos e incluso, a estar
en contra de todos y todos en contra de ellos.