La Universidad Pablo de Olavide ha aprobado este miércoles sus recomendaciones para evaluar a los estudiantes en este final de curso en el que no habrá vuelta a las aulas universitarias en Andalucía. La primera de esas sugerencias es, en sintonía con el marco general aprobado por todas las universidades públicas andaluzas y la Junta, la de realizar una evaluación continua y, concretamente, en modo telemático. Para hacerlo posible es “conveniente utilizar diferentes tipos de pruebas con el objeto de que la nota final represente fielmente los resultados del aprendizaje”, señala el documento de 24 páginas. Para esa evaluación online sólo podrán usarse las herramientas “autorizadas por la Universidad”.
La Olavide propone exámenes tipo test, de respuesta breve o que requieran de una respuesta de redacción también corta que podrían hacerse con la herramienta Evaluación. En el caso de los tipos tets plantea que se deje “más tiempo del habitual” para contestar “ante posibles problemas técnicos”. En las pruebas de respuesta breve y de redacción, “se recomienda que se diseñen múltiples opciones de examen, según el número de estudiantes y que se ajuste el tiempo”. La recomendación, en cualquier caso, es que eviten siempre preguntas que requieran de respuestas memorísticas.
En el caso de los exámenes orales (herramienta Collaborate de Blanckboard), se pedirá al estudiantes que tenga disponible el DNI, NIE o pasaporte para poder proceder a su identificación por parte del profesor. En el caso de los foros de debate, la herramienta Tablero de discusión permite abrir temas de reflexión donde los alumnos tienen que argumentar y dar información sobre las fuentes que han consultado para hacer sus aportaciones.
“No hay soluciones perfectas ni mágicas”, reconoce el documento aprobado por la universidad, que adjunta además a sus recomendaciones una serie de preguntas y dudas posibles que surgen en relación a la evaluación online. En primer lugar, la institución argumenta que el alumno puede oponerse a que su imagen sea captada mediante herramientas de videoconferencia “cuando exista una justificación adecuada que deba prevalecer sobre los intereses” de la universidad. Igualmente, la Olavide afirma que “sí se pueden grabar las pruebas de evaluación respetando en todo caso y de manera inexcusable el principio de proporcionalidad y la garantía de la dignidad y los derechos del estudiantado”.
A la hora de identificar al alumno, la Olavide recomienda que se utilicen las “medidas técnicas” de las que ya dispone la Universidad y que sean lo “menos intrusivas” para la privacidad de los estudiantes. En el caso de que un profesor se oponga a ser grabado durante el desarrollo de una prueba de evaluación, la universidad asegura en la guía que “con carácter general, le será denegada una posible oposición”. Los exámenes online no deben ser guardados ni conservados en “equipos personales propios” y las calificaciones “deberán ser publicadas en los espacios virtuales habilitados a tal fin y a los que sólo pueda acceder el alumnado implicado, nunca en espacios abiertos a los buscadores”.
La Olavide es consciente de que “cada vez hay un mayor grado de sofisticación en la copia en los exámenes y los riesgos se multiplican en un entorno online”. En caso de ser detectado un caso de copia, éste se someterá “a los procedimientos de disciplina universitaria”. Por ello, se recalca que puede ser “ponderado y equilibrado” pedir al alumno tener una visión suya “sin hacer uso de técnicas biométrica como el reconocimiento facial” por “derivarse de ella más beneficios para el interés general que perjuicios”.