Los trabajos de
restauración en la cara este de la Giralda –que arrancaron en abril de este año y que
terminarán en enero de 2020- han revelado el
lado más colorista de la torre. A los primeros
almagras que empezaron a detectarse nada más empezar las tareas de limpieza se le suman ahora
dorados, amarillos, ocres y anaranjados, y posibles
pinturas de santos (obra de Luis de Vargas) que hacían de la Giralda todo un monumento a la difusión de la Fe cristiana.
La labor de
investigación y
documentación que viene aparejada a la restauración integral de la torre, que podrá contemplarse en su esplendor a partir de 2021 tras algo
más de dos millones de euros de inversión, tiene ahora que explicar a qué podían obedecer esos tonos dorados que decoraron la Giralda y que han resistido mejor el paso del tiempo que en el caso de las caras oeste y sur, ya recuperadas.
“
Queda acreditado que la piel de la Giralda estaba coloreada”, ha señalado Eduardo Martínez Moya, arquitecto autor de los proyectos de intervención en la torre.
Policromías que en el siglo XIX fueron “raspadas” porque estaban ya muy deterioradas y manchadas, ha aclarado Martínez Moya en la presentación de la
exposición sobre las obras de la Giralda que ya puede verse en el interior de la
Catedral y en la que hay imágenes en las que se recrea la torre con aquellos colores que la hicieron resplandecer más aún si cabe.
Fue
Hernán Ruiz el que en el
Renacimiento pigmentó la Giralda (los dorados ahora descubiertos pueden datarse en el inicio de la Contrarreforma, época en la que probablemente también se repintó la torre), pero el equipo técnico que trabaja en la torre desde 2017 está recopilando datos con los que poder despejar una incógnita: ¿estuvo policromada la Giralda desde sus orígenes? “En eso es en lo que estamos trabajando ahora”, ha apostillado el arquitecto responsable.
Será en enero de 2020 cuando se retire la “obra de arte” de andamio que ahora mismo cubre la cara este de la torre y, tras la próxima Semana Santa, estos se colocarán en la última cara que queda por restaurar, la norte. En ésta también habría en su momento pinturas de santos, como Santa Justa y Rufina, y policromías que podrán recuperarse con las labores de limpieza, aventuran los profesionales. En 2021, y tras cuatro años de intervención por parte de la empresa Kalam S.A, la Giralda lucirá completamente rehabilitada en la que es
su primera gran intervención desde 1568. “No se habían hecho trabajos así nunca”, ha recordado Eduardo Martínez Moya.
El Cabildo de la Catedral de Sevilla, promotor de esta intervención y responsable del mantenimiento y conservación de la Seo hispalense, invierte todos los años 2,5 millones de euros en el patrimonio inmueble y cada tres ejercicios, 1,5 millones en bienes muebles. Cada año, pues, tres millones de euros de media.
Entre esas actuaciones singulares que acomete el Cabildo Catedral, este miércoles ha sido presentada la recuperación de la
Capilla del Pilar, donde el negro por el efecto de los humos y el polvo ha dado paso a un recinto lleno de luminosidad y colores. Esta capilla, a partir del siglo XVI, perteneció al linaje de los Pinelo, pero antes fue propiedad de los aragoneses que acompañaron a San Fernando en la reconquista de la ciudad. La escultura de la Virgen del Pilar es obra de Pedro Millán, artista gótico discípulo y continuador de la obra de Lorenzo de Mercadante.
Pero, sin duda, una de las obras más esperadas es la de la
Capilla del Sagrario.
Ésta se cerrará al culto el próximo 4 de noviembre y durante un año para realizar un “recalce de la cimentación para estabilizar la iglesia”, ha explicado Jaime Navarro, arquitecto de la Catedral de Sevilla. Las bodas previstas se han pasado todas a la Catedral, ha aclarado Teodoro León Muñoz, deán presidente del Cabildo Catedral.