Un 85% de la superficie de la antigua fábrica de tabacos de Altadis está calificada como industria singular, y el resto es zona verde, planteada como prolongación de los jardines Manuel Ferrand. Esa calificación implica el mantenimiento de uso, por lo que la multinacional, que cerró la factoría en 2007 tras despedir a toda la plantilla y acabó con la tradición tabaquera más antigua del mundo, no puede dar ningún pelotazo urbanístico, salvo que le recalifiquen el complejo industrial para uso terciario (hoteles, comercios, oficinas…), que es lo que pretende desde hace once años pese a no haber realizado ninguna inversión compensatoria en la ciudad, a la que se comprometió tras el cerrojazo a la fábrica.
Ésta está incluida en el Catálogo Periférico del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que fue realizado no por los técnicos de la Gerencia de Urbanismo, sino por la Escuela de Arquitectura, al entenderse que allí estaban los mejores expertos en patrimonio, tales como Víctor Pérez Escolano, Julián Sobrino y Ramón Pico. En dicho Catálogo se le asigna un nivel C de protección parcial en grado 1.
En la ficha del Catálogo (CP 065), puede leerse lo siguiente: “Como elemento arquitectónico constituye un valioso ejemplo de la arquitectura industrial que se constituye en este periodo, con importantes hallazgos formales que la convierten en referente dentro del paisaje del río, al tiempo que da respuesta a criterios higienistas de la iluminación y ventilación, conformando un conjunto coherente donde predomina la fluidez y la funcionalidad. Alcance del nivel de protección exigido: Totalidad del conjunto”.
Así pues, queda claro el criterio de los redactores del PGOU y de los autores de su Catálogo Periférico en lo que respecta al complejo fabril de Altadis: su valor patrimonial radica en el conjunto de todos los edificios que lo componen.
El convenio de Zoido
Como se recordará, Zoido firmó durante su mandato como alcalde un convenio urbanístico con Altadis en que se proyectó la demolición de buena parte del complejo industrial (los tres edificios destinados a almacenes) salvo la capilla de las Cigarreras y el edificio principal, que estuvo dedicado a oficinas y talleres y al que ahora se ha convenido en llamar “el cubo”.
Tras las proyectadas demoliciones se pretendía construir tres nuevos inmuebles: dos para Altadis (torres de 30 y 27 metros de altura) y uno para el Ayuntamiento (éste tendría además la posibilidad de aplicar 8.000 m2 de edificabilidad lucrativa en la zona de oficinas del edificio principal de la antigua fábrica, con una altura máxima de 27 metros).
Cuando el gobierno de Zoido aprobó una modificación puntual (la número 12) del PGOU para dar cuerpo legal a este convenio con Altadis y la sometió a la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía, ésta se la tumbó con los siguientes argumentos:
“ (....) se considera que tal y como se describe en la ficha del Catálogo Periférico para este inmueble, tanto en la vigente como en la modificada que se propone, el conjunto presenta una configuración unitaria, adoptándose el mismo tipo de estructura de hormigón y parámetros compositivos similares; cerramientos de fábrica de ladrillo visto y huecos que se enmarcan en una estructura reticular de hormigón, con un lenguaje que se aproxima al racionalismo español, afrontándose en ambos casos de la siguiente manera. Como elemento arquitectónico constituye un valioso ejemplo de la arquitectura industrial que se construye en este periodo, con importantes hallazgos formales que la convierten en referente dentro del paisaje del río, al tiempo que da respuesta a criterios higienistas de iluminación y ventilación, conformando un conjunto coherente donde predomina la fluidez y la funcionalidad. Por todo ello, se deberá partir del mantenimiento del conjunto fabril, resultado de un proyecto unitario de gran valor arquitectónico, y los nuevos usos y edificabilidad que se propongan habrán de ser compatibles con los elementos que lo configuran, cuestión ésta que no queda garantizada en la presente modificación puntual 12 del TR del PGOU de Sevilla”.
El protocolo de Espadas
El pasado 14 de febrero, el delegado de Hábitat Urbano del gobierno de Espadas, Antonio Muñoz, y la directora de Asuntos Corporativos y Legales de Altadis, Rocío Ingelmo, firmaron un protocolo de intenciones sobre la antigua fábrica de tabacos con el que se inicia un procedimiento similar al emprendido en su día por Zoido y que ha de concluir en la modificación del PGOU que bendiga la recalificación del complejo industrial. En este protocolo se especifica que se abordará el procedimiento desde otra perspectiva, “de manera que pueda existir certeza, desde el principio, sobre los elementos del complejo que deban ser conservados y se garantice el necesario debate ciudadano”.
A tal fin, el Ayuntamiento formulará una propuesta sobre los bienes e instalaciones existentes en el complejo de la fábrica de tabacos que deberían ser protegidos, una protección claramente predeterminada ya en el punto 3.3 (el edificio principal) y en el 3.5 (la capilla), y al margen de la factoría (porque se incluyeron en el proyecto de Zoido), los jardines Manuel Ferrand (punto 3.4).
Este protocolo se firmó en febrero de 2018, pero como prueba evidente de que todo estaba pactado de antemano, los técnicos de la Gerencia de Urbanismo (no los expertos de Arquitectura que redactaron el Catálogo Periférico del PGOU), ya habían elaborado en noviembre de 2017 un nuevo Catálogo de la Fábrica de Tabacos en el que de manera escueta concluyeron que deben ser objeto de protección específica el edificio de Talleres y Oficinas (el principal o “cubo”) y la capilla “por sus especiales valores arquitectónicos y por ser exponente de una actividad (fabricación de tabaco) de gran arraigo en la ciudad de Sevilla”, como si los almacenes de tabaco no fueran exponentes de lo mismo, pese a lo cual los dejan desprotegidos.
Así pues, el protocolo firmado con Altadis, en el que se decía que debía garantizarse el necesario debate ciudadano, no es consecuencia de ese debate, sino que ya viene predeterminado por el nuevo Catálogo, donde en lo esencial se preconiza lo mismo que en el proyecto de Zoido: conservar sólo el edificio principal y la capilla y demoler el resto del complejo fabril, cuando lo que se destacaba continuamente era el valor de todo el conjunto.
Espadas, pues, ha acabado cayéndose del caballo y convirtiéndose a la misma causa que Zoido, aunque como está más preparado técnicamente en la materia se ha preocupado previamente de cambiar el Catálogo y la ficha de Altadis en el PGOU para que cuando la propuesta de modificación llegue a la Comisión de Patrimonio ésta vea que ya no está protegido, como en los tiempos de Zoido, el conjunto de la fábrica de tabacos, sino sólo una parte, para así dar vía libre a la recalificación del resto y que la multinacional pueda construir hoteles, comercios y oficinas.
Las alegaciones
Contrasta esta conversión de Espadas con las alegaciones que presentó el 1 de julio de 2014 a la modificación del PGOU que en beneficio de Altadis hizo Zoido. Decía entre otros extremos lo siguiente:
-En la Junta Municipal de Distrito no se sabía nada al respecto. Pregunta: ¿se ha sabido ahora?.
-El Servicio de Planeamiento ha elaborado ya el documento… no se solicitó opinión a la ciudadanía, sino que se trata de superar un molesto escollo burocrático. ¿Se ha solicitado ahora?.
-El trámite de información pública establecido en la norma no es garantía suficiente de participación de todas las personas y entidades interesadas en una modificación puntual del PGOU de esta trascendencia…. Es inconcebible que el proyecto de convenio no haya sido debatido en el Distrito de Los Remedios. ¿Y ha sido debatido ahora?.
-Primero se firma el proyecto de convenio y después se solicita que se justifique el interés general que pretende justificarse. ¿Como ahora?
-En ningún momento se aporta título de propiedad de Altadis (sigue estando a nombre de Tabacalera). ¿Lo ha aportado ahora?.
-Punto 8 de su alegación: Necesidad de estudios previos y de proceso participativo antes de cualquier modificación de la ficha de Catálogo correspondiente a Altadis. ¿Lo ha habido ahora?.
-La propuesta de planeamiento que se realiza supone la demolición de la mayoría de los edificios del complejo fabril sin un estudio mínimo acerca de las características y valores de los edificios. No puede nadie….sin una mínima actividad de análisis y de participación previa.
-(...) haciendo nuestra la propuesta firmada por Julián Sobrino y Marina Sanz (TICCIH-España) y los representantes de diversas entidades de protección del patrimonio… ¿Les ha preguntado ahora?.
-El desarrollo por parte de grandes empresas de determinados suelos terciarios… está teniendo ya efectos negativos sobre pequeños empresarios….exigen de un estudio global detenido para impedir que estas actividades limiten las que puedan desarrollar las pequeñas empresas. Por ello es necesario realizar ya dicho estudio antes de proceder a más recalificaciones de suelo. ¿Ha hecho ese estudio?
-Aprobar este convenio supone adoptar las decisiones de espaldas a la ciudadanía. ¿Y ahora?
En resumen, el Catálogo del PGOU se ha cambiado sin el previo debate ciudadano (al revés, lo condiciona) por el que abogaba Espadas cuando estaba en la oposición y eliminando la protección de lo que da valor a Altadis: su conjunto unitario, porque más que una empresa era una miniciudad (“company town”, en expresión inglesa) al borde del río.
Espadas debería salvar todo el complejo fabril y no sólo una parte, aunque sea haciendo urbanismo imaginativo como el que hizo Rojas Marcos con la torre cilíndrica: que le ofrezca a Altadis una permuta por suelos en otra zona de la ciudad.