Mientras el proyecto de conversión de las Atarazanas en centro cultural con diseño del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, patrocinio de la Caixa y gestión de la Fundación Cajasol sigue paralizado de forma cautelar por orden judicial y es todavía una incógnita, el CaixaForum que definitivamente se abrirá en los bajos de la Torre Sevilla, por el cambio de las circunstancias que rodearon el proyecto anterior en los antiguos astilleros medievales, verá la luz de forma inminente, bien a finales de este mismo año, bien a principios de 2017.
Vázquez Consuegra, premio nacional de Arquitectura y recientemente galardonado con la Medalla de Oro de la Arquitectura Española por decisión de los arquitectos de nuestro país, ha debido afrontar con este proyecto uno de los retos más difíciles de su carrera, ya que los edificios Podio sitos al pie del rascacielos nunca fueron concebidos para albergar un complejo cultural, sino galerías comerciales, y cuando se decidió el cambio de ubicación del CaixaForum desde las Atarazanas a este nuevo emplazamiento en la isla de la Cartuja el espacio disponible era el que quedaba y no había otra posibilidad.
Así pues, el arquitecto sólo podía encajar el CaixaForum en parte de los aparcamientos subterráneos de la Torre Sevilla y de las galerías comerciales, con un 80% del espacio literalmente bajo tierra.
Vázquez Consuegra tenía que resolver de forma coherente dos cuestiones siempre importantes en las intervenciones sobre, más que edificios, las estructuras existentes: la estrategia de ocupación y la necesidad de visibilidad dentro de una organización prevista.
Pero, como dijo en el acto de presentación del proyecto cuando éste sólo había pasado de la fase de dibujo sobre el tablero o la pantalla de un ordenador a la de maqueta, los obstáculos no constituyen limitaciones para este arquitecto sevillano, “sino un estímulo que enriquece (el proyecto) y le da mucha mayor fuerza”.
Encajando volúmenes
Su diseño del CaixaForum con que la Caixa dota de un nuevo centro cultural a Sevilla y lo inserta en la red existente ya en las principales capitales españolas se ha ajustado a la estrategia de ubicar una serie de volúmenes relativamente autónomos dentro de la estructura existente y buscando la convivencia entre cada una de las actuaciones. En resumen, el arquitecto ha hecho de la necesidad virtud.
En los 7.500 m2 útiles del espacio puesto a su disposición, Vázquez Consuegra ha creado un auditorio con capacidad para acoger a 250 personas y dos salas para exposiciones artísticas, una de 800 m2 y otra de 400 m2, ambas en mitad de una sala hipóstila con pilares distantes siete metros unos de otros.
El CaixaForum sevillano dispondrá también de dos salas polivalentes y de un taller infantil en un nivel intermedio, y al nivel de la superficie se instalará una cafetería-restaurante y las oficinas para el gobierno y administración del complejo cultural. Esta disposición ha estado motivada por la necesidad de ofrecer las mejores condiciones de vistas y de iluminación.
Por otra parte, teniendo en cuenta la importancia y visibilidad del CaixaForum dentro del conjunto de los edificios Podio y de la Torre Sevilla, se han realizado operaciones de mejora y clarificación del ingreso. La entrada principal se realizará bajo una nueva marquesina que cubrirá tanto el acceso previsto originalmente para los niveles de sótano como al nuevo lucernario, fuente de luz natural, necesaria para los niveles inferiores.
Se crea también una plaza cubierta situada entre las hileras de árboles proyectadas y permeable a los flujos de personas que atravesarán el conjunto de edificaciones.
El gran vestíbulo de acceso contará con luz natural, la cual se filtrará a través de una membrana hecha con espuma de aluminio y que contribuirá a crear una atmósfera de misterio sobre lo que aguarde a los visitantes en el interior del CaixaForum.