El centro cívico de La Ranilla, ubicado en el solar de la antigua prisión provincial de Sevilla (Nervión) abrió sus puertas el martes y ayer se puso en funcionamiento después de acumular su puesta en marcha dos años de retraso.
Con casi 2.307 metros cuadrados de superficie útil, estas instalaciones, bloqueadas durante 19 meses por falta de de fondos para la adecuación del edificio y para la contratación de personal, cuentan con un salón de actos, una sala de usos múltiples, estancias para talleres y actividades, una biblioteca, una sala de estudios, almacenes, camerinos y salas de ensayo, distribuídas en las dos plantas del edificio.
El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, y el delegado de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, Beltrán Pérez, visitaron ayer las recién estrenadas instalaciones en las que ya se imparten algunos talleres.
Así, Zoido recordó que, aunque se trata de un proyecto de la corporación municipal anterior -valorado en 3,5 millones de euros del Fondo Estatal de Inversión Local-, éste no se ha podido poner en marcha antes debido a una serie de “una serie de disfunciones que había que corregir”, en referencia al mobiliario y a la contratación de personal.
Las obras del edificio, previstas en un principio que estuvieran finalizadas para finales de 2010, concluyeron en verano de 2011 y estuvieron bloqueadas hasta agosto del año pasado cuando el Ayuntamiento aprobó una modificación presupuestaria de 125 euros para la compra del mobiliario.
La otra gran traba que exisía para su puesta en marcha era la de contratación de personal para dar cobertura al centro. Con unas partidas presupuestarias congeladas y con una tasa de reposición cero para el personal, el Ayuntamiento concluyó subsanar el escollo mediante la redistribución de algunos de los trabajadores de la red de centros cívicos de la ciudad, tal y como indicó el edil Bentral Pérez el pasado agosto cuando anunció el desbloqueo del proyecto.
Así, y con el centro cívico ya abierto y la nueva sede de la Policía Local ya operativa, el único proyecto que queda por finalizar en los terrenos de La Ranilla es el parque, que lleva paralizado desde finales de 2011 ante la falta de fondos.