El Sevilla está a dos partidos de una nueva final de la Europa League, de la séptima. El conjunto nervionense se puso el traje de gala y eliminó al Manchester United, el que era el favorito para ganar la competición hasta que el club sevillista cayó rebotado de la Champions League. Los de José Luis Mendilibar ganaron 2-0 en el Ramón Sánchez Pizjuán y se clasificaron con un global de 4-2.

El Sevilla noqueó al Manchester United con muchísima solvencia. Quién lo hubiera dicho tras los primeros 20 minutos en Old Trafford, en los que fue claramente superado por los ingleses. A partir de ese momento, el conjunto nervionense marcó cinco goles en el resto de la eliminatoria.

Del primero al último, todos los futbolistas del equipo sevillista cuajaron un partidazo. La única nota negativa fue la de Marcao, que se marchó lesionado y entre lágrimas. Los de Mendilibar lograron contrarrestar la inferioridad física respecto a la Premier League y la calidad de una de las plantillas más caras del mundo.

En apenas ocho minutos ya se puso por delante aprovechando los nervios del rival. En Nesyri fue el encargado de abrir la lata y de cerrar el marcador. Tras el descanso marcó Löic Badé tras rematar un córner. El último tanto volvió a ser del delantero, tras un error garrafal de De Gea.

Tal fue la superioridad del Sevilla, que Mendilibar tuvo que pedir a sus futbolistas que bajaran una marcha en los compases finales del choque. Fue un 3-0, pero la plantilla quiso más.

El sevillismo disfrutó de otra gran noche europea, la primera de la temporada.  La grada fue una fiesta para acompañar gracias a los aficionados y al partidazo que cuajó el Sevilla. Budapest se comienza a ver en el horizonte. Quedan dos partidos para otra final. Larga vida al rey.