El documental "Pico Reja", que se exhibirá en salas a partir del próximo día 17, ha sido presentado por el Ayuntamiento de Sevilla entre sus actividades de memoria histórica y refleja la brutalidad de la represión que el general Queipo de Llano desencadenó en Sevilla en los primeros compases de la Guerra Civil.
Con el subtítulo "La verdad que la tierra esconde", en alusión a la fosa común en la que están enterrados restos de más de un millar de represaliados, el filme, premiado en varios festivales de cine, ha sido presentado hoy por sus directores Remedios Malvárez y Arturo Andújar.
La película documenta los trabajos de excavación de la fosa común de Pico Reja, localizada en el cementerio municipal de San Fernando de Sevilla, por su extensión y por el número de víctimas que alberga, una de las más grandes de España.
En la fosa, de forma triangular como un "pico" y de unos 700 metros cuadrados, se suponía que estaban los restos de casi 900 represaliados pero ya se han localizado casi 1.200 y aún no han concluido los trabajos de exhumación, por lo que se sospecha que se puedan superar los 2.000.
Remedios Málvarez ha asegurado que son los trabajos de exhumación más rigurosos desde el punto de vista técnico que se han efectuado en una fosa de este tipo, lo que refleja la película, en la que también se da cuenta de los campos de concentración franquista que agruparon a los presos republicanos empleados como mano de obra en proyectos como la construcción de un canal.
Arturo Andújar ha explicado que la película se ha presentado hoy en el centro cultural construido junto a la antigua cárcel provincial de Sevilla, conocida popularmente como "Ranilla", por haber sido ese lugar -escenario de algunas secuencias de la película- un importante centro de la represión durante la guerra civil y la posguerra.
Málvarez y Andújar han coincidido al señalar que tienen la impresión de haber efectuado con esta película un trabajo que era necesario, por lo desconocidas que son las dimensiones de la represión franquista, y que la mayor satisfacción fue la que tuvieron, en noviembre pasado, en el Festival de Cine de Sevilla.
En aquella ocasión las 750 entradas puestas a la venta se agotaron en cinco minutos y la proyección concluyó con una ovación de cinco minutos de los asistentes, entre ellos familiares de los represaliados cuyos restos acabaron en Pico Reja.
