Los problemas de inseguridad que el narcotráfico está generando en las últimas semanas en La Línea de la Concepción vinculadas al narcotráfico “no son comparables con la situación que vive ahora Sanlúcar de Barrameda”.
La situación del municipio “no es comparable” conEl municipio, puerta de entrada del hachís en la península a través de la desembocadura del río Guadalquivir, ha perdido en los últimos año peso en el negocio del narcotráfico.
Las grandes organizaciones que fueron desmanteladas en su día, lideradas por conocidos narcotraficantes, como El Cagalera o Ivan Odero, no han proliferado. Ahora, los investigadores constatan que las personas vinculadas al tráfico de drogas en la localidad colaboran con otras organizaciones, asentadas mayoritariamente en La Línea de la Concepción. Así, Sanlúcar ha pasado a tener un "papel secundario" en el negocio de la droga. Labores de logística y colaboración con otras organizaciones, que sitúan al municipio como lugar de guardería temporal de la droga, antes de que sea enviada a su destino.
Una situación “golosa” para aquellos que se dedican a robar esta mercancía, lo que ha propiciado la llegada de bandas de las 3.000 viviendas, de Sevilla, y que ha provocad ajustes de cuentas por robo entre estos grupos de presuntos narcotraficantes.
Ajustes de cuentas
No en vano, las fuentes consultadas por este periódico, reconocen los problemas de inseguridad que desde hace unos años se están produciendo en el municipio, vinculados a esta actividad ilícita. Vuelcos de droga, secuestros, extorsiones o ajustes de cuentas van emparejados a una actividad que mueve miles de euros en un municipio que arrastra una tasa de paro del 40%. Los pilotos de las llamadas narcolanchas pueden llegar a cobrar 40.000 euros por trayecto.
Los investigadores constatan que la situación “no es comparable” con la Línea, donde el nivel y la tecnología que utilizan los narcotraficantes asentados en la zona deja a las fuerzas de seguridad con poco margen de maniobra. “En Sanlúcar existen organizaciones dedicadas al narcotráfico pero no tan desarrolladas como en La Línea”, señalan las mismas fuentes, que reconocen que se está viviendo una situación “muy excepcional y grave, con hechos que traspasan la línea roja”.
Con todo, la actividad “pasa más desapercibida” que en La Línea, donde la luz del día no es impedimento para la introducción de alijos. La semana pasada, la Policía Nacional detuvo a siete personas en una operación llevada a cabo en Bajo de Guía a última hora de la tarde de un día laborable. Una situación que los investigadores consideran “excepcional”, ya que no es habitual que se produzcan alijos en esta zona o en Las Piletas “por lo que pasa desapercibido para la ciudadanía”.
Otra tendencia que se ha materializado en los últimos años ha sido la del paso del tráfico de hachís al cultivo de marihuana. Varios han sido los cultivos desmantelados en los últimos meses, en la mayoría de los casos, en viviendas alquiladas y habilitadas como criadero.