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Sanlúcar

Apoteósico Jueves Santo

La Hermandad de la Esperanza y el Cautivo se reencontraron con sus fieles tras dos años de sinsabores. El SIlencio y El Nazareno, los más afectados por la presencia de nuevo de la lluvia.

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  • Cristo de la Expiración. -

Explosión de Fé la que se vivió el Jueves Santo en las calles de Sanlúcar. Tras dos años seguidos en los que la Hermandad de La Esperanza y la del Cautivo se vieron privadas de disfrutar en la calle de la pasión de sus fieles, el tiempo finalmente acompañó, si bien en el último tramo de sus recorridos se vieron sorprendidos, de nuevo, por la lluvia, aunque sin mayores consecuencias.

La primera Hermandad en estrenar la jornada fue la de San Nicolás. Miles de fieles se dieron cita en el Barrio para acoger a su Cristo Moreno y a su Reina Marinera. El recibimiento que el pueblo de Sanlúcar dio a los titulares de la Hermandad de La Esperanza ya se esperaba minutos antes de que se abrieran las puertas de su templo, donde el director espiritual de la Hermandad, Antonio Jesús Jaén, tras iniciar la Estación de Penitencia dirigiendo las oraciones de los penitentes, lanzó los primeros ¡vivas! en honor al Cristo de la Espiración y María Santísima de la Esperanza Coronada. Ovaciones que se repitieron más tarde en la calle Barrameda, a la reina de un Barrio que cantó de nuevo en su honor, en el mismo lugar donde lo hiciera La Sallago, pero en esta ocasión, los sones fueron del Sanlu. Petaladas en su camino hacia la plaza del Pino donde la multitud les esperaba. Era la primera vez que la Cofradía visitaba en su recorrido primero el Barrio marinero, para después dirigirse a realizar la Estación de Penitencia. Mucha emoción la que se vivió con las canciones que dedicaron al Cristo y a la Virgen los niños de la Escolanía de San Nicolás: “El barrio está esperando a su Cristo moreno”, le cantaron a él. Bajo el manto de verde Esperanza, la Señora del Barrio iluminó a sus devotos: “Dios te salve Virgencita Marinera”, le recitaron los pequeños a la Señora de Sanlúcar.Magistral en su acompañamiento musical la Banda de Música ‘Maestro Enrique Montero’, de Chiclana, que con la interpretación de ‘Campanilleros’ cuando la Virgen de la Esperanza pasaba junto a su monumento, logró que se hiciera el silencio absoluto en la plaza del Pino. Gran estreno. También destacable la interpretación, en la bajada de la Cuesta de Belén, de ‘Eternidad’ por la Banda de Cornetas y Tambores Ntra. Señora del Rosario de Cádiz, que de nuevo acompañó al Cristo de la Expiración. A los sones de ‘Reina Marinera’ se recogió la Esperanza, a quien la lluvia sorprendió cuando se encontraba en la plaza de Santa Ángela.

Juntas estuvieron en parte del trayecto la Hermandad de La Esperanza y la del Cautivo. Puntuales se abrieron las puertas de la Iglesia de los Desamparados para dar paso a una hermandad deseosa de quitarse el mal sabor de boca de los dos años anteriores. La penitencia que acompañaba al Señor Cautivo daba muestra de la devoción que el pueblo de Sanlúcar tiene por esta imagen, a quien acompaña la Virgen de la Estrella, una de las más hermosas tallas de las Dolorosas de la Semana Santa sanluqueña, que cada año ilumina de luz el camino de su hijo prisionero. La Hermandad del Cautivo dejó constancia de su buen hacer con momentos estelares como su saludo a la Virgen del Rocío en la calle San Jorge, entre multitudes, o su paso por la plaza del Cabildo. 

Y a las diez de la noche, se hizo el Silencio en Sanlúcar para acoger a Nuestro Padre Jesús del Silencio y María Santísima del Amor.  Sólo se escuchaba en la plaza de San Francisco, atestada de fieles, el muñidor de la Hermandad. Si bien se vio obligada a recortar su itinerario por la lluvia que apareció pasadas la una de la madrugada,  la Hermandad pudo realizar completa su Estación de Penitencia. El imponente Nazareno de Jesús del Silencio recorrió majestuoso las calles de Sanlúcar acompañado por la dulzura de María Santísima del Amor, a quien acompaña en el paso de palio la imagen de San Juan Bautista de la Salle. Sanlúcar se vistió de negro y se llenó de solemnidad.

Y si la tarde - noche había sido completa a pesar de la lluvia, la madrugada no pudo ser mejor. Sanlúcar arropó al Nazareno, al Señor de la Madrugá, que contra todo pronóstico y a pesar de que comenzó a chispear minutos antes de su hora prevista de salida, decidió echarse a la calle. La valentía de la junta de gobierno de la Hermandad al decidir realizar su salida procesional pese a las previsiones de lluvia le obligaron a recortar el recorrido. Pese a todo, no pudieron evitar que los titulares de esta cofradía sanluqueña se mojaran a falta de pocos metros para llegar a su templo. Llovía cuando el Nazareno subía la Cuesta de la Caridad. Ya en el interior de la Basílica, la Banda de Música Maestro Dueñas de El Puerto de Santa María interpretó ‘Nazareno y mi amargura’ cuando colocaban en su lugar el paso de palio dejando una estampa histórica, con la presencia aún de los titulares de la Hermandad del Consuelo -que se refugiaron aquí el Martes Santo- en el interior de la Basílica.

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