Demjanjuk, ex soldado soviético convertido en un Trawniki –guarda voluntario nazi–, compareció ante la Audiencia 66 años después de los hechos en silla de ruedas, cubierto por una sábana hospitalaria y reclamando, por boca de su abogado, su condición de víctima.
Los soviéticos capturados por las tropas de Hitler contra las que luchaban sufrieron su propio Holocausto, al decir de Ullrich Busch, abogado del procesado, quien imputó a la cámara parcialidad por no haber perseguido a su debido tiempo a quienes daban las órdenes, los nazis, y hacerlo ahora con quien cayó preso.
El letrado se remitió al juicio celebrado hace cuarenta y tres años, en 1966, en Hagen (oeste del país) contra doce SS de Sobibor, de los cuales se condenó a cinco y el resto fue absuelto.
De haberse negado a servir a las SS, argumentó Busch, Demjanjuk habría acabado ejecutado, como les ocurrió a cientos de miles de soldados soviéticos capturados.