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“El agua debe de ser el eje de un pacto social por la reconstrucción verde de la ciudad”

Jose Luis Trapero, gerente de Hidralia, defiende en el Día Mundial del Agua el compromiso de la empresa con inversiones que mejoran la calidad de vida.

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“La conciencia se va creando poco a poco, pero aún falta mucho. Desde el momento en que parece que entendemos que todo lo que hay en este planeta es agua utilizable cuando no lo es y necesita tratamientos muy costosos para poder aprovechar el agua de mar; cuando estamos utilizando el mar en muchos casos como vertederos y ponemos en riesgo ese recurso adicional; cuando no cuidamos adecuadamente los recursos que tenemos en la corteza terrestre donde podemos actuar directamente, como embalses, acuíferos… todo eso, si no tomamos conciencia, hará que haya un problema para la Humanidad a futuro. Y en eso hay que trabajar”.

Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua y quien hablaba es el gerente de Hidralia, la empresa concesionaria del agua y el alcantarillado de San Fernando. José Luis Trapero no es sólo un profesional que mira esos recursos desde la proximidad; también una persona concienciada con lo que está ocurriendo, con ese cronómetro que marca menos horas disponibles de las que realmente cuenta la Humanidad para salvarse, aunque cree que estamos todavía “en el límite”. Y nunca estar “en el límite” había sido tan buena noticia, porque las cosas podrían estar peor.

Y todo ello cuando se cumple un año de la pandemia del coronavirus, que ha demostrado la vulnerabilidad de la sociedad y tanto particulares como empresas se han tenido que adaptar a unas nuevas circunstancias, lo que es una muestra de que querer es poder y se puede frenar el deterioro del medio ambiente y el cambio climático. Sin quitar que esa pandemia viene precisamente por la violación de la Naturaleza por el ser humano, en la que entran las malas prácticas en casi todo, incluido el uso del agua.

“No creo que haya una persona en todo el planeta que no haya sufrido de una manera o de otros cambios derivados de la pandemia. En el caso de Hidralia como servicio básico esencial hemos tenido que hacer una adaptación incluso más fuerte que en otros campos, porque el objetivo principal era doble. Por un lado, preservar el suministro a la población, porque imaginemos que en estado de alarma se hubiese caído el servicio por un contagio masivo de nuestros trabajadores. Además, y derivado del anterior, preservar a la plantilla para poder suministrar a la ciudadanía. Eso significó establecimiento de turnos burbujas y todas esas medidas que se han visto en la sanidad, pero había otros sectores que también estaban librando una batalla en primera línea”.

Obviamente manteniendo todos los servicios habituales pero a mayor revolución por la imposibilidad del trato directo, lo que ha hecho que las tecnologías cobraran la importancia que se ha demostrado en esta situación.

Y a todo ello se unió una decisión de Hidralia desde el minuto cero, independientemente de las disposiciones del Gobierno, de que no se cortara el suministro a nadie en ninguna de las circunstancias. Una situación que se mantuvo durante todo el estado de alarma.

Pero el agua no es sólo la corriente continua que llega a los grifos. Hasta ahí llega porque antes se han puesto en marcha otras muchas medidas, desde garantizar el suministro hasta conseguir las pérdidas en la red sean las mínimas o ya más avanzado y en lo que se comienza a actuar -hasta ahora sólo se pensaba-, en conseguir la reutilización del agua que ahora va a la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) y de ahí se vierte limpia al mar.

La terciarización no termina de llegar y el ciclo del agua está incompleto. Y eso que aunque mucha gente no lo sepa porque se trata de obras de infraestructuras poco vistosas, últimamente ya se ha tomado la decisión firme de que cualquier mejora en las conducciones, tanto de agua como de alcantarillado, se hagan bien. Eso es, que no hunda el firme a los veinte años, cosa muy repetida en San Fernando.

Lo mejor, recuerda Trapero, es que además de esas obras que se hacen continuamente, hay muchas otras en las que ha contado con la reutilización del agua de la EDAR y hay conducciones en San Fernando desde 2003, cuando se hizo la carretera a la playa que estaban llamadas a llevar el agua de riego al campo de golf que nunca se hizo, pero ahí están para cuando hagan falta.

También se han contado con esas conducciones en la Ronda del Estero, donde el agua de riego hará falta para esa transformación de toda la zona suroeste y en la zona de la Casería de Ossio cuando se hicieron las famosas torres de Arenal 2000. O resumiendo, que hay muchas obras bajo tierra que demuestran en compromiso con el medio ambiente a falta de que el agua que va a la EDAR retorne para otros usos a los municipios de Cádiz y San Fernando.

Las obras de Bazán

Sin embargo aún queda mucho por hacer en San Fernando y sobre todo para lograr que su red de suministro y abastecimiento se adapte a las necesidades actuales de la ciudad y a los nuevos retos a los que se enfrentan las ciudades. En este sentido, las obras más importantes que se van a hacer en un futuro tan próximo que ya están en la cuenta atrás es la del alcantarillado y suministro de la barriada de Bazán, algo que desde el Ayuntamiento y desde Hidralia se reafirman en que es una realidad. Una reafirmación necesaria por la cantidad de veces que los vecinos han escuchado hablar de mejoras que nunca llegan.

Es una de esas zonas con deficiencias en las que mejor se ve la necesidad de planes de alcantarillado potentes para no tener que estar actuando constantemente, lo que supone gastar dinero sobre lo gastado. Y en eso, en las expectativas de los vecinos, sí asegura Trapero que se va a hacer.

Desde el Ayuntamiento se pidió un estudio sobre una realización integral y “afortunadamente, con la prórroga del contrato, el canon concesional permite al Ayuntamiento disponer ahora de una partida económica para acometer”. Ya está todo preparado para comenzar los trabajos a la espera de un decreto municipal que se espera a la mayor brevedad. Eso sí, la actuación integral, por su naturaleza y la antigüedad de la barriada, va a necesitar de varias fases y de varios años. Pero el dinero que se gaste será para muchos años de tranquilidad.

“Para Hidralia todo pasa por la preservación y conservación del recurso porque el agua debe ser el eje vertebrador del desarrollo de las ciudades. Las ciudades tienen que ser sostenibles y hay que minimizar los efectos del cambio climático”. De esta manera desde Hidralia, de la mano del Ayuntamiento de San Fernando, se está trabajando en la creación de un pacto social que integre a la mayoría de agentes socioeconómicos e institucionales de la ciudad para definir las líneas en las que centrarse para una reconstrucción verde de San Fernando, la promoción de la economía local y el apoyo directo a personas en situación vulnerable. “ En Hidralia hemos establecido un mecanismo para no cortar el agua a quien no la pueda pagar a través de un fondo social de 50.000 euros y se bonifica a las familias numerosas. Porque estamos aquí para acompañar, no para complicarle la vida a los ciudadanos”.

Concienciación

Volviendo al agua potable, resulta paradigmático que se dibuje un futuro con escasez de agua y la vida se quiera sustentar en ese elemento. Las zonas verdes – de ahí la importancia de la reutilización del agua de las EDAR-, incluso los edificios acondicionados por la propia vegetación son las claves de la vida sostenible futura y que tienen que gestionar empresas como Hidralia, además de las Administraciones.

Todo eso, claro, si también funcionan otras campañas informativas sobre un problema que viene de los últimos diez u once años y que se ha convertido en lacra para el mantenimiento del alcantarillado. La famosas toallitas -con marcas que incluso publicitan que se puede tirar al váter, lo que no es cierto- que están causando graves problemas para los servicios municipales que presta Hidralia.

Sin embargo y a pesar de que el cambio climático es ya un problema conocido y asumido por millones de personas, no faltan quienes lo ven tan lejano que se desentienden sencillamente porque no lo verán. Y sobre todo, apenas lo sufrirán.

“La mejor concienciación tiene que hacerse desde la más tierna infancia. Si empezamos a concienciar a nuestro pequeños a través de las actividades que se hacen en los colegios y en la sociedad, en campañas desde los municipios. Es muy difícil concienciar a alguien que está acostumbrado a unos usos. Pero los niños son esponjas e igual que se les ha inoculado en su ADN el reciclaje, si conseguimos hacerlo con el agua tendremos mucho ganado”.

Y el niño, además, es efectivo y productivo porque no sólo va a aprender a cerrar el grifo cuando se está cepillando los dientes, sino que obligará a los padres a hacerlo de la misma forma que no consentirá que en su casa alguien tire el plástico en la cubeta de lo orgánico.

“Desde Hidralia estamos trabajando en fomentar esa concienciación infantil a través del programa Aqualogía que lo llevamos por los colegios de los municipios en los que prestamos servicio precisamente para explicarle a los niños de primaria, que es la edad en que son más amoldables a esta realidad, cómo funciona el ciclo del agua, cuáles son los riesgos que existen, cuáles son las mejores prácticas para preservar este recurso que es básico”.

“Hay que tener una cosa clara. En el planeta Tierra existe vida, entre otras cosas porque hay agua y eso nos diferencia del resto de planetas del Sistema Solar. Cuando sale una nave espacial para Marte lo primero que buscan es agua, porque es la clave. Preservemos el recurso que nos da la vida”.

Lo principal es que los niños van a ser los mayores del mañana y los que van a tener que soportar esa situación que ya se adivina. No obstante, también ahora hay que actuar y lo tienen que hacer tanto los individuos como la sociedad en general.

El gran desafío

El gran desafío de la sociedad se llama Agenda 2030 y es, con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, los ODS, “creo que es una palanca magnífica para tratar revertir el camino tan nefasto que llevamos en lo que atañe al cambio climático. Yo creo que todavía se puede llegar a conseguir esos objetivos pero hay que aplicarse desde ya. Y hay que poner dinero y política claras y definidas. Cuando hablamos de cambio climático hablamos de qué tipo de farolas ponemos en una ciudad hasta si uso folios de papel o una pantalla táctil en las oficinas. No sólo hacer una actuación grande y no cambiar todas las luminarias de la ciudad”.

“Desde Hidralia tenemos planes específicos para cada una de las mejoras de esos objetivos de desarrollo sostenibles, definidos y cuantificados. En nuestro caso se denomina REwater Global Plan que es el que enmarca todos los ODS y va desde cosas tan simples como eliminar el papel en las oficinas o utilizar vehículos híbridos, que las bombas en las estaciones de bombeo sean lo más eficientes posibles y reduzcan el consumo energético… Sumamos en todos y cada uno de los aspectos”.

Eso le ha valido a Hidralia varios premios en el año de la pandemia o a pesar de la pandemia. El concedido por la Confederación de Empresarios de Cádiz por la responsabilidad ambiental y el de la Junta de Andalucía que premia una de las propuestas con mayor futuro, como es la Plataforma REDAC que agrupa a 500 empresas con el compromiso por el medio ambiente y contra el cambio climático.

 

 

 

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