Castellana Propierties, la langosta que se come la cosecha de los autónomos de Bahía Sur

Publicado: 31/01/2021
Dicen que los ricos también lloran, pero con la tajada en la mano. Y de siete jotas mientras los pequeños propietarios buscan salida desesperadas. Y sin jamón.
Dicen que los ricos también lloran, pero con la tajada en la mano. Y de siete jotas. Y si no que se lo pregunten a aquellos negocios pequeños que se afincan en grandes superficies en las que los alquileres obligan a unas recaudaciones que se van cada mes por el mismo sitio en una gran parte.

Es verdad que los negocios a los que se obliga a cerrar reciben ayuda del Estado cuando el cierre es obligatorio, pero esa ayuda que a todo lo más puede llegar a la exención de la tasa de autónomo y al 80 por ciento de la base de cotización, no basta sino -y a todo lo más- para sacar la nariz fuera del agua. Ni siquiera la boca.

Que se lo pregunten si no a los autónomos que tienen sus tiendas en Bahía Sur. Porque las ayudas del Estado sólo pueden compensarse con una rebaja de los alquileres y es verdad que en el centro de la ciudad ha habido mucha buena voluntad por parte de los propietarios, pero en Bahía Sur se esperaba algo más de una multinacional que no es ni de lejos una familia que tiene en el alquiler una ayuda para su economía.

Se han dado casos de todo tipo entre pequeños arrendadores y pequeños autónomos en los que la solidaridad y la comprensión han estado a la orden del día.

En Caño Herrera, donde está la empresa Castellana Propierties sustentada por un fondo de inversió, se demuestra que la generosidad siempre es tiene una definición muy clara: es más generosa cuando el generoso tiene menos que ofrecer.

Una miseria

Los autónomos de las pequeñas pérdidas en el centro comercial Bahía Sur tuvieron pérdidas el año pasado rondando el 50 por ciento con respecto al año anterior.

 A las ayudas del Estado se le debería haber sumado una proporcionalidad en los precios del alquiler, pero la diferencia fue mucha.

Sólo rebajaron un 20 por ciento en un concepto que se mantuvo durante todo el año, incluidos los periodos de cierre obligatorios en los que se pagan todos los conceptos que se deben de pagar estando abiertos.

Lo peor viene año. Dado que el año 2021 viene a ser una réplica incluso en peor que el 2020 que todo el mundo quería despachar, lo más lógico es que los autónomos de Bahía Sur supieran a qué atenerse y según ha podido saber este periódico, no lo saben.

A estas alturas no tienen claro si se va a mantener ese exiguo 20 por ciento de rebaja en el precio del alquiler a lo que se une -el año pasado y éste- la circunstancia añadida de que los horarios se han restringido primero hasta las ocho de la tarde y luego hasta las seis.

La gente tiene miedo, no va a comprar, no sale a lugares en los que hay más gente de lo normal -aunque en los grandes centros comerciales esos conceptos de interpretan de otras formas gracias a don dinero- y las ventas se van a pique. Los gastos no.

Se trata además de esa gran empresa monopolista de la mano de los fondos buitres que no se paran ante nada para buscar la rentabilidad. Otra cosa es que la consignan porque hasta ahora los nuevos cines y lo poco que se ha abierto de lo mucho que se anunció no está dando ni de lejos lo que daba El Corte Inglés en asistencia y calidad de los compradores de nivel adquisitivo medio-alto.

No hay que olvidar que a esa rodilla en el cuello se va a unir en un futuro próximo -depende de la vacuna del nuevo escándalo- la llegada de marcas de productos baratos, de forma que la falta de consideración con los autónomos allí asentado se va a multiplicar con la incidencia en el comercio tradicional de San Fernando.

El modelo de ciudad del Gobierno municipal -que ojalá se revise dado que todo ha cambiado- permite la política de la langosta a Castellana Propierties y en pocos años se habrá amortizado la inversión. Y ya se sabe lo que pasa entonces.

 

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