La
Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla (Emasesa) será la
primera en poner en marcha
medidas para combatir la emergencia climática, declaración suscrita por el Pleno municipal y que convirtió a Sevilla en una de las primeras capitales de España en tenerla.
En el
Día Mundial del Hábitat, celebrado ayer en Marqués de Contadero y organizado por la Oficina ONU Hábitat, el delegado de Transición Ecológica, David Guevara, anunció un
plan de emergencia climática de la empresa pública que se está culminando y que requiere de “
un programa de inversiones complementario”.
¿En qué se traduce esta declaración de intenciones? Los planes de Emasesa prevén líneas de actuación en lo relacionado con la
mejora de la red de abastecimiento, control de consumos no autorizados e individualización de contadores.
En relación con la primera línea, Emasesa ha conseguido
reducir en un 6% las fugas desde 2015, situándose éstas en un 12,7%, muy lejos del 25% de las pérdidas admitidas por el Plan Hidrológico de la Cuenca del Guadalquivir (CHG).
Pero la advertencia es clara:
si no llueve, “hacia finales de año, se declarará oficialmente la situación de emergencia por sequía en la mayor parte de las demarcaciones hidrográficas del país, entre ellas el Guadalquivir. El sistema de Emasesa no se verá afectado inicialmente por las restricciones gracias, entre otras cosas, a las inversiones en reducción de pérdidas en los últimos 25 años”, señalan fuentes municipales.
La otra medida que plantea Emasesa para mejorar la red de abastecimiento es la implantación de un sistema de
Gestión Patrimonial de Infraestructuras (GPI), una herramienta de gestión de inversiones que se ha elaborado con la Universidad de Sevilla y que
permite formular “con una base científica” un plan de inversiones y tener conocimiento con “precisión” de los puntos de la red donde hay más probabilidad de fallos o fugas.
Para el control de consumos no autorizados y, especialmente, en el ámbito doméstico,
Emasesa redoblará la lucha contra el fraude. Por último, y en relación con la individualización de contadores, la empresa espera la aprobación del nuevo
Reglamento del Ciclo Integral del Agua de Uso Urbano de Andalucía para que sea éste el que fije
“un plazo prudencial” para eliminar definitivamente todos los contadores comunitarios.
Con este acción, Emasesa calcula un
ahorro de hasta un 5%, el equivalente al consumo de la población de Alcalá de Guadaíra en un año. Además, la compañía está trabajando en una nueva tecnología de conteo de lecturas diarias, que da información “inmediata” de posibles averías en las viviendas, fugas y corrección de pautas de consumos individuales.
Junto a las actuaciones encaminadas a la reducción de la captación de agua,
Emasesa es consciente de que tiene que buscar nuevos recursos hídricos. Las actuales aportaciones proceden de dos embalses en dos cuencas fluviales de tamaño “reducido”: Rivera de Huelva y Viar. “La incidencia del cambio climático en las mismas acarreará consecuencias difíciles de combatir”. De ahí que, aunque las reservas son “tranquilizadoras”, es “indispensable” buscar nuevos recursos.
¿Hacia dónde mira Emasesa?
Hacia las aguas subterráneas, “un recurso gestionado de manera ineficiente” hasta ahora. La empresa quiere combinar pues aguas superficiales con subterráneas y para ello
“se pondrá en marcha un estudio del acuífero Niebla-Posadas” que “permita obtener de él recursos”.
La colaboración de la CHG y del Instituto Geológico y Minero de España en este caso es imprescindible. Por último, apuesta por seguir incrementado el uso de agua regenerada para consumos como riesgo, agrícolas e industriales.
Con este plan, Emasesa se convertirá en la punta de lanza de una estrategia global de Sevilla para desplegar la declaración de emergencia climática “en todos los ámbitos de actuación para contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible” de la Agenda 2030, finalizó Guevara.