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Ramón Gómez: “El truco es el fin de un proceso de estudio y de ensayo”

Ramón Gómez dejó la carrera de Derecho por la magia y hoy en día es uno de los magos mejor considerados de la profesión.

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Ramón Gómez es de San Fernando y vive en el mundo, allá donde lo llevan sus compromisos. Define la magia como una forma de crear ilusión, de ahí que prefiera el nombre de ilusionista y no es un mago cualquiera. Ha impartido clases en la prestigiosa escuela de Ana Tamariz y ha sido galardonado por el parque Warner y por la Sociedad Española de Ilusionismo.

—¿La comunicación con los espectadores?
—Es más importante que el juego en sí. El mago utiliza todas las herramientas que necesita para crear esa ilusión y para eso no hace falta ni tocar la baraja. La psicología, la charla... buscan conducir al espectador a ese momento de ilusión, de emoción con lo que están viendo. El truco es el final de un proceso de estudio y de ensayo con el público viendo cómo reacciona y eso hace que lo encauces por un sitio o por otro para conseguir al final la emoción que quieres que el público sienta con ese juego.

—¿Es díficil vivir de mago tal y como están las cosas?
—Es como todo. Los magos tenemos la ventaja de que tenemos el mundo entero para trabajar. Hay magos que si no les va bien en España se van a Alemania o hacen giras de conferencias, escriben un libro... Hay distintas ramas en nuestro modo de vida.

—La magia se puede ejercitar sin necesidad de conocer otro idioma.
—Hombre, conocer otro idioma es mejor, sobre todo el inglés, para hablar con otros magos, comunicarte con público. Pero también se puede hacer sin palabras. Es unlenguaje universal. Se puede hacer con música, con mímica y se entiende. Coges una moneda y la haces desaparecer todo el mundo lo entiende.

—¿Quién inventa los trucos?
—La magia tiene el encanto de que va pasando de maestros a alumnos. Yo he tenido varios maestros, tanto de Cádiz como de fuera. León Camacho, Escolano, Malacatín, Pepe Domínguez y luego conocí a Juan Tamaríz y ya fue un poco mi mayor influencia y mi camino a seguir. Nosotros compartimos los trucos aunque hay magos que se dedican a dar conferencias a otros magos. Hacemos congresos que duran dos o tres días y no sólo hay actuaciones y nos reencontramos con amigos, sino que hay conferenciantes, magos que han creado unos juegos o una forma de ver la magia y te dan una conferencia para que tú aprendas y cojas lo que más te interesa o lo que tú quieras de sus propios números.

—Está trabajando en un espectáculo nuevo.
—Tengo dos que estoy haciendo más a menudo. Uno es con un compañero, actor y tiene un personaje de payaso. El espectáculo se llama Mezclados y se hace una parte de clown y magia. Lo estrenamos hace poquito, un mes y medio o dos meses y tuvo bastante aceptación. Va dirigido a un público familiar. El payaso no es infantil sino también para adultos, la magia es para todos...

—¿Alguna vez le ha fallado un truco sobre el escenario?
—Sí, claro. Lo que pasa es que los magos estudiamos los juegos hasta tal punto que también vamos cerrando puertas y abriéndolas a posibles fallos. Si falla algo tenemos varias salidas para que el público no se dé cuenta.

—¿Se puede aprender a hacer trampas en el póker?
—Hay una película de Paul Newman y Robert Reford, El golpe, y ahí me aficioné yo a estudiar las trampas del póker.

—¿No ha pensado en irse a una partida y ganar dinero?
—No. Yo he estudiado trampas reales de póker, pero no es lo mío. Lo mío es la magia.

—Ha sido una pregunta impertinente. Me he dado cuenta ahora.
—Soy capaz de hacerlo. ¿Quiero? No.

—Alguno habrá...
—Entre los magos, no. Hay gente que se dedica a eso y son profesionales del juego, pero son tahures y hacen trampas de juego. Pero los magos queremos hacer magia y hacer disfrutar a la gente.

—¿Ésta es una profesión muy vocacional? Por que si se pierde la vocación se queda uno anclado en lo que sabe y se acabó.
—El 90 por ciento es vocacional. Hay que estar constantemente aprendiendo nuevos juegos, creando unos espectáculos, pensando en nuevas maneras de llegar al público... Eso requiere un estudio continuo.

—Le dicen que hay un juego nuevo y no para hasta que lo aprende.
—Juegos nuevos salen a diario no sé cuántos. Yo voy al contrario. Estoy leyendo libros de siglos pasado, del siglo XVIII y XIX, magos antiguos, de los que nos han dejado un legado inmenso y tienen juegos maravillosos.

—Es una aportación a la cultura de la magia.
—En el espectáculo Magia de cerca que estoy perfilando cuento anécdotas de magos antiguos y haciendo cosas que ellos crearon pero adaptadas a mi forma de hacer las cosas.

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