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Nono Vázquez: "Las cofradías trabajan mucho, pero necesitamos más implicación"

El pregonero de la Semana Santa 2009 nos habla sobre su visión del momento actual del mundo cofrade en nuestra localidad

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  • Nono Vázquez, pregonero de la Semana Santa 2009.
El nombre de Nono Vázquez ha estado siempre muy ligado al de la Semana Santa alcalaína, un vínculo que ahora se ve culminado con este Pregón Oficial de Semana Santa 2009. 

—Es de imaginar que este vínculo arranca de pequeño. ¿Llegaste a tiempo (en lo que a edad se refiere) para sentirte partícipe del resurgir de la Semana Santa alcalaína?
—Por poco. Llegué en 1988… a finales de los 80. Y, la verdad, estaba todo hecho. El resurgir ya se había producido y la mayoría de las cofradías estaban regeneradas, a excepción del Huerto, que fue la última en incorporarse. En cuanto a sentirse uno partícipe de aquel arranque… Hombre, yo creo que aún no ha terminado y que estamos en un continuo proceso de crecimiento y eso se nota en que cada año hay innovaciones y que, sin perder la tradición, avanzamos. En música cofrade, por ejemplo, Alcalá la Real es un claro referente en Andalucía con media docena de agrupaciones musicales que están dando un nivel importante y que llevan el nombre de nuestras cofradías por diferentes provincias. El resurgir tuvo fecha de comienzo pero no creo que lo tenga de finalización y aún estamos en él, por lo tanto todos seguimos siendo protagonistas de él. 

—¿Qué fue lo más difícil de aquellos años y cuáles son los mejores recuerdos que conservas?
—Creo que lo mejor fue sentirse con ganas de comenzar los proyectos y desempolvar las cofradías. Recuerdo, aunque era aún pequeño, la energía de las pioneras de aquellos tiempos, como las "Angustias", el "Cristo", "La Humildad" o "Jesús", que se colocaron a la cabeza, recuperaron el Viernes Santo y pusieron también en valor a las muy tradicionales, del "Gallardete" y el "Ecce Homo". Después llegamos los demás. Mi mejor recuerdo es, sin duda, la entrada en la Semana Santa de "La Borriquilla". La llegada a mediados de los 80 de esta nueva hermandad, una totalmente nueva, fue el signo inequívoco de que pondríamos en marcha una Semana Santa potente en cuanto a manifestaciones en la calle se refiere. Mi primera salida en 1988 con "El Huerto" también fue muy gratificante para mi, y desde entonces no he faltado a la cita. Son muchos recuerdos y ligados a todas las cofradías y hermandades. 

—Al menos desde fuera, el mundo cofrade alcalaíno da una sensación de unidad, muy distinta a la de otros lugares. ¿Compartes esta visión?
—Es normal. En Sevilla se compite por el horario de paso por La Campana, por el mejor itinerario, por el día de salida... Aquí, en los pueblos, tenemos la suerte de poder estar todos en toda la Semana Santa, y la recorremos cronológicamente, con tranquilidad. Es todo distinto. Aquí hay gente que pertenece a varias cofradías y se puede implicar con más o menos disposición en todas, cosa que en otros lugares es más difícil. Por no hablar de los piques históricos existentes entre cofradías, que en Alcalá también existen, pero mucho más reducidos o, si quieres, más domésticos. Es muy distinto, y yo creo que aún podemos fomentar más la unión, creando una Agrupación de Cofradías que sea más aún un foro de acuerdo, y fomentando todos los aspectos buenos que tenemos, que son muchos. 

—¿En qué momento crees que se encuentra nuestra Semana Santa?
—No se puede negar que las cofradías trabajan mucho, pero necesitamos más implicación. Por desgracia vemos que casi todas las hermandades se sustentan en un grupo reducido de hermanos que se vuelcan mucho, y eso desgasta bastante. Habría que ampliar esos grupos y repartir el trabajo. Promocionalmente, creo que la pertenencia a proyectos como "Caminos de Pasión" y la declaración de interés turístico han sido aciertos de las administraciones, pero las cofradías tenemos que seguir poniendo la carne en el asador, y hacer de nuestras cofradías garantes de la tradición y generadoras de actividad económica en el marco del turismo. Todo va unido y podemos seguir siendo asociaciones de la Iglesia, a la vez que un motor de desarrollo y llamada turística. Atravesamos un momento importante en que es fácil conocer y aprender de otras experiencias y debemos captar las buenas ideas para seguir caminando. No estancarnos es un reto, y para conseguirlo hay que implicarse un poco más. 

—¿Piensas que, hoy por hoy, hay relevo en el seno de las cofradías alcalaínas?
—Pienso que sí... o quiero pensarlo. A las cofradías entra mucha gente joven y eso garantiza en buena medida que el relevo generacional se produzca. A la gente joven hay que escucharla en las cofradías, porque traen ideas buenas, generalmente. Y los jóvenes tienen que tener paciencia, y entender que una cofradía no es algo que se pueda reconvertir de la noche a la mañana. No es desconocido que existen a veces desencuentros entre los jóvenes que llegan y los que ya no lo somos tanto, pero ya he declarado alguna vez que hablando se entiende la gente, y lo que puede parecer una discusión o un encontronazo, bien llevado, es un debate en el que al final podemos salir ganando todos. Es necesario animar a los jóvenes a que se impliquen y conozcan sus cofradías, y hay que animar a los veteranos a escuchar lo que los jóvenes aportan. De todo ello puede salir la mezcla energía-cautela propicia para que crezcamos. 

—Dicen que nada escapa a la crisis, ¿también se ha dejado sentir en el mundo cofrade?
—Las cofradías siempre han estado en crisis. Euro que entra, euro que tiene asignado en qué gastarse. Por suerte o desgracia, y creo que por suerte, nuestra obligación no es acumular dinero, sino invertirlo de nuevo en la cofradía y en las acciones solidarias en que cada una se encuentra inmersa. Pero evidentemente, nada ha escapado a la crisis y sí que se nota un poco. Aunque los cofrades somos gente paciente y sabemos que esto algún día pasará, y somos cristianos, pedimos cada día a Dios que nos de fortaleza para afrontarlo todo y ser cofrades también en nuestra vida diaria, es decir pacientes, para salir victoriosos de una situación que no es agradable para nadie.

—¿Crees que en estos momentos la mujer ha superado su papel marginal de antaño en el seno de las cofradías de nuestra localidad?
—A la vista está. Varias cofradías de pasión y gloria cuentan con mujeres en sus cargos directivos. En El Huerto, sin ir más lejos, nuestra hermana mayor es una mujer, y también lo son la tesorera y la secretaria. Está claro que todos somos iguales, y compañeros. La mujer no tiene por que no aparecer en primera fila en un tema que, al fin y al cabo, no es más que un reflejo de nuestra vida y nuestra fe, y eso no entiende de géneros. Hace unos años la cosa estaba un poco peor, pero en Alcalá presumimos de tener desde hace muchos años un cuerpo exclusivo de costaleras en el paso de la Mujer Verónica de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús. La Borriquilla tiene una cuadrilla mixta, que es prácticamente algo insólito, las agrupaciones musicales tienen una buena presencia femenina... 

—Finalmente, adelántanos alguna pincelada de tu pregón del próximo viernes, 3 de abril.
—Será lo suficientemente transparente para que mucha gente conozca al niño que llevo dentro y que empezó a querer formar parte de este movimiento cultural. Soy un hombre conocido en Alcalá, pero muy pocas veces he podido hablar sobre mi fe y mis convicciones en relación con el mundo cofrade. Será una oportunidad para ello. En cuanto al pregón propiamente dicho, le he introducido unas cuantas licencias literarias, porque me gusta mucho escribir y mi pasado periodístico me ha proporcionado herramientas para convertirlo en la crónica de mi vida "semanasantera". Será verde, por mi vinculación a mi cofradía, pero he querido que sea también muy integrador, aunque por desgracia no tengo mucha tradición cofrade tras de mi, al no haber pertenecido mis padres a este mundillo, pero creo que lo podré defender bien. Y por supuesto será alcalaíno, porque alcalaíno soy y porque alcalaíno es mi corazón, y para mí es imposible ser imparcial cuando me refiero a mi pueblo y lo que de él emana. Sobre todo, espero que a la gente le llegue, porque al fin y al cabo el pregón de Semana Santa es una forma de abrirse y compartir emociones, y con esa única ambición me subiré a la tribuna el viernes.

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