Hace solo varias semanas, el pasado 20 de septiembre, que Karim El Baqqali, el asesino confeso de Miguel Ángel González Gómez y David Pérez, ingresó en prisión, acusado de dos delitos de asesinato en grado de tentativa, seis delitos de atentado, un delito de contrabando y otro de pertenencia a organización criminal por arrollar mortalmente a los dos agentes de la Guardia Civil en el puerto de Barbate la noche del 9 de febrero.

Paqui Gómez, la madre de Miguel Ángel, el agente isleño asesinado, se plantó en los juzgados de Barbate para pedir justicia por su hijo y su compañero, y este miércoles lo ha vuelto a hacer en su tierra, dejando claro que lo que quiere por encima de todo es que se haga justicia y el caso llegue hasta el final.  

“Yo no quiero perdón, ni quiero que me indemnice nadie, yo quiero que mi hijo vuelva y eso no puede suceder ya. Quiero que se haga justicia y que (Karim) no salga de la cárcel nunca. Pero eso no va a pasar, porque este país es así…cuando cumpla la pena mínima saldrá y él seguirá vivo; mi hijo de donde está ya no puede salir, pero yo seguiré aquí luchando por él”, ha dicho en declaraciones a los periodistas.

Mientras recordaba con sentimientos entremezclados de orgullo y tristeza lo “valiente” y “lanzado” que era su hijo, a quien “no le aminoró nunca nada”, de fondo los manifestantes entonaban otra de las consignas: ¿Quién protege a los que nos protegen?". “Que nos los maten de esa manera…se enfrentaron a la muerte; eso no había manera de pararlo con una zódiac por mucho que quisieran. ¿Cómo nos lo mandan así? Es incomprensible que no le pongan los medios, no lo entiendo. Ni siquiera le permiten sacar su arma. Mi hijo era de los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuática). Él hacía el trabajo que le mandaban, a él lo mandaron y fue. Era un buzo e iba sin su arma, y aunque la llevase, no la podía sacar”, cuenta sobre aquella trágica noche. 



“Mi hijo iba delante, fue el primero que cayó al agua. Él iba delante diciendo a los compañeros lo que tenían que hacer. Su profesión era vocacional, él no podía con las injusticias y entonces eso le dejó sin vida. Él tenía que estar donde estaba el peligro, donde estaba la gente que lo necesitaba. A lo mejor no le hubiese pasado nada si iba más atrás de la zódiac. No lo sé”, se lamenta.

Paqui lo tiene claro. Su hijo, padre de una niña, no murió en un accidente. "El que iba conduciendo la lancha hizo una chulería, pasó seis veces por la zódiac y dice que un accidente…que se equivocó dando marcha atrás porque se puso nervioso al ver a la Guardia Civil…eso no se lo cree nadie”, señala en alusión a las declaraciones del asesino confeso ante el juez que lo envió a prisión. 

¿Es el único que debe responder por la muerte de su hijo? La madre de Miguel Ángel no piensa parar hasta que todos los responsables, si es que hay más de uno, paguen por lo que han hecho. “Yo no sé cuándo va a acabar esto, pero yo no voy a dejar de luchar. A mi hijo le voy a dar siempre voz mientras tenga un hálito de vida para que se haga justicia, pero no solo con los asesinos, sino con todos los que sean culpables de la muerte de mi hijo y de David; quiero que se haga justicia”, concluye.