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Sanlúcar

Dos cántabros eligen Sanlúcar para elaborar sus vinos norteños

"Sucesores Montañeses Terán & Tresgallo" es la firma de esta bodega almacenista que se instala en Sanlúcar por un "importante carácter sentimental"

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  • Roberto García Corona y Fernando Terán. -

La versión actual de los "chicucos" (mozos que trabajaban en los establecimientos regentados por montañeses en Cádiz) es la de dos cántabros que elaboran vinos norteños en el Marco de Jerez, inspirados por la tradición y mediante la crianza biológica del velo de flor. El proyecto se inicia por una sucesión de casualidades tras 20 años de experiencia en el mundo del vino de los emprendedores de Torrelavega, Roberto García Corona y Fernando Terán, que consideraron que era el momento de plasmar su saber fundando una bodega almacenista en Sanlúcar de Barrameda.

Así nació Sucesores Montañeses Terán & Tresgallo, ubicada en el barrio de las bodegas más famosas de la localidad gaditana y en el mismo local que ocupó una antigua tienda de ultramarinos y comestibles, regentada durante décadas por dos cántabros que bajaron al sur a poner en marcha su negocio de venta de vinos. Un año más tarde, ha salido a la luz la primera saca del Terán&Tresgallo, vino singular y diferente nacido del coupage (mezcla de vinos ya fermentados de distintas variedades) de mostos de viñedos seleccionados, y de una crianza de 12 meses y afinado en botas viejas de medio siglo de antigüedad.

Nada más abrir la botella parece la uva Verdejo de tierras castellanas, criada bajo velo de flor durante casi un año en la bodega de Sanlúcar y una Palomino de albariza del Marco de Jerez, criada en otra bota por el mismo procedimiento. En una entrevista con EFE, García Corona explica que estas dos variedades confluyen en un vino blanco, con aromas de fruta blanca, toques florales y notas de heno; un vino con una sensación en boca de redondez, con una tensión y una acidez que trae hasta el sur la Verdejo castellana y norteña.

Esas sensaciones vienen envueltas por un tono salino de los terrenos pobres de Albariza del marco de Jerez, para dar un vino que, explica, está en condiciones excelentes para degustar pero que tiene un largo recorrido en botella, pues en los próximos tres o cuatro años todavía seguirá creciendo. García Corona cuenta que el vino se ha embotellado sin filtrar como forma de conservar todas las características organolépticas y alumbrar esa singularidad que da la tensión y la acidez de la Verdejo envuelta en los toques salidos de la Palomino.

La Saca Nº 1 del Terán&Tresgallo es un lote de 600 botellas que se comenzarán a distribuir este mes de octubre entre aficionados y aquellos establecimientos de hostería donde se dé valor a la relación entre Cantabria y Andalucía. Recuerda que el Marco de Jerez es una zona "privilegiada" del noroeste de la provincia de Cádiz, enclavada en la costa atlántica y enmarcada por los ríos Guadalquivir y Guadalete, un lugar que siempre generó fascinación a los montañeses que allí fueron a hacer fortuna.

A su juicio, es así por "concentrar la esencia" de la luz, el mar y un paisaje, unido a una tierra generosa con el viñedo como es la albariza. Según Fernando Terán, la elección del Sanlúcar de Barrameda para dar forma a este proyecto enológico tiene "un importante carácter sentimental", por la tradición y vínculo que desde antaño unió a los emigrantes montañeses a las tierras gaditanas, el mismo vínculo que les atrapó a ellos.

Para este emprendedor, este primer vino "es una pequeña joya que ha superado" todas sus "expectativas", de ahí que la bodega ya piense en ampliar la producción con nuevos proyectos singulares. Roberto García Corona anuncia que ya están trabajando en la Saca Nº 2 del Terán&Tresgallo que verá la luz el próximo año, también una mezcla del norte y del sur, a través de una crianza de vinos tintos.

Para ello han seleccionado los mostos procedentes de unos vinos base de Mencía, que envejecerán en Sanlúcar en botas de roble americano, con un tostado medio, y que también tendrán un leve paso por velo de flor, por crianza biológica. 

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