Con el inicio del curso político, la asamblea local de Izquierda Unida ha puesto sobre la mesa y avalado un informe político sobre la situación actual de la ciudad. En este se plantean, además, distintos retos y propuestas para repensar el modelo de ciudad hacia uno más alineado con principios urbanísticos “modernos y sostenibles”.
Aunque el texto reconoce “ciertos avances” en la gestión del Gobierno local, al mismo tiempo, advierte de que estos “no deben distraernos de los problemas estructurales que persisten y que requieren una atención urgente”. En este sentido, el documento califica de “aparente éxito” del equipo de gobierno la actual “euforia” por el crecimiento económico y la reducción del desempleo. Sin embargo, subraya la existencia de problemas estructurales profundos que no están siendo tomados en cuenta en la agenda de la alcaldesa y que “tampoco parecen formar parte de sus prioridades para los próximos años”. Además, argumenta que, tras una década de dificultades económicas, la ciudadanía percibe cualquier avance como un signo de progreso, sin que necesariamente estos sean de carácter innovador o sostenibles a largo plazo.
Así bien, el informe hace referencia al desequilibrio en la concentración de esfuerzos del gobierno de Cavada entre los espacios urbanos del centro y de los barrios de la periferia. También se señala que la ciudad se encuentra anclada en un modelo urbano de los años 90, aún con predominio del uso del vehículo privado y con la notable ausencia de áreas saludables y accesibles.
Tampoco considera el documento que en La Isla se esté ejecutando un urbanismo social y sostenible, en el que la gestión turística y la planificación de nuevas viviendas reflejan la ausencia de visión a largo plazo. Esto mismo se observa a través del incumplimiento de la normativa vigente en cuanto a museos y bibliotecas, así como con las tendencias de privatización de servicios y de priorizar grandes proyectos en lugar de atender las necesidades urgentes de la ciudad. A ello se suma la inexistencia de mecanismos de participación ciudadana reales y la de un plan social integral para abordar la exclusión social y la pobreza.
Con todo ello, el informe político de IU La Isla concluye que la ciudad “debe evolucionar hacia un urbanismo que promueva la naturalización de los espacios públicos, la igualdad de género en el espacio urbano y la inclusión social”. Por eso, subraya como “necesario” un replanteamiento del modelo de ciudad que vaya orientado a la sostenibilidad, la equidad y la participación ciudadana. “Solo así podremos construir una ciudad verdaderamente preparada para el futuro, que responda a las necesidades de todos sus habitantes y que se alinee con los principios de un urbanismo moderno e inclusivo”, finaliza el documento.