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La ciencia también padece la 'España vaciada'

El estudio alude a 40 millones de registros efectuados hasta el año 2021 y efectuados en los últimos cincuenta años

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  • La ciencia también padece la "España vaciada". -

Los datos aportados de manera voluntaria y desinteresada por los ornitólogos aficionados a las plataformas científicas, de un "incuestionable valor científico" según los biólogos, son mucho menos numerosos cuando proceden de la denominada "España vaciada", según un estudio publicado por la revista científica "Scientific Report".

Efectuado por investigadores de la Universidad de Huelva y de la Estación Biológica de Doñana (EBD), el estudio concluye que los datos sobre avistamiento de aves son muy numerosos en zonas como los alrededores de grandes ciudades como Madrid y Barcelona o de espacios naturales como el entorno de Doñana o la desembocadura del Ebro, o toda la costa mediterránea, zonas de indudable atractivo para los ornitólogos.

Sin embargo, es mucho menor el número de registros efectuados en las dos Castillas y en zonas de Extremadura o de Andalucía, según ha dicho a EFE uno de los firmantes del estudio, el biólogo Juan José Negro, de la EBD, quien ha asegurado que Portugal está por delante de España en recopilación de estos datos por la influencia que tiene en ese país el turismo de ornitólogos británicos.


El estudio alude a 40 millones de registros efectuados hasta el año 2021 y efectuados en los últimos cincuenta años, unos datos que, según esta investigación, poseen un valor científico incuestionable por sus aportaciones al conocimiento sobre la distribución, la composición de las comunidades biológicas y sus dinámicas, así como sobre procesos de extinción.

Aves esteparias

El hecho de que esos datos se registren de manera menos frecuente en la denominada "España vaciada" incide en el seguimiento de las especies de aves esteparias, según ha señalado Negro, quien ha resaltado que las poblaciones de muchas de estas especies, como la avutarda, el sisón, la ganga, la ortega o el cernícalo primilla no se extienden por parques naturales u otros espacios estrictamente protegidos.

"Son zonas a las que no suelen ir los ornitólogos por no ser especialmente atractivas para ellos, zonas cultivadas de secano, grandes extensiones cerealistas o extensos campos de olivar donde no es tan fácil ver ejemplares de varias especies", ha señalado Negro, quien ha dicho que esa carencia de información sobre aves se padece también sobre plantas y sobre insectos, ya que son comarcas que tampoco son frecuentadas por naturalistas o biólogos profesionales.

Estos datos procedentes de lo que se ha dado en llamar la "ciencia ciudadana", ha advertido el biólogo, no son útiles sólo a la ciencia sino que son muy demandados por empresas que tratan de sacar adelante proyectos industriales u otro tipo de instalaciones como parques fotovoltáicos, ya que la comprobación de la existencia de determinadas especies de aves, sobre todo si están protegidas, es determinante para las declaraciones de impacto ambiental.

El estudio constata que el uso generalizado de teléfonos inteligentes ha permitido que "el común de la ciudadanía, pueda contribuir al avance del conocimiento científico en ámbitos como el inventario de biodiversidad, probablemente el más popular de todos, ya que cualquiera desde una aplicación de móvil puede registrar la observación de un ser vivo, planta o animal, en plataformas virtuales".

En esas plataformas queda anotado con el nombre científico, la localización, la fecha y la hora, así como el número de individuos observados. 

Validación de expertos

En algunos casos estos datos son validados por expertos para evitar la acumulación de datos claramente erróneos o muy improbables -es el caso, ha puesto como ejemplo Negro, de un turista escandinavo que dijo haber observado a un pelícano gris posado en la Giralda de Sevilla, lo que en ningún caso correspondió con la realidad-.

En el estudio ahora publicado, según el catedrático de la Universidad de Huelva José Prenda, se han analizado algo más de 40 millones de registros de aves para determinar qué especies son las más registradas, dónde se producen mayoritariamente los registros en el conjunto de la Península Ibérica, como se distribuye esta información a lo largo del tiempo y en qué tipo ecosistemas, ya sean forestales, agrarios, humedales, o incluso entornos urbanos.

En total, el estudio concluye que un total de 553 especies de aves fueron registradas en las plataformas de ciencia ciudadana para España y Portugal.

Las tres plataformas analizadas en esta investigación son 'iBird', 'Observados' y 'GBIF', repositorios de información muy populares entre ornitólogos y naturalistas aficionados y profesionales.

Sólo la plataforma 'Observados' cuenta con registros efectuados por 450.000 voluntarios en todo el mundo, de los cuales 70.000 son de España, pero de ellos sólo 14.000 son españoles y el resto, 56.000, son extranjeros que hacen en España turismo ornitológico, todos los cuales efectúan una media diaria de entre 3.000 y 5.000 registros.

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