Lleva años al frente de las cofradías sevillanas siendo el enlace entre las Juntas de Gobierno y el Arzobispado. Marcelino Manzano,
sacerdote desde el año 2001 y canónigo de la Catedral desde 2020, desempeña desde hace tiempo el cargo de Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías habiendo sido además, párroco de, entre otras parroquias, de San Vicente. Hoy nos recibe en La Pasión para desgranar la última actualidad de la Archidiócesis con un final de año en lo que a cofradías se refiere de lo más intenso.
- Estamos finalizando un curso cofrade que se ha sentido casi como una transición ante todo lo que está por venir, ¿qué valoración realiza?
Un curso muy intenso, y doy gracias a Dios, porque significa que las hermandades mantienen una actividad muy alta y muestran vitalidad cristiana en todas sus dimensiones, aunque siempre con aspectos que mejorar o en los que seguir creciendo. No sé si es una transición, aunque es cierto que ya pensamos en lo que tenemos en el horizonte más cercano del próximo curso: el
II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular y, casi inmediatamente, el inicio del Año Jubilar que, más allá de la
presencia de los cofrades en Roma en el mes de mayo, tiene que suponer un compromiso de renovación espiritual, en la línea que el papa Francisco marca en la bula de indicción del jubileo.
- Posiblemente una de las noticias más importante, aunque no tan sonada, ha sido la de la creación de la nueva hermandad de Bendición y Esperanza, ¿qué tan importante es esta nueva cofradías para la Archidiócesis?
Cada vez que se erige una nueva hermandad en nuestra Archidiócesis supone una buena noticia para la Iglesia. Es la
culminación de un proyecto pastoral de fe, vida sacramental, espiritualidad, crecimiento formativo y acción caritativa a lo largo de varios años, en los que se van poniendo los cimientos de una asociación de fieles, a la que se dota de personalidad canónica y jurídica. En definitiva, un grupo de cristianos que, a través de la piedad popular y en una parroquia concreta, se ofrecen generosamente a anunciar a Jesucristo y a tenerle como centro de sus vidas, a través de la devoción a las imágenes, los cultos internos y procesiones, etc. Que haya cristianos que opten por este compromiso es muy, muy importante. Y que
esto suceda, además, en el barrio del Polígono Sur, donde los cristianos tenemos tantos retos, es aún más importante y mejor noticia si cabe. A mí me parece que es un regalo de esperanza para el barrio que, me consta, está feliz por la noticia.
- ¿Se espera algún anuncio más de esta índole por parte de la Archidiócesis?
Lo cierto es que hay varias agrupaciones parroquiales en la toda Archidiócesis que están culminando su camino para ser hermandad, y todos los años se anuncia la erección canónica de nuevas hermandades (este año, por ejemplo, también en Los Molares). La piedad popular en torno a las hermandades
es un fenómeno muy vivo, y desde la delegación diocesana acompañamos a casi cuarenta grupos de fieles y agrupaciones parroquiales, y constantemente llegan peticiones nuevas. Por lo tanto, si Dios quiere, sí,
en el futuro próximo vendrán nuevas hermandades.
Reconozco que a veces hay alguna dificultad en conciliar el culto con las visitas culturales en determinados lugares, pero para nosotros es una oportunidad pastoral que muchas personas, a través de nuestras iglesias, imágenes, obras de arte, etc. puedan encontrarse con Dios
- La Archidiócesis se enfrenta a un final de año de lo más intenso, ¿cómo lo preparan?
Tenemos, por así decirlo, una buena “hoja de ruta”, que es Plan Pastoral Diocesano 2022-2027, en el que el Arzobispo nos marca, año tras año, los objetivos y acciones principales, es decir, dónde poner más el acento. A esto se une la actividad cotidiana de parroquias y comunidades, y en las hermandades,
la actividad determinada por sus reglas e iniciativas propias, que son muchas y ricas en todos los ámbitos. Además, tenemos, como he dicho antes, el Congreso y el inicio del Jubileo Universal. Todo esto requiere
una buena planificación, por lo que, junto al Plan Pastoral, cada delegación diocesana preparamos nuestra agenda de actividades y proyectos. Pero nada de esto sirve sin la gracia del Espíritu Santo. Sin Él no hacemos nada, y por tanto, lo principal es encomendarnos a Él y dejarnos iluminar por su luz y por el ánimo que nos infunde.
- Quizás lo que todos esperan es el II Congreso de Hermandades y Piedad Popular con el intenso programa de actos que se ha preparado, ¿qué mensaje le lanzaría a las hermandades para que se sumen a este evento?
A mí
me gustaría “contagiar” la ilusión que yo tengo por este evento auténticamente extraordinario, convocado a iniciativa del nuestro Arzobispo D. José Ángel Saiz, y en el que se está volcando personalmente. Los cofrades de Sevilla no se lo deben perder, porque va a ser una experiencia única, por la formación al máximo nivel (por la altura de los ponentes, cardenales de los dicasterios de la Santa Sede), el diálogo en las mesas redondas con los
mejores intervinientes y especialistas, las celebraciones litúrgicas, las exposiciones y conciertos y, sobre todo, recibir y convivir con cofrades de todas partes (España, México, Italia, hasta de las Azores), que están deseando venir a Sevilla a estar con nosotros, ya que consideran a Sevilla (creo que con merecimiento) el centro universal de referencia para las hermandades. Tenemos que
inscribirnos, participar y estar ahí, y pido a las hermandades que colaboren a que haya varios hermanos de cada hermandad que sean congresistas. Yo creo, sinceramente, que nuestro Arzobispo merece que le respaldemos y apoyemos con nuestra masiva participación.
- Una de las intenciones del Arzobispado es la celebración de un Besamanos Magno, ¿cómo va la respuesta por parte de las Hermandades?
La fecha del congreso, al realizarse en la Inmaculada, coincide con numerosos besamanos, especialmente en la ciudad. Es un hermoso complemento al Congreso, celebrando actos de piedad a la Virgen que siempre hacen de esta fiesta de la Inmaculada unos días muy especiales. Lo que hemos hecho
es invitar a las hermandades que no hacen besamanos, porque sus reglas no lo prevén, a unirse al gran acto de piedad que es el Congreso pidiendo autorización para celebrarlos en los propios días del evento o incluso antes, en fechas cercanas, como preparación. Lo cierto es que las hermandades se han animado y
son muchas las que ya lo han solicitado. Destaco, por ejemplo,
los casos de Utrera, donde el Consejo de Hermandades incluso va a editar una guía de todos los besamanos,
o de Aznalcóllar, donde todas las hermandades se unirán en un acto conjunto de veneración y oración.
- La última de las noticias sobre el II Congreso ha estado en el ‘No” del Ayuntamiento al recorrido común, ¿qué alternativa convence más al obispado? ¿Os tranquilizó la negativa del Sr. Alcalde al cambio de fecha?
La celebración de la procesión de clausura del Congreso pretende ser un momento de alabanza al Señor y a la Virgen, al sevillano modo, contando
con algunas de las devociones más universales de la ciudad y de los pueblos. Estoy seguro de que muy pronto
se encontrará la mejor solución, de manera que la procesión pueda ser contemplada por el mayor número de fieles posible, que es nuestro objetivo.
- Hablando en clave social, ¿le está afectando a las hermandades y parroquias del centro la afluencia masiva de turistas?
Sinceramente,
no me ha llegado ninguna queja en este sentido. Reconozco que a veces hay alguna dificultad en conciliar el culto (que es lo principal) con las visitas culturales en determinados lugares, pero para nosotros es una oportunidad pastoral que muchas personas, a través de nuestras iglesias, imágenes, obras de arte, etc.
puedan encontrarse con Dios (es la llamada via pulchritudinis, el camino de la belleza hacia Dios). Y pienso que lo vamos compaginando bien donde hay más afluencia de turistas, o sea, en los grandes templos de la ciudad, y cuya apertura es una invitación permanente al encuentro con el Señor: la Catedral, el Salvador, Macarena, Gran Poder, Cachorro, Esperanza de Triana, los Gitanos, Santa Ana, la Anunciación, San Lorenzo, la Magdalena, etc. etc. En muchos de estos sitios, incluso,
hay museos de gran categoría.
- ¿Esto puede hacer que las hermandades de barrio se vean reforzadas?
La fuerza de las hermandades de barrio, y en general la de todas las hermandades,
es independiente de que vengan más o menos turistas. Nuestra fuerza está en la fe en el Señor, en ser comunidades fraternas, en crecer en el culto y la espiritualidad, en las maravillosas acciones de caridad que realizamos, etc. Y las hermandades de barrio, o las hermandades de gloria en sus collaciones del casco antiguo, además,
tienen su propio ámbito, el barrio, como un gran campo, una gran mies, donde sembrar la semilla de la Palabra de Dios y, si es posible, recoger los frutos.
- ¿Qué momento espera con mayor interés Marcelino Manzano en lo que a cofradías se refiere del siguiente curso?
Como he dicho antes, espero con gran ilusión
el Congreso de Hermandades, y la peregrinación diocesana a Roma del mes de mayo, con el Arzobispo a la cabeza, que coincide con el jubileo universal de los cofrades y la presencia histórica del Cachorro en el Vaticano. Pero también
me ilusiona el día a día de las hermandades, ayudarlas en su labor y a intentar solucionar los problemas que, lógicamente, a veces se presentan. Aunque sea un año tan especial, no vamos a dejar de contar, como siempre,
los días que faltan para la Semana Santa.