El Ayuntamiento de San Fernando ha adjudicado por un importe de algo más de 45.000 euros las obras urgentes de sustitución de la cubierta inclinada de tejas del Molino de Mareas del Zaporito. Se presentaron tres ofertas, siendo finalmente la empresa isleña
Fructuoso Pascual Bermejo SLU la que ha resultado adjudicataria. Los trabajos tendrán una duración de dos meses.
Cabe recordar que dado el estado de avanzado deterioro del faldón Sur de la cubierta inclinada de teja del molino de mareas, que obligó al Servicio de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento isleño a requerir la colocación de vallado ante sus fachadas principal y posterior, se necesitaba su urgente reparación.
El molino es un edificio de titularidad municipal, que dispone de protección de carácter patrimonial (Nivel 3) asignada por el PGOU, careciendo este Ayuntamiento de personal adecuado y de los medios auxiliares precisos para acometer estas obras.
Este edificio histórico fue rehabilitado en 2012 contando para ello con un presupuesto cercano al 1,5 millones de euros. En octubre de 2010, se inició la rehabilitación, culminando exitosamente en marzo de 2012.
Este proyecto, que contó con un presupuesto aproximado de 1,5 millones de euros financiados por la Dirección General de Costas, recuperó una pieza clave del patrimonio industrial de La Isla. La Diputación complementó la financiación con 140,000 euros destinados a la creación de un centro de interpretación, enriqueciendo así la propuesta educativa del sitio.
El centro de interpretación, inaugurado dentro del molino, ofrece a los visitantes una visión del uso de este tipo de instalaciones a través de maquetas y audiovisuales didácticos que explican el funcionamiento y la historia de los molinos de marea.
Tras varios intentos, en septiembre de 2014, la gestión del molino fue adjudicada por un periodo de 15 años. Este acuerdo incluyó la explotación de un espacio de restauración en las inmediaciones, agregando así una dimensión comercial al proyecto. El molino abrió definitivamente sus puertas al público en marzo de 2015, marcando el comienzo de una nueva etapa como atracción turística y educativa.
La restauración del molino de mareas no solo ha preservado un elemento significativo del patrimonio arquitectónico y cultural, sino que también ha creado un recurso para la educación y el turismo local.