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“Esta tierra es una mina, tiene sal, luz y arte por donde vayas”

Mesalla lleva más de tres décadas delante de un escenario y se ha labrado una carrera dentro del mundo que le apasiona: la música

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  • Mesalla. -

Mesalla ha alcanzado la madurez artística tras más de tres décadas encima de un escenario. Tuvo claro que quería vivir de la música y actualmente hace y deshace a su manera, canta lo que gusta y es dueña de su propio destino dentro de un mundo tan complicado. Estos días se encuentra de rabiosa actualidad gracias a su última canción Que hablen, donde está muy presente su San Fernando en cuanto a las localizaciones del videoclip. Habla de este último trabajo y repasa su trayectoria en la siguiente entrevista.    

La música te pone en la vida a personas que nunca te hubieses imaginado conocer si no es por ella, grandes amistades o alguien que llegó a ti hace 20 años y ahí sigue contigo"

Que hablen..., ¿qué ha pretendido con este nuevo trabajo? ¿es algo personal?
—Es un tema muy reivindicativo, ya que ahora mismo todo el mundo está expuesto a las redes sociales, queramos o no. Nos reímos con lo que ha hecho alguien, si otro sube una foto en la playa, nosotros también tenemos que subirla..., nos hemos convertido un poco en borreguitos. Y al final yo creo que para ser feliz cada uno tiene que hacer lo que quiere o siente. Si tú haces algo diferente a los demás estás expuesto a que hablen, para bien o para mal, pero como decía mi padre; si están hablando es que algo está pasando. Así que..., que hablen.  

Y cómo lleva Mesalla eso de las redes sociales, sobre todo la parte más crítica.
—Las redes sociales ahora mismo para nosotros son nuestro escaparate y hay que estar ahí. A mi me ha costado muchísimo abrirme en ellas, primero porque habitualmente nadie sabe nada de mi vida y ni yo quiero exponerme en ese sentido, porque realmente las uso para trabajo. A lo mejor algún día enseño a mi madre o a mis perros, pero poco más. Es verdad que tengo una gran ayuda en la persona de Miriam, que me ha puesto las pilas y me ha dicho que sea yo. Yo soy una persona muy seseante y al principio me costaba mucho trabajo porque pensaba que la gente no me iba a entender, pero al final volvemos a lo mismo..., que hablen, que soy como soy y yo eso no lo puedo esconder. Al final creo que vamos por buen camino porque estoy recibiendo el cariño de la gente y yo creo que la clave es precisamente esa, es decir, que me estoy mostrando como soy yo.  

Tiene 25.000 seguidores en Instagram , lo que demuestra que hay gente que quiere saber del día a día de Mesalla.
—La verdad es que he tenido esa suerte, pero insisto que el que me conoce sabe del trabajo que me cuesta. Tengo que agradecer a toda esa gente nueva que me está llegando, que es algo increíble, ya que me está dando su cariño sin conocerme. Me dicen que sonrío mucho, que tengo luz, que doy buen rollo..., y eso es al final lo que yo busco.  

 

Espacio reservado al reproductor de vídeo

Volviendo a su nueva canción, ¿un video muy cañaílla no?
—Yo amo a mi tierra y a su gente. Más cañaílla que yo difícil, que incluso he nacido en San Carlos. He grabado fuera en escenarios como en Córdoba, Granada y me encanta, pero siempre he grabado en estudios de San Fernando, con músicos de La Isla, el cámara es de aquí... Fue entonces cuando me dije que tenía que grabar aquí, yo amo a mi tierra y tenía que enseñarla al mundo porque al final yo soy cañaílla. Me hizo mucha gracia, por ejemplo, lo de la rotonda oxidá. Le pregunte al cámara, que es Ettore Films, y le dije que tenía que ser en un sitio del que la gente haya hablado muy mal de él, pero que al final se le coge cariño y nos representa mucho. La intención del tema es que hablen, pues que hablen de la rotonda oxidá.

Y otro curiosidad, ¿porqué en el mercadillo de los jueves o los gitanos de toda la vida?
—Porque la vida es la verdad y la verdad es que en La Isla los jueves nos vamos a los gitanos, se llena de gente, se encuentra con uno, con otro, conversamos. Allí se entera uno de todo, insisto todo está relacionado con el nombre de la canción.

Dice que ama a San Fernando, ¿cree que a la inversa sucede lo mismo?
—Yo amo a mi tierra y amo a la gente de mi tierra, y siento el cariño de su gente a cada paso, pero también es verdad que siento que a lo mejor se la dan unos privilegios a algunos artistas más que a otros siendo todos iguales, y teniendo todos el mismo sueño y el mismo camino. De todas formas me quedo con lo que le dicho antes, teniendo el cariño de mi gente me sobra y, en ese sentido, la verdad es que estoy muy contenta.     

¿Porqué sale tanto arte y tanto artista de este rinconcito del sur como es La Isla?
—Esto es una mina. La Isla tiene sal, luz y arte por donde vayas. Y además hay que sumar las generaciones que van saliendo que no te digo nada como cantan, bailan, tocan...

Ha formado un binomio curioso con otro genio de la composición y también de La Isla como es Raúl Cabrera, casi .
—Es un genio. Es un genio a nivel de composición, pero también muero con él cuando canta. Es uno de los mejores compositores que hay ahora mismo en España, todo lo que suena en la radio tiene el sello de Raúl Cabrera, tiene discos de oro y ya si hablamos de Carnaval. Por eso le digo que son isleños a los que, desde mi punto de vista, tampoco se las da el cariño que merecen, cuando Raúl ahora mismo es el mejor componiendo. Y yo tengo la suerte de que crecí y me crié con él jugando en mi calle. Ahora, cuando ya hemos crecido, nos ha unido el camino de la música y trabajar con él es muy fácil, es un genio.     

Tiene cuatro discos en el mercado, ¿estos temas sueltos que está grabando en los últimos meses están orientados a reunirlos en un quinto disco?
—Ahora mismo no me lo estoy planteando porque ya la música no se vende, las canciones por desgracia o son temas que se quedan para siempre, o tienen fecha de caducidad. Son y sirven para crecer y que la gente te vaya conociendo. En este último año he sacado cuatro temas que han sido Tiritando, el segundo fue Tiene guasa, el tercero La carta y ahora este últmo Que hablen. Los cuatro los hemos compuestos entre Raúl y yo.        

¿Cómo se fragua una canción entre Raúl y Mesalla?
—Hay un poco de todo. Antes de ponernos a componer nos ponemos al día, siempre nos tenemos algo que contar y, sin darnos cuenta, el tema ha salido de esa conversación. Es más estos días he estado con él y ya tenemos otro tema nuevo.   

¿Y cuánto se tarda a partir de ahora para que esa canción sea una realidad?
—Tiene mucho trabajo detrás. Primero lo hago con Raúl, luego hay una producción que lo maqueta, luego nos vamos al estudio que es Mi musa de mi Antonio Carrillo aquí en San Fernando. Después está la mezcla, vienen los músicos, el videoclip, posteriormente está la labor de Miriam con las redes, Spotify..., si te aligeras mucho son mínimo dos meses y medio.   

Mesalla se mete en todos los fregados, no hace mucho se le pudo ver el video del Mangrego de Er Cristian y el Kabesa
—Esos son dos artistas de La Isla con mucho talento y un nivel de creación increíble. La verdad es que me sentí muy afortunada. Cuando me llamó Diego le dije que no sabía si me iba a venir bien o mal, pero que tenía claro que lo iba a hacer. Y me dijo que la que iba a cantar era yo, ellos no. Tiramos para adelante y, la verdad, es que me sirvió muchísimo, me lo pasé increíble, volvería a grabar 20.000 Mangrego más porque trabajar con ellos es una gozada. Diego y Álvaro son increíbles, pero en el caso de Diego es que además es especial, tiene una capacidad de reacción tremenda.      

¿Cómo es eso de que se ha tenido que aprender temas en italiano, turco y hasta ruso para cantar?
—Yo siempre me pregunto, ¿tú que sabes hacer? Cantar. Pues entonces, a cantar, lo que sea, pero a cantar. Yo no me veo en una panadería, ni en un supermercado, con todos los respetos, y si hay que cantar en ruso, se canta en ruso, se pone una y para adelante siempre.   

Se subió por primera vez en un escenario con siete años y algo más de tres décadas más tarde ahí sigue, ¿por dónde ha estado Mesalla actuando en todo este tiempo?
—He tenido infinidades de proyectos y de discos. Mesalla ha estado mucho tiempo en Madrid, Turquía, Rusia, Italia, Emiratos, me he recorrido toda España de cabo a rabo y espero que siga siendo así. Hay Mesalla para rato.   

Ha tenido varios referentes en su trayectoria pero, por ejemplo, ¿Camarón de La Isla que ha supuesto para Mesalla?
—Camarón es Camarón. Llegar a un sitio siendo de La Isla o de San Fernando es llegar siendo de Camarón. Para mi es un orgullo ser de esta tierra y poder llevar a Camarón a todos sitios. Es eterno.  

También es usted mucho de Lola Flores....
—Lola en su época fue una revolucionaria. Era una artista de los pies a la cabeza, se subía a un escenario y lo llenaba. Yo veo sus videos  muchas veces repetidos porque me encantan, solo el del pendiente cuando se le cae, las formas de decir que se lo cojan..., eso es muy grande.

Pero sobre todo es muy de Ketama y de Antonio Carmona, incluso en alguna ocasión ha dicho que le encantaría cantar con él.
—La verdad es que he estado con él un par de veces y tuvo gracia porque me dijo que el perfil lo tenemos igual. Es muy gracioso. He crecido con él, pero nunca he cantado con él.

¿Qué es lo mejor que le ha dado la música a Mesalla?
—La gente y su cariño, eso es increíble. La música te pone en la vida a personas que nunca te hubieses imaginado conocer si no es por ella, grandes amistades o alguien que llegó a ti hace 20 años y ahí sigue contigo. Es un regalo.   

Y hay alguna parte que no le guste de la música, que siempre se ha dicho que es un mundo muy complicado por todos los intereses que tiene alrededor.
—Yo pienso que la música es compartir y no competir. El que llegue a este mundo para competir, éste no es su sitio. Aquí hay que apoyarse, que quererse y estar compartiendo con uno y con otro. Al final la música es compartir y es lo más bonito que tiene todo esto, y también lo malo.   

¿Ha llegado un punto en el que usted es la encargada de gestionar su carrera?
—Ahora mismo yo ya no dependo de grandes compañías. He estado con mis discos con ellas, además tuve suerte al principio porque dí con una persona que es como mi padre y gloria bendita, pero ya luego salí de ese círculo me metí en otro en el que me daban instrucciones con las que yo me sentía disfrazada, que no era yo. Lo único que le puedo decir es que ya llevo un año y pico trabajando en mi proyecto, queriendo ser yo y demostrando lo que soy, quién soy y cómo lo quiero hacer. Y creo que al final estoy recibiendo mucho cariño siendo yo.       

Llega la época buena, ¿cómo se le presenta la agenda para este verano?
—En las redes iré poniendo todas las fechas de este verano, espero poder cantar en La Isla o muy cerca de aquí, y quiero invitar a todos los cañaíllas a que se vengan a verme y a darme cariño.   

Hablando de La Isla, ¿porqué no se le abren a Mesalla las puertas del Teatro de Las Cortes?
—(Silencio) Comodín de la llamada para llamar al que lleva el teatro. La verdad es que nunca ha surgido la oportunidad, ni tampoco me han ofrecido la opción de cantar en él. He cantado en San Fernando en la Feria o el Ayuntamiento, pero es verdad que en el Teatro de Las Cortes no he tenido la oportunidad. De todas formas, todo se puede andar y si alguien me está escuchando...

Y en el festival del Bahía Sound.
—Pues mira quizás habría que hacerle un llamamiento de que en La Isla hay mucho talento y se le dedicara un día a montar un festival isleño.   

Echando la vista hacia adelante, ¿dónde se ve dentro de unos años?
—Cantando, yo no me veo haciendo otra cosa que no tenga relación con la música. A lo mejor cuando tenga 60 años me convierto en mánager, pero siempre relacionado con este mundo. Al final para mi la música es una terapia. Yo desde que me levanto a las siete de la mañana estoy haciendo música, siempre maquinando, con la agenda completa. El que nace con la música se levanta y se acuesta con ella y yo hoy, gracias a Dios, sólo me dedico a esto. Espero seguir haciéndolo hasta que me jubile.      

Cuando tiene un momento de bajón, ¿se refugia en la música o fuera de ella ?
—Mi madre es uno de mis grandes apoyos de mi vida, ella y mis hermanos. La verdad es que yo tengo una familia que me apoya, me ama y respeta lo que hago aún no teniendo ellos nada que ver con la música. Yo tengo un hermano que me pregunta todos los días que cómo voy, no falla. Pero sí que es verdad que la música es un refugio para todo, tanto para la pena como para la alegría.       

¿Y en algún momento pensó en arrojar la toalla?
—Muchas veces lo piensas, pero al final nunca te atreves. Muchas veces dices voy a intentar ponerme a trabajar para que la gente no piense que no quiero trabajar, que al final como le digo lo mío es un trabajo, que repito que me levanto todos los días a la siete de la mañana. A Raúl Cabrera le pasa lo mismo, a las ocho menos cuarto de la mañana ya estamos hablando por el móvil. Dormimos muy poco, de hecho hay días en los que me levanto a las siete de la mañana y me acuesto a las once de la noche haciendo música. Es un no parar.      

¿Sigue teniendo sus ratos de flamenco cantando sentada en una silla?
—También. No hace mucho me tuve que aprender unos tarantos y unas alegrías de Córdoba, que era la primera vez que lo hacía. De todas formas hace muchos años que dejé el flamenco y cuando cumplí 17 años tuve claro que quería fusionar, porque respeto el flamenco. Yo me he criado al lado de Rancapino porque mi abuela era su vecina, ya que la mitad de mi familia es de Chiclana, e incluso mis primas son Las Mónicas y tengo proyectos con ellas. Pero sí que es verdad que yo desde muy pequeña he respetado el flamenco y cuando me decidí a fusionar, lo tuve claro. Yo no me veía sentada en una silla con 30 años porque soy como soy, pura energía, quiero contar cosas y el flamenco es algo más serio, más arraigado.  De todas formas, insisto que tengo mis ratitos de flamenco, pero me siento más identificada con lo que hago actualmente.   

Por último, ¿dónde le gusta perderse cuando está en San Fernando?
—Me gusta mucho la playa y tenemos una que es increíble. Me encanta perderme allí, al igual que El Bartolo. Me gustan los sitios que se vea el infinito, que dejes volar la imaginación.  

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