San Fernando estará presenta el próximo mes de mayo en el Campeonato de Europa de Magia gracias al isleño Magic Jose, que en este 2024 alcanzará la mayoría de edad dentro de este mundo y que, gracias a su buen hacer, ha visto recompensada su trayectoria con este premio en el que tendrá nada más y nada menos que de público a 2.000 magos llegados desde distintos puntos del mundo.

¿Ha sido para usted un poco un boom la noticia de su clasificación para la cita europea?
—La verdad es que sí, sorprende y a la vez que aturde un poco el decir, jolín vamos un poco como al revés, el ser profeta en tu tierra se supone que viene después y, en este caso, todo lo contrario, parece que estamos empezando por ahí. Asusta un poco, pero la verdad es que un honor que den sitio a la magia, obviamente a mí y además en mi tierra.

¿Se lo esperaba?
—En el 2022 decidí crear una rutina y presentarla a concurso a nivel de Andalucía. Me llevé el primer premio y dije ostras..., ha gustado. Y yo soy mucho de cambiar las magias, si hago dos actuaciones el mismo día las cambio, no llevo un guión porque me aburro y soy mucho de improvisar. Presente esa misma rutina cambiada a un 2.0 al Campeonato Nacional de Magia que fue en julio del pasado año en Valladolid. Era un congreso nacional y me lleve el segundo premio, pero no fue solo eso, sino que en el público hubo una reacción enorme, el jurado me dijo que le había dado coba a todo el mundo..., los magos somos muy autocríticos, yo sobre todo, y soy capaz de presentarle una rutina que usted me dice que es una maravilla y yo sigo viéndola mal. Yo no me esperaba lo que pasó en Valladolid para nada y, a raíz del premio, me ha avalado la federación de magos a nivel nacional para ir al Europeo. Eso es muy fuerte. Somos unos cuantos los que vamos pero, por ejemplo, de salón que es mi caso somos tres. En el caso de lograr premio en mayo en Italia se nos abre directamente la puerta para el Mundial . Es algo que asusta un poco. Tiene que tener en cuenta que se trata de un concurso que es sólo para magos profesionales de todo el mundo, que habrán visto magia..., pues allí voy yo.       

¿Es el primer isleño en lograr esta, entre comillas, hazaña?
—Creo que sí que yo sepa. Es verdad que por esta zona tenemos muy buenos magos, pero creo que no había habido hasta ahora ninguno que se hubiese clasificado para un Europeo.   Es un honor, además andaluces somos dos los que vamos y que estaremos el próximo 19 de abril aquí en San Fernando presentando nuestra rutina.

Cuando un mago habla de rutina, ¿a qué se está refiriendo?
—Una rutina son varios efectos mágicos, por así decirlo, no puedes centrarte en una sola cosa. Yo no puede coger una carta, adivinarla y ya está, sino que se hace una secuencia de varias cosas y a eso llamamos rutina. La idea es que tú juegues conmigo, que vivamos magia. Eso es lo que sucede en la rutina, es decir, son varios trucos pero dentro de un solo juego.   

¿Y cuál será su rutina en el Europeo?
—Tengo una pieza clave, que es una botella que la fabrico yo, metiendo una baraja dentro, que está firmada por mi, la sello y la idea es, básicamente y resumiendo, que el público va a elegir números y va a escoger una carta. Esa mezcla va a dar un lugar y una carta que va a estar dento de la botella. Esa es una rutina que perseguimos muchos magos y que se trata de poner una carta en un lugar, se hace mucha manipulación pero, en mi caso, es imposible que yo pueda tocar la carta porque está dentro de la botella. Eso mola mucho y, de hecho, es el espectador el que parte la botella, cuenta las cartas...

El día 19 tiene una cita en San Fernando, pero antes tiene otra en Madrid.
—El equipo español va a hacer dos ensayos generales y el primero de ellos es este lunes, 15 de abril, en Madrid. Es algo muy guay, porque de esta manera nos reunimos todos y, además, podemos sacar fondos para acudir a Italia, ya que todo esto nos lo costeamos nosotros. La segunda gala será el 22 de abril en Barcelona. Será la primera vez que yo actúe en un teatro de la Gran Vía en la capital de España, de hecho actuamos delante del decorado del escenario de Pretty Woman.

 

¿Cuál es su estilo de magia?
—Mi estilo es de magia para todos los públicos, para todas las edades. Y, de hecho, lo que yo busco es que la gente viva la magia porque la hacen ellos .

¿Cuántas horas la dedica al día a crear? Se dice por ahí que los magos son muy noctámbulos en este sentido.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                —Mi situación es complicada porque en España soy pluriactivo, ya que tengo mi empresa y además soy profesor de Secundaria. El problema que yo tengo es que mi cerebro nunca se apaga, de ahí lo que usted está viendo de donde llega mi creatividad con una botella. Una tienda de esas toda la vida de Todo a cien es una inspiración para mí. Es verdad que en el momento que tengo que crear algo, tengo que concentrarme más sí que soy un noctámbulo total. En la noche el móvil no vibra, hay ciertos estímulos que se apagan, por la tarde hay ciertos ruidos como el del vecino que no duerme siesta y arma mucho jaleo...     

¿Cuándo se dio cuenta de que quería que la magia formase parte de su vida?
—Yo recuerdo que mi abuelo de chico me picaba con un montón de retos y cosas así. Eso hizo que le diese vueltas a la cabeza y empezase a hacer cositas de magia y demás. A ello se sumó que mi padre me llevaba mucho al circo, creo que he visto todos los que han venido por aquí. Me molaba mucho verlo desde el lado del público y eso me fue metiendo el veneno en el cuerpo. Y a los 17 años tuve la suerte de que a través de un amigo me llegase un libro de magia con cartas, que se supone que todos los magos debemos de empezar por ahí, con las cartas, aunque en mi caso es verdad que es lo que menos hago, ya que mi rollo es más de salón y escenario. Con ese libro hicimos algo benéfico para el cole y ya hasta el día de hoy. Una cosa llevó a la otra y soy una persona a la que le entusiasma tener un público delante que flipe, le guste y te aplauda. A mí eso me da la vida. Lo que me da un escenario no me la da nada, ni nadie, no sé como describirlo. Creo que el día que lo pueda explicar ya no seré mago, porque habré perdido la ilusión.      

Lo que sí es cierto es que el mundo de la magia parece una fuente inagotable por muchos trucos que se hagan.
—Pero es cada vez más complicado. Estamos en una generación donde tenemos que hacer un tik tok en un minuto. Cómo construyo yo una rutina para sorprenderte en ese tiempo. Yo de momento me lo tomo como un reto, ya que se me ocurren cada historia y cada cosa. Lo mío está basado mucho en la improvisación y en cosas cotidianas, mientras que hay otros colegas de profesión que quizás son más técnicos. Además también hay ahora muchos talent shows que han vuelto a poner de moda la magia y creo que eso debemos de aprovecharlo.          

Dice que le encanta el escenario, ¿tiene alguna rutina o algo que tenga que hacer antes de salir a enfrentarse a su público?
—Si le soy sincero, yo no calmo los nervios. Creo que cuando llegue el día que no me ponga nervioso será el momento que tenga que dejar su subirme al escenario. Yo juego mucho con la improvisación y la espontaneidad, creo que la gente se merece eso y, para ello, tienes que estar nervioso porque no sabes lo que te vas a encontrar. Me encanta esa sensación de que en el momento en el que me voy encontrando en el escenario, voy calmando los nervios. Como dice Juan Tamariz, voy echando lazos, recogiendo el abanico de miradas y cuando veo que ya está todo el mundo dentro conmigo, ya vamos tranquilo. Es verdad que también antes de entrar tengo muchos rituales como calentar la voz, beber mucha agua para estar bastante hidratado, tengo muchas cosas de la suerte, a mí, por ejemplo, los comecocos me dan suerte y siempre llevo algo, desde una camiseta, esta chaqueta e incluso unos calzoncillos. También llevo mis zapatos de la suerte, que están personalizados. Eso a mí me da una tranquilidad, falsa, pero me la da.    

¿La Inteligencia Artificial también tendrá repercusiones en el mundo de la magia?
—Creo que todavía es un poco un tema tabú entre los magos. Yo creo que por suerte su aparición me sigue motivando a hacer cosas distintas, pero lo que sí me preocupa es la inmediatez del público. A mi trabajo no me va a quitar la IA, ya que no es capaz de mezclar una baraja de cartas. Lo que sí que creo que va a implicar es que al público va a haber que saber llevarlo muy bien.   

Los magos, ¿tienen ídolos magos?
—Hombre claro y eso es otra cosa que me asusta. Por ejemplo, Jorge Blas, que estaba en el jurado del Congreso Nacional del año pasado, cuando acabó la reunión vino detrás mía gritando mi nombre y, cuando me giré, me dijo no llevas tú botellas debajo de la mesa, y le dije que no, que sólo una. Me dijo que le había dado coba, y yo pensaba yo a ti , que te idolatro. Yo siempre he admirado a mucha gente y ahora se están convirtiendo en compañeros, eso es muy fuerte pero a la vez es de agradecer, y un honor que la magia me dé eso.      

¿Con qué se conformaría en Italia el próximo mes de mayo en el Europeo?
—Yo con que salga bien y la rutina guste..., lo que pasa es que hay una cosa que me preocupa mucho que es el tiempo. A los nueve minutos se enciende una bombillita amarilla y a los diez otra roja, que si se produce estás descalificado. Yo con la mía me estoy colando últimamente en nueve minutos y allí lo tengo que hacer en inglés que es el idioma oficial, y la verdad es que todo eso sí que me genera mucho respeto. Me conformo con que salga, que entre en tiempo y, obviamente, con estar allí. Estamos hablando de cerca de 2.000 magos delante, que son el público. Si no sale bien, hay 30 en mi categoría de toda Europa y me conformo con quedar el 30.       

¿Cuál es el estado de salud de la magia en España?
—Creo que está de moda, pero que debería de estarlo más todavía. Es una de las cosas que ilusiona a la gente porque no se espera lo que va a pasar.  España tiene unos referentes enormes en la magia, somos la caña en magia con cartas. los de fuera nos ven coger una baraja de cartas y se echan a temblar. Creo que la magia en España está viviendo uno de sus mejores momentos. Además estamos en el camino también de poner de moda esta zona de España y eso es algo que me ilusiona mucho.    

Además, en su caso, también se dedica a la hipnosis.
—Nosotros en verano vamos con el show por muchos sitios y lo hacemos en vivo y en directo con los voluntarios que quieran. Yo siempre lo digo que una vez en la vida una persona tiene que sentir en sus carnes lo que es la hipnosis.   

¿Qué es lo más bonito que le han dicho cuando han visto uno de sus espectáculos?
—Hay un montón de recuerdos, un montón de historias, una barbaridad. Por ejemplo, cuando acabé el Campeonato de España me vino un mago y me dijo, Jose tengo que verte otra vez  y le pregunte que porqué, y me dijo que le había encantado la manera en la que había llenado el escenario. Que te lo diga un compañero de profesión que habrá visto tantos magos... Tengo también un recuerdo de algunos niños pequeños que me han traído dibujos, regalos o me han firmado ellos cartas. O de los usuarios de Upace, que he ido varias veces a hacerles trucos de magia allí a su sede o ellos han venido a algunos espectáculos de lo que yo hago. Creo que la gente no se da muchas veces cuenta del gran honor que nos hace recibiendo cualquier frase de ellos. Con que lo pasen bien, a mi me vale.

Una vez que pase el Europeo, ¿tiene ya en mente proyectos nuevos?
—Por supuesto, hay que darse cuenta de que cuando llegar a un nivel como éste, la gente ya espera algo más de ti. Eso es un problema y una ventaja a la vez. De hecho, ya me han confirmado que el Congreso Nacional de este año se celebra en Terrassa y obviamente voy a ir a por todas. Voy a apostar por mi categoría de magia de salón y también por magia general y cómica. Ahí movidas grandes que creo que no se han visto nunca.