Las colas regresan al aulario de General Serrano: los estudiantes reclaman mejoras

Publicado: 06/04/2024
La falta de espacio, los problemas con la disponibilidad de horarios y la inexistencia de una red Wifi son algunas de las quejas
Los exámenes están a la vuelta de la esquina y los estudiantes cañaíllas apoyan los codos en la recta final para sacar adelante sus estudios. En el aulario de la calle General Serrano, esto se traduce en largas colas entre semana para poder ocupar uno de los 50 espacios disponibles.

El aulario abre de lunes a domingo de 9.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 22.00 horas, un horario al que los usuarios no le ponen objeciones. El problema surge cuando se reanuda la actividad por la tarde. "Antes de las 15.30 horas, la cola para coger hueco llega hasta la esquina del cruce entre la calle de las Cortes y la calle General Serrano. Si no estás a esa hora, normalmente, no vuelve a haber espacio disponible hasta pasadas las ocho. Para los que no podemos estudiar en casa por diversos motivos, es un rompecabezas, porque las alternativas que tenemos no ayudan mucho", explica Manuel, un opositor al Cuerpo Nacional de Policía que tiene el examen la semana que viene.

"Antes de las 15.30 horas, la cola para coger hueco llega hasta la esquina del cruce entre la calle de las Cortes y la calle General Serrano"

Muchos de los estudiantes que viven por la zona del centro y que no consiguen hacerse con un lugar entre semana tienen que dirigirse a la biblioteca municipal de la calle Churruca. Sin embargo, su horario de tarde (abre de 17.00 a 20.00 horas) para algunos es insuficiente. Asimismo, esta biblioteca registra otro problema: los jueves y viernes se imparten clases de flamenco en la Casa de la Cultura, lo que origina molestias a las personas que acuden a esta céntrica biblioteca. "No sé cómo se les ocurre; parece un tablao flamenco. No es coherente realizar este tipo de actividades cuando debajo hay una biblioteca y personas que intentan concentrarse para estudiar", critica Marisa, otra opositora.

 

En junio del año pasado, los aularios de San Fernando comenzaron a abrir de manera ininterrumpida (9.00 a 00.00 horas), pero la iniciativa no duró mucho. "Había gente que dejaba sus pertenencias sobre las mesas para reservarse el sitio a la hora de comer; entonces lo acabaron quitando", explica un usuario a San Fernando Información.

"Las mesas están mal distribuidas; si se reorganizaran, estimamos que podrían caber entre dieciséis y veinte personas más"

El antiguo Centro del Parlamentarismo, que también fue ocupado por la Fundación Integralia DKV, tras las reivindicaciones de los colectivos estudiantiles, fue reconvertido a sala de estudios en junio de 2021. La comunidad educativa isleña reclamaba más espacios para el estudio en San Fernando, debido a que las 150 plazas del aulario de la calle Alsedo se quedaban cortas y solía haber problemas para hacer uso de la instalación. Este nuevo aulario se abrió en época de COVID-19 y la distribución del espacio estaba diseñada para respetar las distancias y las normas sanitarias que se aplicaban tres años atrás. "Las mesas están mal distribuidas; si se reorganizaran, estimamos que podrían caber entre dieciséis y veinte personas más", denuncia Alba, una alumna de bachillerato que prepara sus exámenes allí. La estudiante también comenta que las máquinas expendedoras, que emiten un ruido molesto, podrían colocarse en la planta baja, junto a los baños. "Así evitaríamos el constante zumbido y se podría ganar más espacio para otra mesa", añade.

La falta de espacio no es el único problema que presenta este aulario: la inexistencia de una red Wifi es otra queja de los usuarios. "El problema es que hay zonas en las que no llega la cobertura. Es decir, que si quiero hacer uso de mis datos móviles personales, no puedo", critica Ignacio, otro opositor que sufre esta situación. El problema con la red Wifi no se limita únicamente a los aularios; en las bibliotecas tampoco hay conexión. "Qué menos que una biblioteca tenga Wifi disponible en los tiempos que corren. Las personas que hacemos uso de las instalaciones somos adultos maduros que vamos a aprovechar el tiempo para estudiar", comenta Marisa.

Estos no son los únicos reclamos que existen: la falta de enchufes y de un punto de acceso al agua son otras quejas. "Hay solo cuatro alargaderas para todo el recinto, y los enchufes están alejados de las mesas. Si quiero cargar el portátil, que es mi herramienta de estudio, algunas veces no he podido y he tenido que irme a casa", declara Juan José, quien también "preferiría no tener que rellenar la botella de agua en el baño".

 

La falta de espacio, los problemas con la disponibilidad de horarios, las deficiencias en la infraestructura tecnológica y la distribución de los recursos, como los enchufes y el acceso al agua, son aspectos en los que los usuarios reclaman mejoras para garantizar un ambiente propicio para el estudio y la concentración en las salas de estudio del centro de San Fernando.

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