El pasado noviembre, Manuel Carrillo Bey, un cañaílla de 80 años, captó la atención de sus conciudadanos con su ingeniosa reutilización de tapones de corcho.
Manuel hace auténticas virguerías, únicamente con este material. Sin embargo, uno de los problemas que enfrentaba era la escasez de material. Al parecer,
tras la publicación de un reportaje sobre su labor en este medio,
muchos vecinos han comenzado a colaborar con él de manera más activa, suministrándole tapones que él aprovecha para seguir realizando estas maravillas.
Este isleño tiene la esperanza de que sus creaciones artesanales, como esta réplica de la Iglesia Mayor, sean expuestas para que todos los vecinos de San Fernando puedan visitarlas. "Estuvimos en contacto para explorar la posibilidad de exhibirlas en el centro de congresos. Esperamos que pronto este deseo se haga realidad", comenta Juan, uno de sus hijos, a San Fernando Información..