La declaración de ruina del edificio de primaria del colegio San Ignacio, aprobada justo hace un mes el pasado 29 de enero, ha obligado a vallar su perímetro por razones de seguridad ante la posible caída de cascotes hacia la calle y al interior del centro. Estas obras han dado comienzo este jueves.
Este hecho tendrá como consecuencia la prohibición del paso de peatones en la calle Prolongación de Santa María y Pascual O'Dogherty en el tramo cercano a la fachada. Además, se suprimirá el aparcamiento de vehículos en el tramo donde se coloque el cercado. Estas vallas, que están siendo fijadas al suelo con boquetes, también se instalarán dentro del colegio en la parte que da al patio del edificio, el cual seguirá siendo utilizado por los alumnos de Primaria, debido a que no hay suficiente espacio en el edificio de Infantil que alberga a todo el alumnado. Las vallas metálicas, cuya colocación ha costado 5.996,70 euros, miden 3,5 x 2 metros.
Por otra parte, el Ayuntamiento ha adjudicado la contratación para la redacción de proyecto y dirección de obras para la adecuación y legalización de la instalación eléctrica en baja tensión del edificio de infantil. Esto se hace con el fin de cumplir con las condiciones del Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión y permitir la instalación del 'office' de cocina, de manera que los niños que utilicen el comedor no tengan que desplazarse al colegio Quintanilla.
