Un paciente del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, R.S.M, reclama al Servicio Andaluz de Salud (SAS) un total de 2.540 euros después de que todas sus pertenencias acabasen trituradas cuando ingresó en el citado centro para ser tratado de un infarto de miocardio. El afectado, de cuyo caso se encarga el bufete José Luis Ortiz, solicita estas cantidades en concepto de indemnización “por el anormal funcionamiento del servicio de custodia del hospital” (1.540 euros) y el daño moral ocasionado por las “preocupaciones, desasosiego y enormes molestias” (1.000 euros) causadas cuando se da cuenta de que al recibir el alta no tiene qué ponerse ni dispone de documentación. Según detalla la reclamación, a la que ha tenido acceso VIVA CÁDIZ, los hechos se produjeron hace justamente una semana, cuando su cliente llegó en una ambulancia al hospital para ser intervenido “de manera urgente” tras sufrir un infarto.
A su llegada, expone en su escrito, el personal de Urgencias y las enfermeras y auxiliares de guardia, siguiendo con el protocolo para estos casos, “lo desvistieron y metieron todas sus pertenencias y su ropa en una bolsa de plástico de color negro- el cual se dedica a la basura y no a las pertenencias, a las que el hospital tiene asignado unas bolsas de color blanco y azul-, precisan desde el despacho de abogados.
En cualquier caso, “en ningún momento, al tratarse de un paciente que ingresaba solo y sin ningún acompañante, entregaron al personal de seguridad dicha bolsa para que se hiciera cargo”, incumpliendo, por tanto, dos de las medidas que establece el protocolo del SAS para este tipo de ingresos. Llegó el momento de la intervención y tras ser operado lo trasladaron a la UCI, unidad en la que el propio paciente distinguió una bolsa negra a los pies de la cama con sus pertenencias, de las que sobresalía un chaquetón incluso.
Pasaron las horas, se quedó dormido y al despertar al día siguiente vio que una chica de limpieza retiraba dicha bolsa, por lo que al volverla a ver entrar le preguntó por las pertenencias que había en la bolsa negra, a lo cual la trabajadora le respondió que se pensaba que era basura y lo tiró a la trituradora.
Aunque esta empleada salió corriendo, “ya era demasiado tarde”. La máquina trituradora se llevó por delante, según el inventario detallado por su abogado en el escrito de reclamación patrimonial presentado al SAS, Un paciente del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, R. S. M. reclama al Servicio Andaluz de Salud (SAS) un total de 2.540 euros después de que todas sus pertenencias acabasen trituradas cuando ingresó en el citado centro para ser tratado de un infarto de miocardio. El denunciante, de cuyo caso se encarga el bufete José Luis Ortiz, solicita estas cantidades en concepto de indemnización “por el anormal funcionamiento del servicio de custodia del hospital” (1.540 euros) y el daño moral ocasionado por las “preocupaciones, desasosiego y enormes molestias” (1.0o0 euros) causadas cuando se da cuenta de que al recibir el alta no tiene qué ponerse ni dispone de documentación. Según detalla la reclamación, a la que ha tenido acceso VIVA CÁDIZ, los hechos se produjeron hace justamente una semana, cuando su cliente llegó en una ambulancia al hospital para ser intervenido “de manera urgente” tras sufrir un infarto. A su llegada, expone en su escrito, el personal de Urgencias y las enfermeras y auxiliares de guardia, siguiendo con el protocolo para estos casos, “lo desvistieron y metieron todas sus pertenencias y su ropa en una bolsa de plástico de color negro- el cual se dedica a la basura y no a las pertenencias, a las que el hospital tiene asignado unas bolsas de color blanco y azul-, precisan desde el despacho de abogados. En cualquier caso, “en ningún momento, al tratarse de un paciente que ingresaba solo y sin ningún acompañante, entregaron al personal de seguridad dicha bolsa para que se hiciera cargo”, incumpliendo, por tanto, dos de las medidas que establece el protocolo del SAS para este tipo de ingresos. Llegó el momento de la intervención y tras ser operado lo trasladaron a la UCI, unidad en la que el propio paciente distinguió una bolsa negra a los pies de la cama con sus pertenencias, de las que sobresalía un chaquetón incluso.
Pasaron las horas, se quedó dormido y al despertar al día siguiente vio que una chica de limpieza retiraba dicha bolsa, por lo que al volverla a ver entrar le preguntó por las pertenencias que había en la bolsa negra, a lo cual la trabajadora le respondió que se pensaba que era basura y lo tiró a la trituradora. Aunque al reparar en el error salió corriendo, “ya era demasiado tarde”. En el escrito de reclamación patrimonial, su letrado especifica al detalle un inventario de lo que iba en el interior de la bolsa con las pertenencias de su patrocinado: un chaquetón azul valorado en 60 €, una camisa de manga larga de uniforme del Hotel Bahía Sur (empleado de Bahía Sur y estaba vestido de uniforme cuando le dio el infarto), valorado en 100 €, un pantalón de uniforme valorado en 120 €, unos zapatos acabados de comprar valorados en 160 €, un par de calcetines valorados en 20 €, un cinturón con un gran valor sentimental para él, pues era de una persona que ya no esta aquí, valorado en 50 €, un anillo de plata, que llevaba con el 20 años, valorado en 80 €, su cartera con DNI, carnet de conducir, tarjeta sanitaria SAS, tarjetas de crédito, 250 € en efectivo, las llaves de su casa, las de la casa de su madre, las de su vehículo, el cual estaba mal aparcado por la situación que le abordó cuando le dio el infarto y gafas progresivas por valor de 700 €. Todos estos enseres y pertenencias suman un total de 1.540 euros.
Cuando le dieron el alta, destaca su abogado, el paciente tuvo que tuvo que salir del Hospital con ropa de otro familiar que le prestó, con la "angustia gratuita" que implica la falta de llaves, tarjetas y documentación personal.