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Cuando tú vas, yo vengo de allí

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Y no había crisis -decían los que ahora se las tienen que ver con los ciudadanos--. Pero está claro que no sólo había, y hay, un tremendo maremoto de ruina sino que ahora, cuando más atascado estamos y cuando más putas nos las estamos viendo para salir adelante, le rebajan los sueldos a los funcionarios, le quitan el cheque bebé a las familias (nos colocamos así a la cola de Europa en ayudas familiares; siempre hemos ido a la cola del vagón, de hecho), se congelan las pensiones, se deja de invertir en infraestructuras (más paro, pues), se abandonan  las ayudas a las pimes -antes tampoco se hacía lo suficiente-y, por si fuera poco, nos dejan a todos con el culo al aire y que cada uno se las apañe como pueda.

Lleva ocurriendo desde hace siglos en España que nos digan que cada palo aguante su vela. Porque los de arriba le han tirado de la oreja a Zapatero, y como siempre son ellos los que mandan y no los nuestros, pues ahí tenemos que, hasta Obama, le haya demandado al presidente del gobierno español unas medidas y reformas necesarias. Un plan que, según algunos líderes europeos, ya se deberían de haber tomado hace mucho tiempo. Digamos que un par de años atrás. Y ahora estaríamos de otra manera.

En vez de mentir tanto, el gobierno hubiera acertado diciendo la verdad y habiéndose enfrentado con transparencia a un problema que ha venido contemplado desde una perspectiva equivocada. Pero al final, amigo, el toro te coge por la retaguardia. Peligraba la moneda única. Francia se planteaba salir del euro…
Y España diciendo que todo iba del carajo y que aquí no había problemas. Que todo se estaba solucionando y que antes de fin de año España iba a ser el paraíso.

Los precios suben un 1,1 por cien, y el IVA subirá a partir del próximo mes de julio. El paro sigue en aumento, las medianas y pequeñas empresas siguen pegando el cerrojazo. Nunca he visto mi país inmerso en tantísima calamidad. En una ruina tan mal gestionada. La hacienda pública es un auténtico caos, las colas del INEM siguen en aumento y me sigo preguntando (lo hago desde hace un par de años) qué harán los sindicatos. O qué dirán. Llevan tres años escondiendo la cabeza debajo del ala. Mirando literalmente hacia otro lado ante cierres de empresas, ante tantos ERE y ERTE, ante tanta mala gestión laboral, ante tanta poca vergüenza y ante tan pocas prestaciones.

No se han convocado movilizaciones durante todo este tiempo (ahora sí han hecho una llamada para el 2 de junio, para callar bocas, y al sector público, como si el resto les importara un huevo de pato). No ha habido una voz más alta que otra. Ni una sola queja seria y ni una llamada a la ciudadanía.

Los banqueros van a lo suyo y se pasan por el forro las recomendaciones del Estado. No ayudan a nadie. Embargan todo lo que pueden y se las trae al pairo lo que Zapatero les demande. No tenemos un gobierno serio y los bancos lo saben. Así que se las apañe la Moncloa como pueda. 

Las comunidades autónomas, en especial la andaluza, no han cesado durante estos tres años de anunciar medidas de recorte; pero no se han producido nunca. Cada vez que al gobierno central le dan una yoya la Junta de Andalucía, como no podía ser de otra manera, sale al paso para defenderle vendiendo la burra del recorte. Todas las administraciones se van a ajustar el cinturón: la Mancomunidad, la Autoridad Portuaria, ayuntamientos… ¿No se debería haber hecho antes? Siempre llegamos tarde. Cuando nosotros vamos, otros vienen de allí.  Qué vergüenza, oiga.

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